DESDE VENEZUELA
29 NOVIEMBRE 2012
Las elecciones
estadounidenses, Barack Obama y el terrorismo
Miguel Ángel del Pozo
José Vicente Rangel (JVR) propuso el
concepto como tesis política: “nueva política Obama” que trataremos de
desarrollar en algunos paradigmas sin tratar de alcanzar una definición
completa de esa realidad geopolítica mundial. En primer lugar, en nuestra
opinión y responsabilidad, debemos aceptar que Barack Obama “heredó” una
política exterior estadounidense diseñada durante los años de presidencia de
George W Bush con las compañías de sus más cercanos colaboradores. En nuestro
modesto criterio, tampoco Bush, hijo, diseñó, completamente, esa política
exterior en la cual nos sustentaremos para la demostración de nuestra idea
central. Bush, hijo, a su vez, se vio “beneficiado” por los diseños en su fase
terminal de aquella política que impusieron, mundialmente, Ronald Reagan, Juan
Pablo II y Margaret Thatcher que se la ha definido como la etapa “neo-liberal
anti-comunista” de la fase superior del imperialismo cuando estaba obligado, el
sistema capitalista, realizar una reingeniería para “saltar” hacia el “imperialismo
neo-liberal en su etapa superior”; como la hemos definido en pasadas ocasiones
como la “fase superior” del imperialismo, según la tesis leninista. Es decir,
estamos proponiendo una introducción a nuestra idea central referida.
En ese marco realista-descrito nos atrevemos a exponer
que las palabras de Barack Obama en Trinidad y Tobago fueron para el anfiteatro
y aquellos gobiernos americanos que consideraron que por ser Obama
afro-descendiente algunas “debilidades democráticas” podría sustentar olvidándose
que el Poder (Müller Rojas proponía) había diseñado una política en los
paradigmas geoestratégicos estadounidenses que se la había denominado como la
“Doctrina Monroe”. Tremenda ilusión la de algunos americanos (nos referimos a
todos los países y sociedades con sus gobernantes del continente americano
desde el estrecho de Bering hasta el estrecho de Magallanes). Hugo Rafael
Chávez Frías, queremos pensar que con la intención de “motivar” a Obama a
“comprender” las realidades latinoamericanas que Obama iba a confrontar durante
sus decisiones ejecutivas, le regaló un “librito” que le permitiría al
Presidente estadounidense Barack Obama reflexionar sobre las realidades
históricas expresadas en la
América al sur del río Bravo; en ese marco referencial ni la Secretaria de Estado,
Hillary Rodham Clinton, ni quien ocupare la Secretaria de Defensa
ni las tesis desarrolladas en, por y del Pentágono cuales fueron expuestas por
Chávez Frías en foro latinoamericano referidas a las bases militares y
políticas expansionistas estadounidenses sobre el Atlántico sur y África que le
permitirían a Obama en sus políticas sugeridas por el Poder evitar “meterse en
asuntos de política exterior” dejando al católico vicepresidente J. Biden quien
asumiera temas, temporalmente, las álgidas realidades más cercanas a Afganistán
que al tranquilo “patio trasero” latinoamericano; mientras tanto, el mundo
geopolítico, geoestratégico, seguía “girando sobre su eje imaginario” caminando
(Antonio Machado decía) hacia su inevitable crisis estructural sistémica (como
le gusta decir a los “culturosos intelectuales”).
Al tiempo, en el marco de la segunda etapa del primer
gobierno de Obama (pareciera, por ahora, que ganará las elecciones gracias al
sistema asimétrico estadounidense pero democrático representativo; es decir,
ganará gracias a los votos electorales pudiendo perder en el total de número de
votos escrutados nacionalmente) comienzó la “crisis en los pasillos de la Casa Blanca ”.
Barack Obama cambió a su secretario de Defensa mientras que Hillary Rodham
Clinton se convertiría en “la intocable”; sus relaciones personales con la
sociedad judía estadounidense, su consolidación con Israel gracias a temas
familiares y la necesidad de Barack Obama de mantener el apoyo de Bill Clinton
aquel bisoño político-estudiante que en Inglaterra se daba “el tupe” de exponer
“fuertes palabras” sobre aquellas realidades de guerra cuando los EEUU de
América se creían que aún estaban desarrollando la “Conquista del Oeste” en
Asia.
¿Por qué fueron necesarios aquellos cambios en la Secretaría de Defensa y
en el Pentágono? De repente, Barack Obama se enteró que la República Popular
China se desarrollaba y entraba en el escenario mundial de las contradicciones
en zonas geoestratégicas importantes para y donde el Poder (arriba referido) y la Casa Blanca habían
considerado (de cara a la masa estadounidense como excusa fundamental) como “zonas
seguras” para los intereses estadounidenses. Es decir, la “Crisis de Wall
Street” obligó al Poder reflexionar sobre objetivas realidades y
contradicciones internas que se estaban (y aún se están desarrollando)
expresando en la socio-economía en los EEUU de América. La crisis referida
había expuesto, públicamente, fuertes debilidades del sistema capitalista en su
expresión interna en el marco de la sociedad global-interna del “poder del
norte” (¿“pies de barro”?) tanto en su estructura como en la super-estructura.
Barack Obama, intelectual y político inteligente,
percibió, inmediatamente, que la “burocracia de Washington” se lo “estaba
vacilando de frente”. Era necesario, vista la futura elección presidencial
del 04 de noviembre del año en curso (2012), realizar cambios importante a
pesar de ciertos e importantes aciertos en ciertas áreas de la economía
(industria automovilista), de la sociedad (aumento de puestos de trabajo), de
lo militar (asesinato de Bin Laden, retiro efectivo de cierto nivel de tropas
estacionadas en Iraq, la aseverada intención del retiro de tropas
estadounidenses de Afganistán, las prácticas asesinas de los drones sobre
Paquistán, expansión militar hacia el Caribe y la costa occidental
latinoamericana).
Ese marco ideario geopolítico le permitió exponer su
“política de Estado” cuando informó a la comunidad internacional que retiraría
tropas estadounidenses de la Comunidad Europea con la afirmación de
trasladarlas a la Región
de Asia-Pacífico. ¿Era necesario y obligante realizar esos importantes cambios
en la geopolítica estadounidense y la reingeniería de su geoestrategia, ambas
de carácter global-mundial, diseñadas e impuestas por y del Poder (Müller Rojas
nos enseñó)? Al tiempo que ¿cómo expresaba y expresa la República Popular
China su preeminencia a nivel global, particularmente, en la Región de Asia-Pacífico en
sus actuales realidades geopolítica como en su geoestrategia en pleno
desarrollo? Además deberíamos preguntarnos sí China es, actualmente, un poder
al mismo nivel de los EEUU de América y/o conocer cuáles serían las realidades
objetivas en las relaciones en las relaciones globales entre ambos países. Esas
verdades han obligado al Poder y a la Secretaria de Estado, a la Secretaria de Defensa y
al Pentágono con las venias de la Casa Blanca reactivar las políticas impuestas en la Región de Asia-Pacífico
post-Segunda-Guerra-Mundial. Es decir, el “neo-colonialismo geoestratégico”
post-Puertas-Abiertas (“Open Door policy”) saldría de la “caja de Pandora” para
volver a imponer sus realidades implícitas en el imperialismo tradicional
estadounidense. El “we will come back” se ha hecho realidad. Marshall
tenía razón en aquellas realidades históricas según las necesidades
post-Guerra-Mundial en el Pacífico. Aquellas realidades históricas, es decir,
el obligante control de la
Región de Asia-Pacífico por el Poder y la Casa Blanca en sus
expresiones ejecutivas, frente a la expansión comunista tanto de la URSS , China y Corea del
Norte, volvían a aparecer en estos tiempos actuales de profunda crisis del
sistema capitalista; pero ya no estaba presente el “socialismo real
soviético” (a pesar de que el candidato republicano, Mick Romney, le haya
expresado a su electorado que el enemigo fundamental actual de los EEUU de
América es Rusia). La realidad actual con la que se enfrentan los EEUU de
América refiérase a la realidad objetiva del desarrollo equilibrado de la República Popular
China que se expresa en su permanente crecimiento, acumulación, transformación
tecnológica, desarrollo estructural militar, expansión solidaria hacia los
mercados latinoamericanos.
Regresemos a George W Bush, hijo. La realidad histórica
de las “Twin Towers” le permitió a Bush, hijo, imponer la “política de Estado”
del “terrorismo” que le permitió a los EEUU de América invadir Iraq,
Afganistán, Libia, Cuerno de África, desarrollar la crisis de Siria, bombardear
Paquistán. Barack Obama debería saber que esa política bushiana sobre el
terrorismo no le es excusa con la República Popular China. Entonces, visto la
anterior, Clinton, Panetta, el Pentágono han desarrollado la “geoestrategia de
la pinza”; es decir, rodear a China de países considerados “amigos
estadounidenses, socios, aliados” como son: Japón, Corea del Sur, Filipinas,
Tailandia, Singapur, Australia y para usted de contar.
Las frases expuestas son una corta introducción a la
propuesta de José Vicente Rangel sobre la “nueva política Obama”.
Publicación Barómetro 01-11-12
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