Desde México
27/Enero/2013
Genocidio
Calderonísta
Miguel Ángel Mata
Mata
La RAE define al exterminio o
eliminación sistemática de un grupo social por motivo de raza, de etnia, de
religión, de política o de nacionalidad como genocidio. Entre diplomáticos se
entiende que existe tal cuando son asesinadas más de una persona.
Felipe Calderón Hinojosa,
ciudadano mexicano que fue Presidente de México durante seis años, lleva sobre
si las cifras negras de la muerte o desaparición de más de cien mil personas.
En su desagravio el ex mandatario sostiene que las bajas, y los daños
colaterales, son el resultado de una lucha contra el crimen organizado que,
según él, debilitaba al Estado Mexicano. Quizás tenga razón.
La semana pasada el
responsable de la lucha contra el crimen organizado durante el sexenio
calderonista, Genaro García Luna, fue llamado a comparecer ante el Senado de la
República. Se filtró a los medios la supuesta carta de un narcotraficante preso
que lo señalaba de recibir beneficios de los grandes capos de la droga. Nada
que ver.
García Luna fue por otro
asunto. Tuvo que responder a los senadores porque no atendió recomendaciones de
la Comisión Nacional de los Derechos Humanos relacionadas con homicidios de
ciudadanos o activistas políticos. Entre otros asuntos se anotó el del caso
Ayotzinapa, cuando fueron asesinadas tres personas, dos estudiantes normalistas
y un trabajador de una gasolinera.
Dos estudiantes normalistas
asesinados por balas de policías federales, como lo ha acreditado un juez al
ordenar la aprehensión de 19 de ellos por esa causa, configuran la definición
de genocidio según el diccionario de la Real Academia Española: “exterminio o
eliminación sistemática de un grupo social por motivo de raza, de etnia, de
religión, de política o de nacionalidad”.
Lo que pasó hace casi un año
en Chilpancingo no puede compararse con los cien mil muertos por la lucha
contra el narcotráfico. Aceptemos, sin conceder, que los muertos de Calderón
eran bandidos armados y peligrosos para la sociedad. En contraparte los dos
estudiantes abatidos ¿eran un peligro para la sociedad? De ninguna manera.
Pertenecían a un grupo social que año
con año protesta para conseguir mejores condiciones para ellos, su entorno y su
centro de estudios.
Se configura el genocidio en
el asunto de Ayotzinapa. Los Senadores lo llamaron a comparecer por eso, en el
penúltimo día del mandato del ex Presidente Calderón. Aparecen otros casos que no han sido
aclarados y cobrarán relevancia en los próximos meses: la desaparición de
ecologistas en la Costa Grande de Guerrero y el asesinato de otra activista en
Tierra Caliente. ¿Ellos pertenecen a un grupo social que es eliminado
sistemáticamente? Quizá asi sea pues todos ellos son ecologistas o defensores
de los bosques.
Para el caso Ayotzinapa, donde
se configura la figura del genocidio, es seguro que el tema habrá de cobrar
relevancia y será llevado a instancias internacionales, en donde se castiga a
los que cometen crímenes de Lessa Humanidad. Podríamos preguntar, para aterrizar
en nuestro entorno ¿quién o quiénes se
convirtieron en cómplices de García Luna y su Policía Federal al culpar a
inocentes del genocidio de hace casi un año? Tan solo es una pregunta. Pero
habrá respuestas.
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