Desde Panamá
Fecha: 10/Nov./2014
Un Misil Aire-Aire Derribó el
Vuelo MH-17
Roberto
Centeno
Dos de los
temas que no encajaban para nada, en la patraña de que el vuelo MH-17 de
Malaysia Airlines que se estrelló el pasado 17 de julio había sido derribado
por un misil tierra-aire disparado por los separatistas, era cómo había sido
posible que ese vuelo fuera autorizado por los controladores ucranianos a
entrar en un espacio aéreo que había sido cerrado hacía unos pocos días a raíz
del derribo de un avión de transporte militar. El Gobierno golpista de Kiev
cerró ese espacio aéreo que, ¡oh casualidad!, abriría sin problema y sin previo
aviso al Boeing 777 de Malaysia Airlines. El otro asunto que no encajaba era
por qué las fuerzas de Kiev lanzaron un ataque devastador con artillería en la
zona donde habían caído los restos del avión malasio, lo que impidió durante
varios días que los inspectores internacionales accedieran a los restos del
aparato.
El informe de
la Junta Holandesa de Seguridad acaba de concluir que el avión Boeing 777 “se
partió en el aire como resultado de daños estructurales provocados por un gran
número de objetos de alta energía (highenergyobjects) que penetraron en el
aparato desde el exterior”. En concreto, todo parece indicar que el avión fue
alcanzado por un misil aire-aire altamente sofisticado que, al estallar,
esparció miles de objetos similares a balas. Nada que ver con los misiles que
tienen los separatistas y que supuestamente es lo que había derribado el avión
malasio. Eso solo pudo hacerlo un Mig 29 con un misil aire-aire de
fragmentación, y los prorrusos no tienen ni lo uno ni lo otro.
¿Y qué hace la UE apoyando a unos presuntos
asesinos?
Lo más
sorprendente, amén de vergonzoso, de toda esta historia es que a la vista de
que las nuevas evidencias alejan la posibilidad del derribo del avión por parte
de Moscú y de los prorrusos, parece que EEUU y la UE, con una malevolencia
obscena, han dejado de estar interesados en sacar a la luz quién abatió el
vuelo MH-17. Fue un caza de Kiev con un misil aire-aire –esta fue la acusación
rusa de los primeros momentos–, caza que según ellos había sido detectado por
sus sistemas de radar de alerta temprana, y que luego se olvidó a cambio de la
teoría del misil de los prorrusos defendida por EEUU y que ahora se cae por su
propio peso. Fue un misil aire-aire altamente sofisticado y, en consecuencia,
fácilmente identificable.
O sea, que los
Obama, Merkel, Hollande y similares tienen que saber ya quién fue. Ahora se
conoce el arma del crimen, que además tiene nombre y apellidos. Entonces ¿cómo
es posible que no hayan explicado todavía quién en la zona posee misiles
aire-aire que estallan en miles de fragmentos en las proximidades del blanco? ¿Quién
fue el asesino despiadado al que no le tembló el pulso para disparar un misil
contra a un avión civil que tenía delante y matar a casi 300 inocentes? Y,
sobre todo, ¿quién ordenó a ese caza despegar, interceptar y abatir el vuelo
MH-17? De momento y que se sepa, solo los golpistas neonazis de Kiev tienen
asesinos a sueldo a su servicio como los que dispararon indiscriminadamente
contra los manifestantes de uno y otro bando durante el golpe de Estado que los
llevó al poder.
EEUU y la UE
son los únicos que tienen todo el interés en callar. ¿Cómo van a justificar las
enormes ayudas a Kiev y los sacrificios impuestos a sus ciudadanos con el
embargo a Rusia por ayudar a unos asesinos, y que ahora se amplía y profundiza
por la presión de los EEUU? Y a Putin, que obviamente también tiene que
saberlo, puede interesarle un silencio calculado por la simple y sencilla razón
de que sus aliados están ganando la guerra. Las fuerzas ucranianas han sufrido
en los últimos días varias derrotas devastadoras con fuertes pérdidas humanas,
y lo mejor es llegar a un acuerdo con el Gobierno de Kiev y no ponerlo contra
las cuerdas, que es exactamente lo que ha hecho Putin firmando un alto el fuego
con el golpista Poroshenko, que ya no puede ganar.
Poroshenko no
tendrá más remedio que aceptar una estructura de Estado federal, concediendo a
la región de Donbas (a todo el este de Ucrania, de mayoría rusa, para
entendernos), que además es la más rica y la más industrializada del país, una
autonomía casi total. El acuerdo Putin-Poroshenko me recuerda mucho a la mítica
escena de la película Hampa dorada, en la que Al Capone muestra a sus secuaces
un mapa de Chicago con las zonas con las que se han quedado en un acuerdo con
los otros capos, y les dice: “En la carnicería de mi pueblo en Sicilia, había
una vaca pintada que mostraba las diferentes partes de la misma; esto es igual,
nosotros no quedamos con el solomillo y ellos se quedan con los despojos”.
Los prorrusos
se quedan con la llave económica de Ucrania, y Poroshenko se queda con una
parte que solo podrá sobrevivir con la ayuda de Moscú, que, eso sí, parece
dispuesto a ser enormemente generoso, empezando por entregas masiva de gas a la
cuarta parte del precio, y la condonación de enormes cantidades de deuda. Ahora
bien, el acercamiento de Ucrania a la UE y la OTAN es ya inviable. Y aquí es
donde empiezan a surgir las preguntas. Si Poroshenko ha capitulado ante Putin,
¿qué narices hacemos los europeos manteniendo un embargo contra Rusia que nos
está costando sudor y lágrimas? ¿Qué hacemos ayudando con enormes cantidades de
dinero a un régimen neonazi corrupto hasta la médula?
Y esto me
lleva al centro de la cuestión. Si el proceso de paz ya está en marcha, si el
vuelo MH-17 fue derribado deliberadamente por los neonazis de Kiev, ¿a qué
viene que EEUU y la UE hayan decidido aumentar la presión sobre Moscú? Como
dijo Putin el viernes, “a alguien no le ha gustado nada que el proceso haya
entrado en una vía de solución pacífica”. Pero, ¡oh casualidad!, las nuevas
medidas van dirigidas casi en su totalidad contra el sector energético ruso, y
más en concreto hacia los equipos de perforación en aguas profundas, los
equipos de desarrollo de yacimientos de shaleoil y a la financiación de todos
los proyectos para aumentar la producción. Justo cuando a EEUU empiezan a
salirle el petróleo y el gas por la orejas y no sabe qué hacer con ellos.
Un movimiento
que eleva innecesariamente el nivel de confrontación. Ahora los rusos preparan
una nueva lista de productos pendientes de prohibir que incluye automóviles y
textiles, justo lo que más daño puede hacer a España. Y mientras varios países
europeos expresan serias dudas, el inútil y cobarde de Rajoy se limita a decir
amén sin rechistar. Es el último mono de la feria. O sea, las sanciones
afectarían de lleno a la UE, mientras que en EEUU apenas se resienten, y su
industria petrolera (no los grandes como Exxon o Chevron, sino los miles y
miles de pequeños productores) es la gran beneficiada de las nuevas sanciones.
Es lo que faltaba para que la UE entre en una recesión de primer nivel, con
España a la cabeza, dado que ahora somos la locomotora de Europa con Rajoy como
maquinista. ¡Y todo para mantener en el poder a un Gobierno corrupto y
golpista, y desde ahora presuntos asesinos, y a la industria petrolera
norteamericana!
El cinismo y
la desvergüenza de los políticos occidentales adquieren aquí niveles jamás
alcanzados. Ahora resulta que no se puede romper un país mediante la violencia,
cuando fueron ellos los que desgajaron Kosovo de Serbia a sangre y fuego para
entregar el poder a las violentas mafias locales. Y ahora el este de Ucrania,
en una situación análoga, no tiene derecho a hacerlo porque son patriotas
rusos, y Occidente apoya siempre a los delincuentes y a las mafias locales, en
este caso a los golpistas de Kiev.
Si hay algo en
lo que están de acuerdo todos los analistas europeos y norteamericanos de
prestigio es que la estrategia de Putin es mucho más inteligente que la de los
dirigentes occidentales, porque incorpora consideraciones económicas y
financieras a la misma. A Putin le gusta más emplear la zanahoria que el palo,
pero si tiene que emplear el palo no lo duda un instante. Merkel, que es una
gran “admiradora” suya, dice de él que es “impredecible”, pero creo que no lo
es si nos fijamos en cuál es su gran objetivo final: “reconstruir” la antigua
Unión Soviética, destruida estúpidamente por el inepto y descerebrado
Gorbachov, que la dejó caer sin más, sin ningún plan de sustitución, sin
ninguna estrategia, sin nada de nada. Pero no reconstruirla sobre la base de
ocupar el territorio de las antiguas repúblicas, excepto el caso de territorios
especialmente estratégicos y que siempre habían sido rusos como Crimea, sino a
base de conseguir asentar en el poder a Gobiernos amigos, a los que ayuda
financiera y económicamente.
De aprobarse
las nuevas sanciones, afectarían de lleno a la UE mientras que en EEUU apenas
se resentirían, y su industria petrolera sería la gran beneficiada. Lo que
faltaba a la UE: entrar en una recesión de primer nivel con España a la cabeza
Fue el caso de
Georgia, que invadió en 2008. Su intención nunca fue ocuparla militarmente,
sino estrangularla económicamente. Las tropas rusas cortaron sus principales
rutas de comunicaciones y comercio, lo que fue suficiente para que los
georgianos sustituyeran al presidente Saakashvili por otro más proclive a la
amistad con Moscú. Fin del problema. En Ucrania hizo lo mismo con el presidente
VíktorYanukóvich, que fue elegido democráticamente en febrero 2010, algo que no
fue aceptado por Julia Timoschenko, que se había hecho de oro vendiendo el gas
que robaba a Gazprom. Putin entregó a Ucrania financiación a fondo perdido en
grandes cantidades, le vendía el gas a la cuarta parte de su precio, le condonó
deudas, pero al final una coalición de cuatro grupos neonazis y antisemitas con
la ayuda de EEUU, Polonia, Alemania, Francia y Gran Bretaña dio un golpe de
Estado violento que arrojó del poder al legítimo presidente.
Si alguien
pensaba que Putin iba a permitir tener a neonazis en su puerta, es que no
conocen a Putin. El disparate gigantesco de la UE es no pegar un giro de 180º y
proponer la entrada de Rusia en la UE, convirtiendo así a Europa en la mayor
potencia mundial. Han querido meter a Turquía, que jamás fue europea, han aceptado
a los estados bálticos, que no representan nada, y ahora hasta quieren incluir
a Ucrania. ¿Pero qué clase de disparate es ese? ¿Y esos son nuestros líderes?
No es de extrañar que Europa cada vez pinte menos en el concierto mundial. ¿Y
qué hace ahora Putin? Pues aparte de asegurar sus fronteras, como es su
obligación, volver la mirada hacia China. Gazprom acaba de firmar un gigantesco
contrato de gas, y los lazos comerciales se están intensificando. ¿Es acaso
esto lo que quiere Europa? No es desde luego lo que quieren los europeos, no es
desde luego el interés de nuestros hijos y de los hijos de nuestros hijos.
Es el interés
de los EEUU que quiere a toda costa separar y enfrentar a la UE y a Rusia. Los
norteamericanos quieren por un lado recuperar el mercado de petróleo y gas para
sus productores y por otro lado, y más importante aún, evitar a toda costa la
posible integración de Rusia en la UE, lo que relegaría a EEUU a condición de
segunda, o tercera potencia mundial, si
llegara a ser superada por China. La estrategia geopolítica de EEUU es
comprensible, una lógica malévola pero lógica ante todo. Lo que no es
comprensible, lo que no es de recibo, es que los líderes europeos actúen de
comparsas de una situación que va directamente contra los intereses de sus
propios pueblos.
Enviado por:
Movimiento de
Bases Torrijistas [MOBAT]
Coordinación
Nacional
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