Desde Venezuela
29/Octubre/2012
El Che, poeta
revolucionario
Daniela
Saidman
** El 08 de octubre de 1967, Ernesto
Che Guevara fue herido en combate en la Quebrada del Yuro, en Bolivia, y por él se
conmemora el Día del Guerrillero Heroico.
Presente en la memoria de sus días, de
sus ires y venires por la
América Mayúscula , derramado en las solidaridades y en las
luchas, Ernesto Che Guevara (Rosario, 14 de junio 1928 – Bolivia, 09 de octubre
de 1967) está más vivo que nunca, más vivo que siempre.
Mito y realidad, al Che trataron de convertirlo en
souvenir, afiche o panfleto… tal vez porque esa era la única forma de
asesinarlo, pero su imagen es para muchas y muchos una verdad a prueba de
tiempo, y su ejemplo renace una y otra vez en los sueños libertarios de los
pueblos. Médico, guerrillero, ministro, trabajador, el Che también fue poeta.
Su imagen, la imagen del hombre, se repite en muchas
paredes, una y otra vez su mirada convoca a la ternura. Ese Guevara infinito
que vive y sufre la América
contradictoria, es y será siempre una llamarada de esperanza. Ese
revolucionario inmortal legó además de su ejemplo y su convicción de lucha, los
versos que son memoria de sus días, de sus ires y venires.
Voz de los silenciados, de los olvidados, de los nadies,
el Che supo temprano de los dolores humanos, del hambre centenaria y así, su
palabra se hizo estandarte para acompañar y acompañarnos en todas las luchas y
en todos los sueños de hoy y de mañana. Guevara es el imprescindible Quijote
latinoamericano, el que nos ha enseñado a endurecernos “sin perder jamás la
ternura”. El Che es palabra y ejemplo, hombre que ha trascendido las geografías
y los tiempos, para ser siempre presente.
Médico revolucionario
Fue en 1947 cuando Ernesto Guevara ingresó a la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos
Aires. Durante 1952 viajó por Argentina, Chile, Perú, Colombia y Venezuela en
compañía de Alberto Granados. El título de médico lo recibió en 1953.
Luego de sus vivencias en Bolivia y su posterior contacto
con exiliados latinoamericanos en Perú, llegó a Guatemala en diciembre de ese
mismo año. Apenas un mes después, en enero de 1954, entabló amistad con Antonio
Ñico López, uno de los participantes del asalto al Cuartel Moncada. Y
precisamente después del golpe de Estado que derrocó al gobierno democrático de
Jacobo Arbenz, el Che partió a México, donde conoció a Fidel Castro y se
enlistó como médico en la futura expedición del Granma. En 1956 los
revolucionarios partieron con destino a Cuba. El desembarco se produjo el 2 de
diciembre.
De allí en adelante el Che se convirtió en uno de los más
valientes combatientes que tuvo la revolución cubana. Y su entereza y
honestidad lo llevaron a ocupar importantes cargos en la naciente Cuba
revolucionaria, entre ellos el de Presidente del Banco Nacional de Cuba y
Ministro de Industrias.
El 3 de octubre de 1965, en el acto de constitución del
Comité Central del Partido Comunista de Cuba, Fidel leyó la carta de despedida
del Che. El guerrillero heroico partía a Bolivia con el nombre de Adolfo Mena
González.
El 08 de octubre de 1967, Ernesto Che Guevara fue herido
en combate en la Quebrada
del Yuro, y un día después asesinado en la Higuera.
Las voces del Che
Con sus ojos cruzados de paisajes, anduvo el Che poeta
los recuerdos y los afectos. Avanzaron sin piedad sus pasos por la geografía
del silencio impuesto. Irrumpió en la memoria de los jóvenes que eran, de los
jóvenes que somos. Una estrella tiritando de frío en la sombra, descubierta en
las voces que recitan en susurros su nombre de héroe sin misterio, de hermano y
compañero.
Su canción es himno de lucha, viento que despeina el polvo,
lluvia que moja lo que no puede seguir siendo. Resurrecto en las horas, el Che
permanece en la estatura de su ejemplo. Su mirada estará en las selvas, en los
desiertos, en los mares y los ríos, en todos los continentes, cuando su voz
estalle la noche. Él sigue cantándonos rebeldías, indicando caminos, señalando
errores, amando la palabra y la tierra. El Che vive y vivirá siempre que
alguien lo nombre, que alguien lo invoque a mitad de una tarde sin sombra. Vive
en la mirada niña y en los pies descalzos y sin escuelas, vive como viven todos
los que construyen rebeldías y libertades. Porque no ha de morir nunca el que
hace de su vida una fértil semilla de sueños.
Vieja
María, vas a morir
“Toma
esta mano de hombre que parece de niño
entre
las tuyas pulidas por el jabón amarillo,
restriega
los callos duros y los nudillos puros
en
la suave vergüenza de mis manos de médico.
Descansa
en paz, vieja María,
descansa
en paz, vieja luchadora,
tus
nietos todos vivirán la aurora. LO JURO”.
Ernesto Che Guevara
Despedida
a Tomás
“Un
día, aunque mi recuerdo sea una vela
más
allá del horizonte
y
tu recuerdo sea una nave
encallada
en mi memoria,
se
asomará la aurora a gritar con asombro
viendo
a los rojos, hermanos del horizonte
marchando
alegres hacia el porvenir”.
Ernesto Che Guevara
Publicación
Barómetro 11-10-12
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