Desde Barómetro
Internacional
28/Enero/2013
¿Quién detiene el negocio de las armas en Estados Unidos?
Leandro
Albani
Entre 280 millones
y 310 millones de armas se encuentran en Estados Unidos, país habitado por
311.999.354 personas, según el último censo poblacional conocido en abril de
2012.
Haciendo una cuenta
conservadora, y tomando la primera cifra de la cantidad de armas que existen en
ese país, cada ciudadano tendría en su poder 1,1 pistola, revólver, fusil,
escopeta o un armamento más sofisticado.
Por su parte, la
Organización de las Naciones Unidas (ONU), estimó que en Estados Unidos hay un
promedio de 88,8 armas por cada 100 habitantes. En 2011, una encuesta de la
firma Gallup reveló que 47% de los norteamericanos contaba con al menos un arma
en su casa.
Que por estos días
en Estados Unidos se haya profundizado el debate sobre el control de armas es
algo que se desprende de las cifras antes citadas. Pero la razón de esta
discusión fue la masacre en la escuela primaria Sandy Hook de Newtown, estado
de Connecticut, en la cual fueron asesinadas 27 personas, entre ellos 20 niños.
El vicepresidente
Joseph Biden entregó al titular de la Casa Blanca, Barack Obama, un informe
realizado por una comisión especial, creada tras los asesinatos de Sandy Hook.
En el documento se proponen cambios relacionados con mayores exigencias en
cuanto a los términos de salud mental de los potenciales compradores de
armamento. También se estipula la reactivación de una legislación que prohíbe
los fusiles de asalto en el país. Esta normativa ya fue avalada por el Congreso
en 1994, pero caducó en 2004.
Otras iniciativas
son el incremento de los chequeos universales de antecedentes de los
compradores de armas, y ampliar el alcance de la ley que aprobó el Congreso en
1998, que establece un Sistema Nacional Instantáneo de Chequeo de Antecedentes
Criminales, administrado por el FBI.
Hasta el momento no
se han escuchado comentarios sobre las compras de armas de forma ilegal o un
cuestionamiento firme a la industria armamentista, que promueve su consumo de
manera indiscriminada.
Como bien apuntó el
analista David Brooks en el reciente artículo "Locura armada",
publicado por el diario mexicano La Jornada, dentro de la clase política
estadounidense nadie "se atreve a prohibir las armas en manos civiles,
sólo están considerando algunas de las automáticas, algunas semiautomáticas y
algunos tipos de municiones".
Los hombres del
rifle
Conocidas las
inquietudes expresadas por el presidente Obama para buscar un control de armas
en el país, los grupos de lobby asociados al complejo militar-industrial
desplegaron un sistema de propaganda recurrente, donde miedo, violación de
derechos y libertades son las puntas de lanza.
Estas agrupaciones,
encabezadas por la Asociación Nacional de Rifle (ANR), evocan la segunda
enmienda de la Constitución estadounidense. La normativa indica: "Siendo
necesaria una milicia bien ordenada para la seguridad de un Estado libre, el
derecho del Pueblo a poseer y portar armas no será infringido".
Con estas dos
líneas, la ANR -conformada por al menos 4,2 millones de afiliados- y un grupos
de congresistas se han aferrado a la enmienda para defender una visión cuasi
militarista para la sociedad. David Keene, presidente de la ANR, declaró que su
organización tiene suficiente apoyo en el Congreso para rechazar cualquier
proyecto sobre control de armas.
A pocos días de
ocurrida la masacre de Sandy Hook, el vicepresidente de la organización
armamentista, Wayne LaPierre, calificó la iniciativa para restringir la venta
de armamento como "mentirosa". LaPierre afirmó que "lo único que
detiene a una persona mala con una pistola es una persona buena con una
pistola". Basado en este pensamiento, propuso en nombre de la ANR, emplear
guardias armados en las escuelas, iniciativa que tuvo recepción en varios
puntos del país.
Quien se sumó al
discurso de "los hombres del rifle", fue el ex legislador republicano
por el estado de Florida, Connie Mack, vinculado a grupos terroristas
anticubanos. Desde Newtown, el republicano llamó al Congreso a no tratar el
control de armas, porque era "imposible". A tono con la ANR, Mack expresó
que no creía "que se logre nunca evitar que la gente mala haga cosas
malas". El republicano defendió la posesión indiscriminada de armas en
manos de civiles, argumentando que "podremos aprobar otras leyes, pero lo
único que logramos es restringir a los ciudadanos respetuosos de la ley de los
derechos de que gozan en este país".
Frente a la
situación derivada de la masacre de Sandy Hook, el líder del Partido Demócrata
en el Senado, Harry Reid, defensor a ultranza de la tenencia de armas,
reconoció que se debe producir una amplia discusión sobre el tema. El
legislador manifestó hace un mes que el país necesita un profundo debate sobre
cómo cambiar "la cultura que permite el crecimiento de la violencia".
Los que dicen
"No" a las armas
Tras los asesinatos
en Newtown, un grupo de padres de los menores muertos en la escuela primaria,
conformaron la organización Sandy Hook Promise (SHP), que llamó a un diálogo
nacional sobre la tenencia de armamento entre civiles.
En declaraciones a
la prensa, Nicole Hockley señaló que a un mes después de la muerte de su hijo
Dylan, de seis años de edad, se ha reunido con familias destrozadas por otras
masacres como la de Columbine (1999), Aurora (Colorado, 2012) y Virginia Tech
(2007). Otras agrupaciones que promueven el control de armas son la Asociación
Internacional de Jefes de Policías (AIJP) y una coalición de 700 miembros
denominada Alcaldes contra las Armas Ilegales (AAI).
En diciembre de
2012, la cadena ABC y el diario The Washington Post publicaron una encuesta que
mostró que la mayoría de los estadounidenses está a favor de prohibir la
posesión de armas en el país. El 54% de las personas consultadas manifestaron
que la masacre en Newtown tiene su raíz en "problemas más amplios"
que atraviesa la sociedad norteamericana.
El interrogante en
Estados Unidos es si realmente existe la voluntad política real para, al menos,
aplicar controles más efectivos y férreos sobre el acceso a las armas por parte
de civiles.
Mientras tanto, una
escena que ejemplifica la problemática en ese país quedó reflejada en el
documental Bowling for Columbine (2002), cuando su director Michel Moore abrió
una cuenta en el banco North Country. Como primer beneficio, la entidad le
entregó a Moore un rifle de caza, tras someterlo a un simple cuestionario sobre
su adicción a las drogas y posibles problemas mentales.
Comentarios:
leandroalbani@gmail.com
Publicación Barómetro 21-01-13
Los
contenidos de los análisis publicados por Barómetro Internacional, son
responsabilidad de los autores. Agradecemos la publicación de estos artículos
citando esta fuente y solicitamos favor remitir a nuestro correo el Link de la
pagina donde esta publicado.
Gracias.
barometrointernacional@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario