Desde Venezuela
27/Mayo/2013
Gobernante Cuestionado y
Ciudadanía Agredida
Rodrigo
Huerta Pegueros*
Los maestros de la Coordinadora estatal de
trabajadores de la educación de Guerrero (CETEG), una vez más pudieron alzar su
puño al aire en señal de triunfo y por su parte, el gobernador del estado,
Ángel Heladio Aguirre Rivero, claudicó y ordenó a sus secretarios, general de
gobierno, Humberto Salgado Gómez y a la secretaria de educación, Silvia Romero,
firmara un convenio donde aprobaba todas las peticiones que le hicieron, desde
hace varias semanas atrás, los profesores guerrerenses.
Pero para
llegar a esta firma, el gobierno del estado trató de vencer mas no convencer a
los cetegistas, quienes finalmente impusieron su criterio en una mesa de
diálogo forzada por las circunstancias, misma que fue encabezada por un
gobernador sumamente cuestionado y por el representante de la Secretaría de
Gobernación federal, Luis Enrique Miranda Nava, quien solo sirvió para
atestiguar el evento e informar a su superior jerárquico, el titular de SEGOB,
Miguel Ángel Osorio Chong.
Pero para
llegar a este punto culminante del conflicto magisterial, tuvieron que pasar
más de 25 días de plantones y cierres de oficinas, tanto del gobierno estatal
como del propio palacio legislativo.
Realizaron
constantes mítines y marchas de protesta para
solicitar el compromiso del gobierno estatal de no privatizar la
educación; que la reforma laboral no afecte sus derechos laborales adquiridos;
que el instituto de evaluación sea un organismo autónomo sin injerencia del
gobierno y se entreguen plazas a normalistas que terminaron su instrucción tal
y como acontece en otras entidades del país (Oaxaca).
De nada
sirvieron los argumentos del gobierno estatal y federal respecto a la
aprobación de la reforma educativa por parte de los legisladores permanentes,
pues en estos precisos momentos, el congreso del estado está por modificar
parte de dicha reforma que ellos mismos, días atrás, habían aprobado sin las
correspondientes audiencias a los directamente involucrados, como son los
maestros y alumnos.
Como arma para
vencer la reticencia de los cetegistas, el gobernador Aguirre, amenazó—una vez
más—con el no pago de salarios a los maestros por no haber trabajado en aulas y
haber afectado a miles de alumnos quienes están en peligro de perder su
semestre. También amenazó con encarcelar a los dirigentes de la CETEG por ser
responsables de una serie de delitos cometidos tanto del ámbito del fuero común
como federal, como son los bloqueos a edificios públicos y a vías de
comunicación tanto estatal como federal.
Lo único que
logró el mandatario estatal fue que los ánimos se encendieron. Los maestros se
plantaron en sus demandas y reiteraron su decisión de llevar hasta sus últimas
consecuencias su protesta si se les negaba el pago salarial y se detenía a
cualquiera de los maestros participantes en las movilizaciones.
Una y otra
vez, durante estas cuatro semanas consecutivas, los maestros alegaban que no se
podía creer al gobernador lo que ofrecía ya que no cumplía con la palabra
empeñada y por lo tanto todo lo que ahora en adelante se ofreciera tendría que
ser bajo convenio previamente firmado.
El gobernador
Aguirre no aceptó tal propuesta pues dijo que eso era un chantaje y que primero
los maestros deberían desalojar los edificios públicos tomados y posteriormente
se les iban a conceder sus peticiones.
La respuesta
fue inmediata, los maestros volvieron a la presión y resolvieron hacer su
última movida de ajedrez y apostaron el todo por el todo a ello y mudaron su
plantón a la autopista del sol para bloquearla, pues era ese día el inicio de
las vacaciones de semana santa y el turismo nacional o internacional iba a
desplazarse hacia las playas de Acapulco o Zihuatanejo.
Previamente a
esta postura magisterial, el gobernador Aguirre salió ante los medios masivos
de comunicación—radio y televisión—para advertir a los maestros que si se
atrevían a tomar la autopista del Sol iban a ser desalojados por las fuerzas
federales con el auxilio de la fuerza pública estatal.
El anuncio
surtió el efecto contrario. Los maestros ocuparon esta vía y no dejaron pasar a
un solo automotor ni para el norte ni para el sur. Decenas de kilómetros fueron
ocupados por los paseantes y paisanos y durante más de 9 horas tuvieron que
ocupar la vía rápida para esperar el desenlace que ocurrió pasadas las diez de
la noche. A esa hora los maestros se retiraron pero con la promesa del
gobernador de recibirlos en Chilpancingo el sábado por la mañana.
Así ocurrió
todo. Al día siguiente en la mesa de diálogo forzada los maestros tuvieron
horas de discusión y al final lograron que sus demandas se concretaran y se
firmó un amplio convenio que fue difundido por el gobierno estatal como si
fuese una conquista de la administración estatal cuando fue todo lo contrario.
Los maestros
obtuvieron la promesa de que se les pagaría los salarios caídos, que se resolvería
todo lo relativo a las órdenes de aprehensión y que se comprometía el
gobernador y el propio Congreso del estado para que en Guerrero la educación
siga siendo gratuita asi como de que se integrará un instituto estatal de
evaluación y se entregarán a normalistas las plazas para ejercer su profesión.
Si esta firma
hubiese sido convenida con el magisterio hace tres semanas atrás, todo lo
ocurrido no hubiese pasado y no se hubiesen causado los daños ocurridos y menos
se hubiese dañado a turistas y paisanos en tránsito el pasado viernes. Así
también se hubiera evitado afectar a los miles de ciudadanos que tenían que
hacer alguna gestoría en el gobierno estatal o en el Congreso.
Pero sobre
todo no se hubiese afectado a los alumnos quienes están en peligro de perder su
semestre si es que no se cumple con el calendario escolar del presente ciclo.Ya
ni hablar del daño a la imagen del estado o de Acapulco y Zihuatanejo la que se
afectó por este movimiento. El daño está hecho. El saldo es ampliamente
negativo para el gobierno del estado pues una vez más no se vislumbró el efecto
nocivo que esto traería como consecuencia para los ciudadanos y los empresarios
y la imagen de los centros turísticos de Guerrero.
Como lección
podríamos decir que ya no funciona el todo o nada en una mesa de negociación.
El diálogo se abre para solucionar los conflictos no para agravarlos tal y como
aconteció una vez más en Guerrero. El gobernador hoy se convirtió en la
autoridad mas cuestionada y poco fiable para los ciudadanos que no fueron
protegidos por una administración nada responsable y poco democrática.
Periodista/Analista
Político*
observar@gmail.com
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