Barómetro Internacional
30 Agosto 2015
Crisis En Grecia
Por Carmen
Victoria Montes
La crisis en Grecia, tuvo lugar tras la crisis económica global
iniciada en los Estados Unidos, en el
año 2007. Esta situación coloca nuevamente en tela de juicio la efectividad de
las políticas neoliberales para alcanzar el crecimiento y desarrollo de los
países. El gobierno del primer ministro griego, Alexis Tsipras (líder de la
Coalición de la Izquierda Radical (SYRIZA), se encuentra actualmente presionado
para lograr un acuerdo con la Troika integrada por Banco Central Europeo (BCE), la Comisión
Europea (CE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), que no perjudique al
pueblo Griego.
La crisis griega tiene su origen en el nivel de gasto excesivo y
sobreendeudamiento en que incurrió este país en la última década. Aunado a
ello, también puede mencionarse que durante las dos legislaturas del gobierno
conservador de Constantinos Georgiou Karamanlís (1980-1985; 1990-1995), se
estuvieron realizando falsificaciones de los datos macroeconómicos de la
contabilidad nacional, presentándole a la Unión Europea unos informes que no
reflejaban la realidad. Tras un cambio de gobierno y la llegada al poder del
socialista Yorgos Papandreu, a finales del año 2009, el presidente coloca al
descubierto la dramática realidad económica de este país con un déficit público
superior a lo anunciado sobre el 13% del PIB.
En vista de la grave situación financiera que atraviesa la economía
griega, este país tuvo que solicitar rescate financiero internacional. Desde el
año 2010, el Fondo Monetario Internacional, la Comisión Europea y el Banco
Central Europeo, le han otorgado al gobierno de Grecia cerca de us$270.000
millones en fondos de rescate, imponiéndole para su otorgamiento un Pacto de
Estabilidad con fuertes medidas de austeridad fiscal, que son rechazadas por la
población y no han logrado hasta la fecha, sacar al país heleno de la crisis.
Esta situación se complica, porque el 30 de junio expira el plazo de la segunda
prórroga del rescate otorgado a Grecia, y ese mismo día debe pagarle al Fondo
Monetario Internacional (FMI), 1.600 millones de euros, y no cuenta con los
recursos para honrar este compromiso.
Atenas necesita 7.200 millones de euros proporcionados por sus acreedores
en el marco del segundo programa de financiamiento internacional, pero para
desembolsar este último tramo del rescate, los acreedores exigen, entre otras
medidas, un aumento del IVA en la electricidad o la supresión de ayudas a los
jubilados, acción que el ejecutivo, encabezado por el primer ministro griego,
Alexis Tsipras, rechaza.
La directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde,
afirmó que si ese país no logra pagar la deuda que contrajo con esa
organización para el 30 de junio, será declarado insolvente. Sobre esta
posición, el primer ministro de Grecia, denunció la responsabilidad
criminal" del Fondo Monetario Internacional (FMI) e instó a sus socios
europeos a pronunciarse acerca de "las duras propuestas" del fondo
durante las negociaciones.
La posición del Ejecutivo de no aplicar nuevas medidas de austeridad esta
respaldada por el pueblo griego, quienes le han solicitado que no ceda ante las
presiones del Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Unión Europea (UE). Un
comunicado del Banco Central de Grecia
destacó que el país podría dejar la moneda euro y abandonar la Unión
Europea en caso de no alcanzar un acuerdo sobre el pago de la deuda con los
acreedores.
El día lunes 22 de junio, fue celebrada en Bruselas, capital de Bélgica,
una reunión extraordinaria de los ministros de Economía y Finanzas de la
eurozona. Los titulares analizaron el documento presentado por el primer
ministro griego, Alexis Tsipras, el cual fue entregado a las instituciones
acreedoras -Comisión Europea (CE), Banco Central Europeo (BCE) y Fondo
Monetario Internacional (FMI). La propuesta planteada por el Gobierno griego es
la novena alternativa presentada por
este país para salir de la crisis, y fue calificada como positiva por
presidente del Euro grupo, Jeroen Dijsselbloem, quien destacó además que los
acreedores deben valorar lo que ha presentado Grecia, a fin de intensificar
posturas para llegar a un acuerdo.
Algunos analistas han opinado sobre las consecuencias del impago de la
deuda griega, la salida del Euro y de la Unión Europea, al respecto se
mencionan:
-Si Grecia deja de pagar parte de la deuda con la Unión Europea y las
entidades multilaterales como el Fondo Monetario Internacional, las naciones
grandes de Europa perderán sustanciales sumas prestadas. Desde 2010, Alemania
ha contribuido alrededor de US$45.500 millones en préstamos a Grecia, mientras
que Francia ha puesto cerca de US$34.000 millones en el rescate a la economía
griega.
- Una vez se haya creado el precedente de una nación escogiendo retirarse
del euro en vez de cumplir sus obligaciones con la eurozona, aumentará el
riesgo de que otras naciones sigan ese mismo camino.
-Una eventual deserción de Grecia de la eurozona, que sería la primera
desde que se estableció la moneda común, alimento para una verdadera
"crisis existencial" de la unión europea.
-La salida de Grecia crearía una inestabilidad financiera masiva en toda
la zona euro y, para algunos observadores, podría desatar un nuevo colapso
financiero global.
-Un impago griego sería una catástrofe y una humillación para la Unión
Europea, que lanzó el euro en 1999 como su proyecto más ambicioso y como un
símbolo de la unidad del continente. Eso ha llevado a algunos expertos a pensar
lo impensable: que la zona euro podría romperse, bien por la expulsión de
Grecia o por la marcha de Alemania, el gran pagador de la UE, que puede verse
tentada a volver a su moneda anterior, el marco.
La crisis en Grecia es un reflejo de lo inadecuado que resulta para los
países acudir a las instituciones financieras internacionales y someterse a las
duras condicionalidades de austeridad fiscal. Lo económico no puede concebirse
por encima de los derechos humanos. Si bien es cierto que los gobiernos deben
tener responsabilidad frente al manejo de sus cuentas nacionales, es impensable
que un país sumido en la crisis pueda prosperar con más pobreza y sin inversión
social, cuando el principal impulso de una nación lo representa el capital
humano.
Urge la reforma de la arquitectura financiera internacional, el sistema de
gobernanza y las condicionalidades impuestas para acceder a sus créditos.
América Latina debe continuar promoviendo en todos los foros y organismos
internacionales la reestructuración de deuda soberana. Las Naciones Unidas
acordó en el 2014, la elaboración de un marco legal multilateral para los
procesos de reestructuración de deuda soberana, iniciativa presentada por el
G77 más China. Igualmente la reciente Cumbre de la CELAC-UE, acogió el tema en
la Declaración de Bruselas.
Las relaciones internacionales deberían apuntalar hacia la cooperación
entre las naciones, a ningún país le conviene una nueva crisis financiera
global. En este sentido, vale resaltar el anunció realizado por el presidente
ruso, Vladimir Putin, en el Foro Económico Internacional de San Petersburgo
(SPIEF) 2015,donde señaló que tratará de ayudar a Grecia a salir de la deuda
con acreedores de la Eurozona mediante la cooperación agroalimentaria. Este es
el ejemplo que deben seguir todos los países en la construcción del nuevo orden
mundial, donde se impone cada vez más el multilateralismo.
“Ya que Grecia ha vivido lo que américa latina vivió (…) el mundo está
dirigido por supuestos, los cuales ejercen su dictadura internacional cada vez
menos visible, que la libertad de obedecer no es libertad”.
Pensamiento del fallecido escritor uruguayo Eduardo
Galeano
Tomado por Alexis Tsipras, en el
mensaje enviado recientemente a la Cumbre de los Pueblos, celebrada en
Bruselas.
Publicación Barómetro
Los contenidos de los análisis publicados por
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