Desde Venezuela
27/Mayo/2013
Terrorismo; Made in USA
Sergio
Rodríguez Gelfenstein
Según Noam Chomsky,
la guerra contra el terrorismo, de acuerdo a lo que se define en altas esferas
del gobierno de Estados Unidos es la “lucha contra una plaga, un cáncer
esparcido por bárbaros, por ´depravados enemigos de la mismísima
civilización`”.
El terrorismo se
constituye así tanto en el ámbito interno como en el mundial, como una vía abierta a todo acto violento e
intimidatorio, aplicado sin reserva o preocupación moral alguna. Los fines
buscados por esta forma de "guerra" no convencional pueden ser
políticos, religiosos, culturales y la toma del poder por un medio totalmente
ilícito. En su sentido más amplio, el terrorismo es la táctica de utilizar un
acto o una amenaza de violencia contra individuos o grupos para cambiar el
resultado de algún proceso político. Ahora bien, puede ser definido de manera
más específica como el uso coercitivo de la violencia. Sin embargo, hay que
decir que no se ha hecho una definición única de terrorismo, incluso en el
período de la guerra fría se comenzó a hablar de “terrorismo de Estado” como
aquella acción violenta organizada por estos y ejecutada desde sus aparatos de
inteligencia.
Esta definición dio
origen, durante el gobierno de Ronald Reagan a la idea que transformó la guerra
contra el terrorismo en el eje ordenador de la política exterior de Estados
Unidos. Sin embargo, la respuesta fue en sentido contrario, se creó una
“extraordinaria red terrorista internacional, de una dimensión totalmente
novedosa”, lo cual ha generado crueldades generalizadas en toda la superficie
del planeta como afirma Chomsky.
Al finalizar la
guerra fría, la política de la única potencia mundial se vio forzada a
abandonar los métodos clásicos que aplicó en el marco del mundo bipolar y los
sustituyó por otros que sin embargo perseguían el mismo objetivo: preservar
mercados y fuentes de materias primas, incrementar las ganancias monopolistas,
impulsar y reforzar el capitalismo y garantizar su posición económica,
política, ideológica y estratégico-militar.
En este marco la
acción ejecutada el 11 de septiembre de 2001 contra Estados Unidos por
presuntos terroristas árabes, se hizo
aparecer como la respuesta en el nuevo siglo, a las acciones de Estados Unidos
a lo largo de años en que era habitual el uso continuo de la fuerza en todo el
planeta.
Esta política
originó la formación de movimientos que se manifestaban contra la actuación de
Estados Unidos, algunos de ellos, ante el cierre de las posibilidades
democráticas de participación política, principalmente en países periféricos,
comenzaron a utilizar acciones armadas como forma de expresión de sus ideas con
el deseo de provocar un cambio en sus países y en el mundo. En estas
condiciones, después del 11 de septiembre el Presidente Bush, creó las
condiciones para que cualquier acción contra los intereses de Estados Unidos
fuera considerada como terrorista “O están con nosotros o están con el
terrorismo”. Eso hizo que la definición de terrorismo se hiciera difusa, lo que
permitió un uso interesado de la misma por las potencias occidentales para
quienes el solo hecho de disentir de ellas catalogaba a un movimiento o
ciudadano en esta condición, mientras que quienes se pusieran a su lado
adquirían patente de corso para todas sus tropelías al margen del derecho
internacional.
Así por ejemplo,
Estados Unidos calificó a Al Qaeda como organización de liberación cuando
luchaba contra la Unión Soviética en Afganistán en los años 80 y 90 del siglo
XX. Pasó a ser terrorista después del 11 de septiembre de 2001 y nuevamente “luchadora por la
libertad y la democracia” en Libia en 2011 y más recientemente en Siria,
justificando de esa manera su armamento y financiamiento
Esto nos lleva a
analizar en perspectiva histórica la acción terrorista realizada recientemente
en la ciudad de Boston, Massachusetts en contra de un evento deportivo en el
que participaban atletas de todo el mundo. En este sentido, el investigador
mexicano John Saxe-Fernández expone la gran vulnerabilidad interna de Estados
Unidos, considerando que hay más de 400
grupos paramilitares estadounidenses identificados como terroristas por el FBI.
Otro analista mexicano, José Vilchis Guerrero señaló en un artículo publicado
en septiembre de 2001 con el título de “Con el enemigo en casa” que “No cabe
duda que existen varios implantes en los centros de inteligencia y seguridad
nacional de Estados Unidos que colaboran con terroristas y que los asistieron
para decodificar señales que son clasificadas como top secret”.
Todo lo anterior
genera dudas respecto de la actuación contradictoria del gobierno de Estados
Unidos frente al terrorismo. Mientras desata una cinematográfica cacería humana
para atrapar a los autores del atentado en Boston, avala con su silencio
cómplice las acciones terroristas que la derecha venezolana realizó en los días
posteriores a las elecciones presidenciales del 14 de abril y que causaron la
muerte de 8 ciudadanos, incluyendo un niño e importantes pérdidas a la
infraestructura hospitalaria y de
distribución de alimentos del país.
Como va siendo
habitual, el payaso que desde la Casa Blanca de Washington se encarga de
administrar el terror en el mundo, -con una hipocresía incorporada a su
personalidad- derrama lágrimas en los
frecuentes funerales de niños masacrados en las escuelas de Estados
Unidos por la violencia absurda incitada por los medios de comunicación que
promueven la muerte como negocio de los grandes productores de armas. Sin
embargo, no siente la menor angustia cuando da la orden para que aviones sin
piloto ataquen inermes poblaciones en Pakistán y otros países en los que una y
otra vez pierden la vida niños inocentes.
Así, al mismo
tiempo que asistía a un servicio religioso en la catedral de Santa Cruz en
Boston, permanecía impasible ante la barbarie que sus hordas asesinas desataban
en Venezuela. No reconocer al presidente Maduro bastaba para que los salvajes
se sintieran protegidos en sus andanzas. Hoy, debemos tomar sus palabras ante
los fallecidos de Boston y -aunque parezca increíble hacerlas nuestras en
Venezuela “Si ellos buscaron intimidarnos, aterrorizarnos, sacudir de nosotros
los valores…ahora debe estar claro que se equivocaron de ciudad”. También
podemos decir al igual que Obama que “Este es el mensaje que enviamos a quienes
llevaron a cabo esto y quien quiera hacer daño a nuestra gente: Sí, vamos a
encontrarlos, y sí, van a enfrentar la justicia. Los vamos a encontrar, vamos a
llamarlos a rendir cuentas”.
No hay terroristas
buenos y malos que se caractericen de
esa manera de acuerdo al amo que sirvan. El terrorismo es una lacra que
debe ser perseguida en todas sus manifestaciones y dimensiones. Las acciones
militares y policiales en Boston ya han sembrado la duda respecto de quién
pueda estar detrás de esas operaciones.
El ex funcionario del FBI Sibel Edmonds comentó
que “Después de la captura del segundo sospechoso -Dzhojar Tsarnáev- solo
surgirán más preguntas sin respuesta, en una investigación plagada de
incoherencias y falsedades”, Según Edmonds, esta historia se desenvolverá en un
escenario similar al de la muerte del líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden, donde
las versiones sobre su muerte cambiaban día tras día. “Van a cambiar la
historia, van a lanzar tanta confusión, contradicciones y datos contradictorios
que nadie va a entender qué es lo que realmente ocurrió, sobre todo si el
segundo sospechoso muere”, señaló.
Ante los intentos
de vincular a los hermanos chechenos con redes terroristas, el ex miembro del
FBI dijo que, “desde mediados de los años 90, Washington directamente o a
través de Turquía ha estado armando, formando, gestionando, orquestando no solo
a los chechenos, sino también a otras facciones de la región de Asia Central y
el Cáucaso”. Así que, “en realidad estamos en medio del negocio de embalaje de
terroristas y provocando el terrorismo en esa región, tal como lo hemos hecho
durante las últimas décadas en Oriente Medio”, consideró.
Por su parte, el
líder de la República de Chechenia en Rusia, Ramzán Kadírov, dijo que los
hermanos Tsarnáev, crecieron y se formaron en Estados Unidos, no en Chechenia.
Afirmó que “Cualquier intento de trazar algún vínculo entre Chechenia y los
Tsarnáev, si son encontrados culpables, será en vano. Ellos crecieron en
América, sus opiniones y convicciones se formaron allí. La raíz del mal hay que
buscarla en América”, dijo Kadírov en la red social Instagram.
Kadírov, aseguró
que “el terrorismo debe ser combatido en todo el mundo: eso lo sabemos mejor
que nadie”. “Hoy, según los medios, durante un intento de detención fue abatido
un tal Tsarnáev. Hubiera sido lógico que lo hubieran apresado y efectuado una
investigación para esclarecer todas las circunstancias y determinar su grado de
culpabilidad”, dijo. En cambio, añadió, “parece que los servicios secretos
necesitaban lograr resultados por todos los medios para aplacar a la sociedad”
sergioro07@hotmail.com
Publicación
Barómetro 29-04-13
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