Desde Panamá
Fecha: 11/Julio/2016
Huele A Podrido
Por
Olmedo Beluche
Huele a podrido,
pero no en Dinamarca, sino aquí mismo, en Panamá. Salen emanaciones ponzoñosas
de todos los poros del estado nación panameño, que algunos llaman
"patria". Donde quiera que uno voltee a mirar sólo se aprecian
pústulas, donde se apriete sale pus. El "sistema bancario" parece un
tinaco donde se lavan cosas sucias. El "sistema político" es un
cadáver maloliente que carroñan desde hace 20 años un grupo de gallinazos que
se hacen llamar "políticos" junto a sus capitalistas amigos, llamados
"círculo cero".
Se tambalea el
ideario de la nación con "vocación al transitismo", al "pro
mundi beneficio". Las bases de la "Dubai centroamericana" se
resquebrajan. El "paraíso financiero"
se les está convirtiendo en un infierno. Está en duda el futuro de un tipo de
país, de una forma de hacer negocios, de una oligarquía financiera que flotaba
en la riqueza mientras la inmensa mayoría del pueblo panameño sufría la
desigualdad social, la pobreza, el desempleo y todas las lacras de este
capitalismo decadente.
Que no hagan
apelaciones al "patriotismo" aquellos cuya única patria han sido las
cajas registradoras. Que no hagan insinuaciones "antiimperialistas",
sobre los motivos de los países del OCDE, quienes han lucrado de lo peor de la
globalización y han apoyado las tropelías neoliberales desde la época de
Noriega, pasando por la invasión de 1989, y durante los 26 años de régimen
seudo democrático. No señores, la patria de ustedes, si es que la tienen, no es
la patria de los 4 millones de panameños que salen a trabajar cada día para
mantener sus familias, pasando páramo con los bajos salarios, el transporte
público, la crisis de la salud y la educación.
Síntomas de la
gangrena que corroe a la República son: la casi totalidad del gabinete del
pasado gobierno de Ricardo Martinelli, incluido él mismo, acusado de peculado
(y eso que los fiscales no han querido escarbar más porque la corrupción ha
atravesado todos los gobiernos); el escándalo de los "papeles de Mossack -
Fonseca", que evidencia el uso del sistema financiero y los grandes
bufetes para operaciones ilícitas a través de empresas "offshore";
ahora la acusación judicial de blanqueo de capitales contra uno de los
principales grupos económicos del país (WISA) que amenaza dejar en la calle a 6
mil trabajadores.
A todo lo cual
podríamos sumar un sistema político antidemocrático, controlado por un puñado
de partidos y políticos, que administra un estado que ha empobrecido a la
población, conculcando sus derechos sociales, llevando a la inoperancia los
servicios públicos. Un sistema corrupto que descuenta los impuestos a los
asalariados y exonera de los mismos a las empresas extranjeras que lucran con
nuestra posición geográfica. Un sistema en que unos cuantos se enriquecen con
los contratos públicos.
Pero de la
crisis puede salir algo positivo, si los panameños y panameñas conscientes,
junto a las organizaciones populares nos disponemos a diseñar un país
alternativo, productivo y democrático, distinto al parasitismo oligárquico que
tenemos; si actuamos para sacar a la caterva de corruptos e imponemos en las
calles una Asamblea Constituyente originaria.
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