Desde Medio Oriente
27/Mayo/2013
De Irak a Siria: la excusa de las armas químicas
Leandro
Albani.
Siria podría
convertirse en el nuevo Irak invadido por Estados Unidos. Esta afirmación no es
caprichosa, sino que se desprende de los últimos movimientos y declaraciones
realizadas por la Casa Blanca, con el apoyo de sus aliados europeos e Israel.
La excusa para este
posible ataque, al igual que sucedió en Irak, son las supuestas armas químicas
que posee Damasco.
Si en 2003 la
administración de George W. Bush desplegó una telaraña política, militar y
mediática para justificar la invasión a territorio iraquí, en estos días esa
metodología, con algunos matices, apunta contra Siria y el gobierno del
presidente Bashar Al Assad.
Desde hace más de
una semana, el tema de las armas de destrucción masiva que Damasco tendría en
su poder se ha acrecentado. Curiosamente, el propio gobierno de Al Assad
solicitó a la Organización de Naciones Unidas (ONU) que conforme un grupo para
investigar la utilización de armamento químico por parte de las agrupaciones
mercenarias que operan dentro de la nación árabe y son responsables de
asesinatos de civiles, soldados y ataques terroristas.
El Ejecutivo sirio,
que negó poseer armas químicas, pidió la intervención de la ONU luego de acusar
a un grupo opositor de utilizar este armamento el 19 de marzo en la localidad
Khan Al Asal, en la norteña provincia de Alepo, cuando el lanzamiento de un
misil cargado con material químico mató a 25 personas y dejó heridas a 110.
Sobre este punto,
la prestigiosa publicación canadiense Global Research reveló que Estados Unidos
y la Organización del Tratado Atlántico Norte (Otan) favorecieron que las
bandas irregulares utilicen esos armamentos, al permitir su entrada a través de
la frontera con Turquía.
La ONU aceptó el
pedido de Damasco pero su secretario general, Ban Ki-moon, afirmó que el grupo de
especialistas, encabezado por Ake Sellstrom, debe movilizarse en todo el
territorio sirio para investigar si el gobierno cuenta con ese tipo de armas.
De esta forma, Ban aceptó las endebles declaraciones de Estados Unidos y Gran
Bretaña que han difundido la posibilidad de que la administración siria tenga
en su poder armas químicas.
Washington y
Londres argumentaron que existen “fuertes indicios” de que el gobierno sirio
haya utilizado gas sarín y otras sustancias tóxicas contra los grupos
mercenarios. Por su parte, la Casa Blanca reconoció que las supuestas
“evaluaciones” son “insuficientes”, por lo cual hacen falta “hechos creíbles y
confirmados para tomar decisiones”. Desde Estados Unidos, quienes llevan la voz
cantante en este nuevo entramado que busca justificar una invasión son los
secretarios de Estado, John Kerry, y de Defensa, Chuck Hagel.
El propio Obama
aseveró que el uso de armas químicas por parte de Damasco marca “un punto de
inflexión”, aunque aclaró que las evaluaciones estadounidenses sobre el empleo
de este material son “preliminares”.
La respuesta siria
Ante el aluvión de
declaraciones y especulaciones respecto a las armas químicas, el representante
sirio en Naciones Unidas, Ibrahim Al Yaafari, denunció que Estados Unidos y sus
aliados tienen capacidad para desatar un ataque contra la nación árabe sin la
aprobación del Consejo de Seguridad. El diplomático señaló que invasiones con
estas características fueron cometidas en Yugoslavia, Irak y Libia.
En la arremetida
contra Damasco, Kerry había propuesto aplicar una zona de exclusión aérea,
similar a la utilizada contra territorio libio, por lo cual Al Yaafari
respondió que “mediante la legislación internacional no podrá concretar una
resolución para imponer una zona de exclusión aérea sobre todo el país o una
parte de su territorio”.
El diplomático
sirio también se refirió al intento del titular de la ONU para que se
investigue si Damasco posee armas químicas. Al Yaafari calificó que una
inspección de ese estilo sería “insolente e incontrolada” y amenazaría la
soberanía del país.
Quien hizo sonar el
alerta fue Rusia, país que ha rechazado en el Consejo de Seguridad todos los
intentos por justificar una invasión a Siria. El vicecanciller ruso, Mijail Bogdanov,
instó a no manipular el tema “para alcanzar otros objetivos”.
Otra voz disonante
fue la de Jan Schakowsky, congresista estadounidense, que demandó a la Casa
Blanca evaluar con mayor seriedad las acusaciones contra Damasco. En una
entrevista en la cadena NBC, la parlamentaria recordó que el ataque a
territorio iraquí comenzó sobre la base de información de inteligencia falsa.
Los escenarios
Con este panorama
se confirman nuevamente las intenciones de la administración Obama de derrocar
al gobierno del presidente Al Assad. Al financiamiento directo y entrenamiento
de mercenarios que operan en Siria, la Casa Blanca ahora busca una excusa
efectista para facilitar la invasión.
Si se toma en
cuenta la postura del mandatario estadounidense de atacar países con el
respaldo de la OTAN y respetando ciertas “legalidades” -como fue el caso de
Libia-, en el escenario sirio Obama encuentra la negativa de Rusia y China
dentro del Consejo de Seguridad de la ONU a avalar una incursión militar
extranjera. Moscú y Beijing tampoco estarían dispuestos a apoyar una zona de
exclusión aérea como sucedió con Libia.
Al igual que en
Irak, una invasión contra Siria tendría dos objetivos: acrecentar el control
geopolítico en Medio Oriente, donde Israel es el principal aliado de
Washington, y apoderarse de los recursos naturales y minerales de la nación
árabe.
En el artículo
“Siria: la carrera por el oro negro”, publicado en Il Manifiesto, el periodista
Manlio Dinucci indicó que Damasco tiene reservas de petróleo ya comprobadas por
2.500 millones de barriles, según datos de la U.S. Energy Information
Administration. De esta forma, Siria posee las reservas más importantes de la
región, exceptuando las que se encuentran en Irak.
Dinucci agregó que
a partir de 1964, “las licencias para la prospección y explotación de los
yacimientos están reservadas a las empresas estatales sirias. Hasta 2010, la
medida proporcionó al Estado un ingreso anual de 4.000 millones de dólares,
proveniente de la exportación de petróleo, esencialmente hacia Europa”. Dinucci
alertó que la nación árabe juega el papel de “punto de confluencia de los
corredores energéticos alternativos, en relación con los que pasan por Turquía
y a través de otros trayectos, ya controlados por las compañías estadounidenses
y europeas”. Con respecto a esto, recordó que en marzo de 2011 Damasco, Bagdad
y Teherán firmaron un acuerdo que “prevé la construcción de un gasoducto que
transportará, a través de Irak, el gas natural iraní hasta Siria y, desde ese
país, hasta los mercados exteriores”. Un proyecto, sin duda, que no despierta
sonrisas en los círculos de poder estadounidenses.
leandroalbani@gmail.com
Publicación
Barómetro 06-05-13
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