Desde Guatemala
Fecha 30 Agosto 2015
Crónica De Una Traición Más Que Anunciada
Carlos E. Lippo
Con arreglo a los estatutos de la
Organización de Estados Americanos (OEA), el Secretario General debe ser un
funcionario asalariado, subordinado por una relación de mandato a la Asamblea
General, órgano constituido por todas las representaciones acreditadas de los
países miembros, cuyas atribuciones están taxativamente definidas por la
“Carta” de la organización. En resumidas cuentas, se trata de un mandatario que
debe ser electo por una mayoría simple de los 34 estados miembros, para
representar por igual los intereses de todos y limitarse a acatar e implantar
las decisiones de la mayoría. Pero esto es sólo en teoría, pues a lo largo de
la historia a una buena parte de los secretarios generales les ha dado por
creerse miembros de esa organización, que es de estados y no de personas, y
todos sin excepción han hecho honor al calificativo de asalariado, que según la
segunda acepción del DRAE quiere decir: “Que, en ideas o en conducta, supedita
su propio criterio al de quien le paga”, al dedicarse a cumplir las órdenes de
los Estados Unidos, miembro al que le corresponde pagar la mayor parte de su
salario con arreglo a los estatutos.
A pesar de lo dicho al final del párrafo
anterior no dejó de causarme estupefacción que el actual Secretario General de
la OEA, el ex canciller uruguayo Luis Almagro, en el discurso de toma de
posesión del cargo pronunciado el pasado 26 de mayo ante la 45 Asamblea General
(1), celebrada en la capital del imperio, señalase textualmente que: “Como
secretario general de la OEA, soy gobierno y soy oposición”, cual émulo tardío
de aquel otro Luis, Luis XIV de Francia, que en 1.655 pronunciase ante el
parlamento francés la célebre frase: “El Estado soy yo”. De una estupidez a la
otra considero que es de justicia establecer, en descargo del insensato
soberano, que en su caso se trataba apenas de un casi iletrado adolescente de
16 años, mas en el caso que nos ocupa se trata de un abogado, diplomático y
político, miembro relevante del revolucionario “Frente Amplio”, que fuese
Embajador de la República Oriental del Uruguay en China (2.005-2.010), durante
el primer gobierno de Tabaré Vásquez y Canciller (2.010-2.015), durante el
gobierno del Pepe Mujica, antes de acceder a su cargo actual. Menudo acertijo
dialéctico el que nos estaba planteando este paisano de la Patria Grande, aun
antes siquiera de haber calentado su silla de Secretario General.
El acertijo dialéctico fue resuelto por el
recién estrenado secretario durante la misma sesión cuando dio a entender que
no se trataba de ser gobierno y oposición al mismo tiempo, sino que sería
gobierno para algunos estados y oposición para otros. En efecto, en medio de
una accidentada sesión interrumpida por opositores venezolanos que intentaron
sabotear la intervención de nuestro representante Alejandro Fleming y por Rosa
María Payá, hija del fallecido opositor cubano Oswaldo Payá, quien le recordó
que en su país “no hay elecciones libres desde hace casi 70 años”, Almagró se
limitó a hacer reflexiones tan babosas como éstas: “Toda exclusión de un
sistema político no puede ser admitida, la base de la democracia es la
participación de todos” y “No hay peor corrupción que suspender unas elecciones
porque le están sacando al pueblo lo más fuerte que tiene: la capacidad de
decidir”. El sólo hecho de haber permitido la actividad de opositores políticos
de Cuba y Venezuela en el seno de la Asamblea y darles aliento con sus palabras
revela bien a las claras con cuáles países habrá de jugar el rol de opositor en
las primeras de cambio. Qué tranquilidad han debido sentir Barack Obama e
Isabel II de Inglaterra en su condición de jefes de estado de los Estados
Unidos y de Canadá y no pocas de las islas caribeñas pertenecientes a la
Mancomunidad Británica, al comprobar que aquello de “ser oposición” no iba
contra ellos. ¡No hay duda de que el nuevo secretario justificó ampliamente su
mesada, al lograr superar en una sola sesión, al menos en el plano de la
retórica, todo lo hecho por sus predecesores José M. Insulza y César Gaviria en
15 años de arteros ataques a nuestra revolución para la mayor complacencia del
imperio!
No me causó sorpresa alguna que un
militante sobresaliente de la izquierda uruguaya como me atrevo a decir que fue
alguna vez Almagro, aun sin conocer en detalle su trayectoria, haya alcanzado
la secretaría general de la OEA convertido ya en una activa ficha tarifada del
imperio. Llegué a tal conclusión al conocer su posición en relación a la infame
orden ejecutiva de Obama que nos calificaba de amenaza inusual y extraordinaria
para la seguridad de su país, que no fue otra que excusar al imperio con la
misma argumentación que lo hizo aquel funcionario de medio pelo del
departamento de estado que aseguró que en realidad no representábamos tal
amenaza sino que se trataba de un problema de redacción pues para emitir el
dichoso decreto se había utilizado un documento proforma que es el usual en los
casos de amenazas reales. En aquella oportunidad Almagro declaró a TeleSur (2)
en una entrevista celebrada el 09 de abril en el marco de la VII Cumbre de las
Américas en la que Venezuela recibió el apoyo unánime de los países miembros de
UNASUR y CELAC, palabras más, palabras menos, que el decreto había sido hecho de
“manera automática” ya que se repitió lo mismo que se había dicho en los casos
de otros países. En la misma entrevista el Señor Almagro señalaba que
trabajaría intensamente en apoyar la agenda bilateral de Cuba y los Estados
Unidos tendiente a normalizar sus relaciones, cuando ocurre que el propio
Presidente Raúl Castro había precisado en vísperas de la Cumbre que su país no
volvería jamás a integrar la OEA, considerada por La Habana como un ministerio
de colonias a las órdenes de Estados Unidos (3). Tal como señalaba en un
artículo que me fue publicado en este mismo portal dos días más tarde (4),
considero que no hay que ser muy suspicaz para ver en este otro señalamiento
del secretario Almagro, otra desdichada
“coincidencia” con la política actual del imperio de distensión con Cuba y
crispación con Venezuela.
Que el señor Almagro se ha convertido en
un activo opositor al gobierno venezolano es algo que queda plenamente
evidenciado por las más que frecuentes y nada fortuitas coincidencias de su
discurso, con el de nuestra oposición golpista, como puede apreciarse de la
simple observación de las siguientes declaraciones:
Mayo 26 de 2.015: “No hay peor corrupción
que suspender unas elecciones porque le están sacando al pueblo lo más fuerte
que tiene: la capacidad de decidir”, pronunciadas en momentos en los cuales el
CNE todavía no había fijado la fecha de las elecciones parlamentarias del
próximo 6 de diciembre y “la suspensión de las elecciones parlamentarias por
parte del gobierno”, era la consigna central de nuestra vacía oposición. El 22
de junio, al ser divulgada la fecha de celebración de dichos comicios, por
parte de las autoridades del CNE pudo comprobarse que nunca hubo mayor retraso
en dicha convocatoria en relación a las de las parlamentarias de 2.005 y de
2.010.
Junio 06 de 2.015: a través de la cuenta
Twitter oficial de la OEA, “@oeaoficial dispuesta a unirse a observación
electoral en Venezuela si Gobierno @NicolasMaduro acepta nuestra
participación”, (5) cuando ocurre que un funcionario de su nivel tiene que
estar en conocimiento de que nuestra legislación electoral no contempla la
figura de observadores internacionales, por la carga de injerencia y tutelaje
que este tipo de mecanismos conlleva y en lugar de ella contempla la de
acompañantes internacionales, de comprobada eficiencia y utilidad en
innumerables procesos anteriores; también debería estar en conocimiento de que
el CNE ya ha solicitado a UNASUR el envío a nuestro país de una misión de
acompañamiento de tales comicios. La misma proposición fue reiterada el 22 de
junio (6), tan pronto como se enteró de la fijación de la fecha de las
elecciones parlamentarias para el próximo 06 de diciembre.
Julio 15 de 2.015: "Las únicas
inhabilitaciones las hace el pueblo, las hace la gente cuando no se obtienen
los votos para ser elegido por determinado cargo" (7), refiriéndose a la
inhabilitación para desempeñar cargos públicos impuesta a María Machado por la
Contraloría General de la República en aplicación de las leyes vigentes sobre
la materia. Con estas declaraciones el “secretario general opositor” no hizo
más que reforzar el manido argumento de la inhabilitada en el sentido de que
ella “ha sido habilitada por el pueblo”.
Julio 15 de 2.015, “No hay inhabilitación
política. Cualquier inhabilitación o proscripción política no se puede
implementar desde el punto de vista administrativo. Tiene que tener un
contenido diferente (7)” y seguidamente: “La elección debe estar abierta a
todos los ciudadanos en condiciones jurídicas y legales de participar. Las
únicas proscripciones las puede hacer el pueblo cuando te vota o no te vota.
Las únicas inhabilitaciones las hace la gente. Todo lo demás es forzar la
situación política”. No puede haber duda que con estas declaraciones de rechazo
flagrante al marco legal y jurídico venezolano que él está obligado a respetar,
Almagro intenta ponerse a la cabeza de la oposición política venezolana.
Julio 16 de 2.015, reiterando por enésima
vez su proposición de que aceptemos su misión electoral injerencista, dijo:
"… en Venezuela, después de cada elección, ha habido disturbios,
manifestaciones que han dejado muertos de un lado y del otro. No queremos que
esto pase. Queremos que después de la elección tengamos las más plenas
garantías para que todo el mundo acepte el resultado" (8). Para mayor
demostración de su actitud oposicionista, 10 días después recibió en su
despacho a quien fue el inductor y principal autor intelectual del más cruento
de estos lamentables eventos, ocurrido en mayo de 2.013, pocos días después de
las elecciones presidenciales de ese año, hecho que obviamente tiene que ser de
su conocimiento (9).
Esta manifiesta hostilidad de Almagro
hacia nuestro gobierno viene a sumarse a los reiterados intentos injerencistas
de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos, que días antes de su
toma de posición dio a conocer el informe relativo a la situación de los
derechos humanos en el país durante el año 2.014 (10), mediante el cual nos
reprueba por décima oportunidad consecutiva y con las peores calificaciones. En
evidente parcialización hacia nuestra oposición, la Comisión recoge que las
protestas antigubernamentales que dejaron 43 muertos a inicios de 2014 dan
cuenta de un "clima de hostilidad" hacia opositores políticos y
defensores de derechos humanos que ha llevado al debilitamiento de las
instituciones democráticas en Venezuela. Esta comisión que reiteradamente viene
condenando a Venezuela y a Cuba es la misma comisión que ante el asesinato de
los 43 normalistas de Ayotzinapa, reconocido por el propio gobierno mejicano y
el descubrimiento de cerca de 6.000 cadáveres depositados en distintas fosas comunes
en la vecina Colombia, se ha limitado a hacerle recomendaciones a los gobiernos
de estos países sobre cómo investigar y juzgar estos horrendos crímenes de lesa
humanidad y es también la misma que ignora por completo la brutalidad policial
en los Estados Unidos.
Por supuesto que estoy plenamente de
acuerdo con la totalidad de los conceptos emitidos por el Presidente Maduro,
desde el Cuartel de la Montaña el pasado 26 de julio (11), sobre la OEA y muy
especialmente los emitidos sobre su actual secretario general, a quien mandó a
llamar para consultarle sobre el supuesto cambio que haría a la organización
luego de ser electo, debido a que prometió que haría profundas reformas en esa
instancia que, durante más de seis décadas, ha estado bajo la tutela de los
Estados Unidos. En la misma oportunidad, con base en su condición de Jefe de
Estado mandante de este personaje según la Carta de la OEA y a la luz de lo que
han sido sus principales ejecutorias hasta el presente, lo precisó públicamente
con las siguientes palabras: "¿Va a trabajar para América Latina y el
Caribe o para Washington?
Tal como señalé en párrafos anteriores,
desde sus declaraciones destinadas a tratar de hacer tolerable para nosotros la
infame orden Ejecutiva de Obama, no tuve duda alguna de que las ejecutorias
futuras de este personajillo estarían destinadas a favorecer a la oposición en
desmedro de nuestra revolución. Y esto aun antes de haber leído los
señalamientos de nuestro ex canciller Elías Jaua (12), en el sentido de que
Almagro había tenido una actitud anti venezolana desde hace algún tiempo, al
maniobrar contra la propia voluntad del Presidente Pepe Mujica para impedir el
ingreso pleno de Venezuela al MERCOSUR, cuando éste estuvo planteado tras la
suspensión del Paraguay a raíz del golpe de estado parlamentario contra el
Presidente Fernando Lugo; por estar presuntamente involucrado en el chantaje
que intentaron hacer a nuestro gobierno algunos parlamentarios mafiosos del
Paraguay en relación al mismo tema, y por haber sostenido una conducta ofensiva
durante su participación en la comisión de UNASUR que intento promover el
diálogo entre la oposición y el gobierno nacional, a comienzos del año 2.014.
Antes de terminar, quiero reiterar mi
recomendación sobre la conveniencia de retirarnos de la OEA a la brevedad
posible, añadiendo el prontuario levantado en este artículo a las razones
señaladas en el artículo en el cual formulé inicialmente esta recomendación:
“La VII Cumbre de las Américas debe marcar el inicio de nuestro retiro de la OEA”
(4).
¡Hasta la Victoria
Siempre!
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!
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