Desde España
27/Mayo/2013
¿En qué se diferencia una Renta Básica
de una Renta Garantizada de Ciudadanía y por qué apoyamos esta ILP?
Daniel Raventós
• Sergi Raventós
La peor crisis
en la trágica historia del capitalismo sigue sin visos de acabarse en lo
inmediato. Situación que es utilizada por los poderes establecidos para atacar
lo que queda del estado de bienestar. Es en este contexto tan sumariamente
expuesto que hay que entender la voluntad
de los promotores de la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) por una
Renta Garantizada de Ciudadanía (RGC). La asociación Red Renta Básica (RRB) ha
estado desde el inicio entre el grupo promotor de esta ILP. Ante una situación como
la que estamos viviendo, en donde nuevos informes (el último es el informe de
Foessa) y estudios constatan que crecen el paro, la pobreza, la exclusión
social y también arrecia el ataque a las condiciones de existencia material
para casi toda la población no rica o no muy rica, la ILP por una RGC nos
parece una iniciativa excelente. Una iniciativa, que a su vez, ha conseguido
amplios apoyos de sindicatos, partidos y asociaciones para la mencionada ILP.
Esto de por sí ya es un éxito. Y la maquinaria ya puesta en marcha para
conseguir 50.000 firmas, permitirá llegar a más sectores sociales. En muchas
charlas de presentación de esta ILP, a los miembros de la RRB se nos ha
preguntado o se nos ha pedido que expliquemos las diferencias entre la RGC y la
RB. También se nos pregunta al respecto al pedirnos este artículo. Veamos en
las menos palabras posibles estas diferencias.
La RGC es un
subsidio condicionado. Para recibirlo, tal como expone la propia ILP, deberían
cumplirse una serie de condiciones. Puede tratarse de condiciones más o menos
generosas, pero son condiciones. Esto supone unos costes administrativos muy
altos en proporción al presupuesto general del programa condicionado. En
cambio, la RB representa una simplificación administrativa envidiable como
hasta han venido a reconocer algunos de sus críticos. Resulta obvio que esta
característica de la RB, la ausencia casi absoluta de costos administrativos,
puede ser de vital importancia en la perspectiva de una efectiva
racionalización de las políticas sociales y de redistribución de la riqueza.
La RB se
garantiza ex-ante, la RGC, en caso de poder tener acceso a ella, ex-post. Esta
característica convierte a la RB en una medida esencialmente preventiva de la
exclusión. Sobre la RGC, por razones evidentes, no puede afirmarse lo mismo.
La RB permite
eludir las llamadas trampas de la pobreza y del paro. Estas trampas aparecen
por el hecho que las cantidades monetarias de los subsidios condicionados, como
es el caso de la RGC, no son acumulativas (con esto queremos decir que son
subsidios complementarios a una renta ya existente y hasta un umbral
establecido). De aquí la inexistencia de estímulos muy elevados para aceptar
ocupaciones que supongan la pérdida de la RGC. A diferencia de la RGC, la RB no
constituye un techo, sino que define sólo un nivel básico, a partir del cual
las personas pueden acumular cualquiera otro ingreso. Además, la RB podría ser
en muchos casos un estímulo para desarrollar trabajos remunerados, mientras que
los subsidios condicionados no sólo no suponen este incentivo sino que
representan todo lo contrario.
La RB al no
estar condicionada, la recibiría toda la población, como queda dicho. Esta
característica tan distintiva de esta propuesta ha supuesto que algunas
personas hayan expresado su desacuerdo con que “también la reciban los ricos”.
Si se entiende cabalmente que tan importante es la cantidad de la RB como la
forma de financiarla (y hay más de una y de dos formas de hacerlo), puede
deshacerse alguna confusión. Que todo el mundo reciba la RB no quiere decir que
todo el mundo gane. Los ricos pierden en las propuestas de financiación
políticamente interesantes. En el proyecto de financiación que realizó la RRB
para Cataluña en el año 2005, el 60% de la población con menos renta se beneficiaba
con la RB, un 15% quedaba aproximadamente igual, y el 15% más rico perdía. Con
nuevos datos y en plena crisis, se está realizando un estudio de actualización
que permitirá ver qué cantidad de RB es en la actualidad técnicamente posible
(en el año 2005, era de 5.414 euros anuales para toda la población censada en
Cataluña y de 2.707 para los menores de 18 años). Esperamos tener en breve esta
actualización.
Una
consideración comparativa final. Si bien en condiciones de crisis y de paro
masivo como en la actualidad esta razón queda más debilitada, la RB permite
evitar los daños psicológicos y morales vinculados a la estigmatización social
del perceptor de un subsidio condicionado como es la RGC. Lo que debe
garantizar toda sociedad es el "primer derecho", el de la existencia.
Simplemente por el hecho de pertenecer a la ciudadanía (o, si se quiere, por el
hecho de pertenecer al género humano), sin razones adicionales. Cualquier
consideración acerca de la libertad de las personas que las desvincule de la existencia
material garantizada, puede servir para multitud de trabajos académicos y hasta
para muchas tesis doctorales, pero es a lo sumo palabrería sofisticada. Aunque
fueron dichas hace más de dos siglos, las palabras al respecto de Robespierre
siguen siendo de rigurosa actualidad: “¿Cuál es el primer fin de la sociedad?
Mantener los derechos imprescriptibles del hombre. ¿Cuál es el primero de esos
derechos? El de existir. La primera ley social es, pues, la que asegura a todos
los miembros de la sociedad los medios de existir; todas las demás se
subordinan a ésta; la propiedad no ha sido instituida, ni ha sido garantizada,
sino para cimentar aquella ley; es por lo pronto para vivir que se tienen
propiedades. Y no es verdad que la propiedad pueda jamás estar en oposición con
la subsistencia de los hombres.”
La RB no es
solamente una medida contra la pobreza, es una propuesta que pretende ser parte
integrante de una diferente configuración política de los mercados. También
esta propuesta quiere dotar de existencia material a la población para hacer
posible la libertad efectiva de todos los miembros de la sociedad.
Característica “subversiva” que ha captado perfectamente la derecha toda y por
ello la ha considerado tan peligrosa cuando se ha discutido por dos veces en el
parlamento del Reino de España.
Cada vez es
creciente el número de personas que pierden lo que les garantizaba mal que bien
una existencia social más o menos decente. Pedir trabajo digno para todas las
personas en paro supone un noble objetivo y sería harto deseable, pero mientras
eso no llega y no es previsible que vaya a llegar en los próximos años estas
mismas personas deben tener la existencia garantizada. Comer, alojarse,
vestirse… son necesidades que deben realizarse a diario. Aquí cobra todo el
sentido esta Iniciativa Legislativa Popular por una Renta Garantizada de
Ciudadanía (¿hacia una renta básica?).
Daniel Raventós
es profesor de la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad de
Barcelona, miembro del Comité de Redacción de SinPermiso y presidente de la Red
Renta Básica. Es miembro del comité científico de ATTAC. Su último libro es
¿Qué es la Renta Básica? Preguntas (y respuestas) más frecuentes (El Viejo
Topo, 2012). Sergi Raventós es trabajador social en una fundación de salud mental.
Es miembro del colectivo Dempeus per la salut pública. Forma parte de la
comisión promotora de la Iniciativa Legislativa Popular por una Renta
Garantizada de Ciudadanía como representante de la Red Renta Básica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario