Desde Chile
Fecha: 28/Jun/2015
Fecha: 28/Jun/2015
Chile: Casos Penta, Soqumich Y Caval
La Huella Pestilente Del
Capitalismo
Nico Fuentes
Es el modo de producción
capitalista el que bestializa al ser humano, y lo empuja a robar, explotar,
mentir de manera descarada, asesinar, torturar, degollar y hacer desaparecer a seres
humanos, con el objetivo de cautelar los intereses que otorga una sociedad de
clases a una minoría parásita.
Para muchos parece sorprendente la connivencia entre política, dinero y
corrupción que ha quedado al descubierto con los casos Penta, Soquimich y
Caval. Todos rasgan vestiduras – gobierno, mundo político e incluso la SOFOFA y
la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC) – han alzado la voz para
condenar los actos de corrupción en los que están involucrados, dilectos
miembros de la casta empresarial chilena. Incluso el presidente de la CPC,
Andrés Santa Cruz ha ido más lejos, anunciando que “la empresa o persona socia
del gremio que sea imputada, se le va a suspender su membresía, mientras dure
la investigación, y que en caso de condena judicial, esa empresa o persona,
será expulsada de la entidad gremial”.
El gobierno no se ha quedado atrás, en esta repentina cruzada por
recomponer la “moralidad y las buenas costumbres”, que, como se nos quiere
hacer creer, han caracterizado al modelo chileno, que hoy ve amenazada su
integridad y prestigio por las malas artes de un par de empresarios, entre
ellos, el hijo y la nuera de la Presidenta de la República, Michelle Bachelet.
Para ello, el martes 10 de marzo Bachelet, presentó con “bombos y platillos” la
Comisión Asesora Presidencial que deberá realizar propuestas, en no más de 45
días, para regular la relación entre dinero y política.
La comisión está conformada por un grupo variopinto de personalidades del
ámbito público-privado del país, que nos trae a la memoria la tristemente
célebre “Comisión de Hombres Buenos”, que formó en 2002 el gobierno de Ricardo
Lagos para solucionar el conflicto de Ralco. El resultado de la intervención de
aquellos “hombres buenos”, finalmente permitió a Endesa apropiarse de los
predios de los Pehuenches, inundar sus tierras y construir la represa de Ralco.
13 años después, Michelle Bachelet, pretende convencer al país, que esta nueva
“Comisión de Hombres Buenos”, logrará regular la colusión entre dinero y
política, y con ello, dar un certero golpe a la corrupción.
La burda jugada de Bachelet, es fruto de la desesperación personal y de
sus socios de la Nueva Mayoría y de la derecha, que ven en la corruptela
descubierta, una amenaza para la institucionalidad neoliberal, que tan buenos
dividendos ha dado al empresariado nacional e internacional, y ciertamente a su
principal promotor: el imperialismo norteamericano. El botín de los últimos 42
años ha sido enorme, y de él reciben una tajada menor, aunque igualmente
suculenta, los administradores del modelo, entre los cuales se cuentan también
algunos “pinche de empresarios” como el hijo y la nuera de la propia Bachelet.
Lo cierto, es que no existe solución para las lacras develadas, en el
contexto del actual modelo de acumulación capitalista, porque la colusión entre
dinero, política y corrupción es consustancial al propio modelo. Aquí no se
trata de hombres buenos o malos, sino como dijo Marx que “en la producción
social de su vida los hombres establecen determinadas relaciones necesarias e
independientes de su voluntad (relaciones de producción), y que el conjunto de
esas relaciones de producción forma la
estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la
superestructura jurídica y política, y a la que corresponden determinadas
formas de conciencia social”. Para Marx,
el modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la
vida social política y espiritual en general, lo que quiere decir, que no es la
conciencia (buena o mala) de los hombres la que determina su ser, sino por el
contrario, es el ser social lo que determina su conciencia.
En ese sentido, los empresarios Carlos Délano, Carlos Lavín el ex yerno de
Pinochet, Julio Ponce Lerou y los políticos de la derecha pinochetista y
concertacionista involucrados en los hechos de corrupción, no han hecho nada
nuevo y distinto. Han sido fieles a sí mismos, haciendo lo que siempre han
hecho. El individualismo, la codicia ilimitada, la mentira y la hipocresía son
desvalores propios de un modelo que garantiza los privilegios y granjerías de
la minoría. Es el modo de producción capitalista el que bestializa al ser
humano, y lo empuja a robar, explotar, mentir de manera descarada, asesinar, torturar,
degollar y hacer desaparecer a seres humanos, con el objetivo de cautelar los
intereses que otorga una sociedad de clases a una minoría parásita. Jamás
debemos olvidar, que las fortunas de los Luksic, Matte, Angelini, Paullman,
Ponce Lerou, Saieh, Piñera y otros,
tuvieron como telón de fondo el genocidio del pueblo chileno. Que su riqueza
extrema existe, porque miles de chilenos fueron torturados, asesinados y
desaparecidos. Porque es esencial comprender que la violencia nunca es un fin
en sí mismo, sino un medio para lograr determinados objetivos estratégicos de
carácter económico y políticos, que en Chile fueron tres: destruir el proyecto
de la Unidad Popular, implantar un modelo de acumulación capitalista sin
precedentes en nuestra historia y cautelar los intereses del imperialismo
yanqui. Hoy, el imperio pretende hacer lo mismo en Venezuela
Por ello, es importante tener claro que Michelle Bachelet, la Nueva
Mayoría, la derecha y el empresariado comparten el mismo objetivo: salvaguardar
la institucionalidad neoliberal, un estado de derecho espurio que impone la
minoría al pueblo de Chile. La Comisión Asesora Presidencial y el acuerdo
transversal que busca impulsar la clase política, tienen como único norte
salvar la institucionalidad del sistema en crisis, y lograr así, preservar los
intereses hegemónicos.
Como señala el filósofo español, Carlos Fernández Liria, el capitalismo ha
atacado el planeta por tierra, mar y aire. Ha reventado el subsuelo terrestre
con pruebas nucleares, ha abierto un agujero de ozono en la estratósfera y
llenado de misiles la galaxia. Ha desquiciado el código genético de las
semillas y cubierto de brea los océanos. Incluso decidió mover dos glaciares en
Chile para que una compañía norteamericana, propiedad de la familia Bush,
explote yacimientos mineros (1). Pero nada comparable, señala Fernández Liria,
a la hazaña, de mantener a la mitad de la población mundial viviendo con menos
de 2 dólares diarios, mientras las 84 mayores fortunas personales del planeta
suman una cifra equivalente al Producto Interno Bruto Chino y sus 1.200
millones de habitantes.
Esta es la realidad desoladora que enfrentamos en Chile y el mundo. El
desafío es terminar con el capitalismo y construir un modo de producción donde
los seres humanos y la naturaleza dejen de ser simple mercancía. La alternativa
es el socialismo, no las reformas claudicantes que promete la Nueva Mayoría,
cuyo objetivo es salvar y mantener la
viabilidad del capitalismo. La tarea del momento, es la unidad de la izquierda
revolucionaria en torno a un proyecto político que permita avanzar en la
construcción del socialismo.
(1) El Proyecto Pascua Lama fue
aprobado en 2006, en el primer gobierno de Michelle Bachelet. También le cabe
responsabilidad a su antecesor, Ricardo Lagos.
coigue2@hotmail.com
Publicación Barómetro
Los contenidos de los análisis publicados por
Barómetro Internacional, son responsabilidad de los autores. internacional.barometro@gmail.com
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