Desde América Latina
Fecha: 11/Julio/2016
La Ligereza Del Sr
Almagro Y La Carta Antidemocrática Interamericana
Expresión Karuachi
Se le conoce a esta parte del mundo como el “Hemisferio Occidental”; sin
embargo, este es un término producto de la influencia y posicionamiento de una
potencia hegemónica, la cual se reconoce a sí misma como el centro de poder
omnímodo, que luego de la II Guerra Mundial redefinió a su antojo el juego de
las Relaciones Internacionales basadas en su “interés nacional”, colocándose
así por encima de los proyectos nacionales del resto de los países americanos.
Con esta breve caracterización nos referimos al hegemón estadounidense, el cual
desde 1948, en el fragor del Bogotazo, empujó la conformación de la
Organización de Estados Americanos (OEA).
Dicho organismo, tenía como propósito ser un espacio político
deliberativo de la post guerra, que al igual que la recién creada Organización
de Naciones Unidas (1945), permitiera crear un nuevo orden mundial. Sin
embargo, esa concepción de nuevo orden, ha sido imaginada como un salvoconducto
y carta blanca para en nombre de la democracia y de la libertad causar
intervenciones como las ocurridas en: Cuba (1952), Guatemala (1954), Cuba
(1961), Brasil (1964), República Dominica (1965), Argentina (1976), Nicaragua
(1981), Granada (1983), Panamá (1989). Así vemos como a lo largo de la historia
contemporánea de América, esas y otras muchas intervenciones, auspiciadas desde
EE.UU. han sido validadas ya sea por voz y voto o por silencio de la OEA. Pues
fue concebida como la expresión de un imperialismo que ya se posicionaba como
la reacción ante el Socialismo o gobiernos nacionalistas contrarios a los
intereses imperiales.
Para nadie es un secreto, que luego de un respiro político el 6 de
diciembre de 2015, sectores de la oligarquía venezolana agrupadas en Mesa de la
Unidad Dedocrática (MUD), una suerte de salvavidas para el remanente de otrora
líderes de partidos políticos caídos en desgracia por su pésima gestión pasada
y para las “caras nuevas” nacidas de ese mismo pasado que en esencia no pueden
desvincularse del mismo, iniciaron una especie de cruzada internacional con el
único propósito de debilitar al gobierno del Presidente constitucional, Nicolás
Maduro Moros, para sacarlo del poder en un lapso de 6 meses (Discurso del
Presidente de la Asamblea Nacional el 05 de enero de 2016, con motivo de la
instalación del período legislativo).
Bajo las premisas de supuesto régimen dictatorial, violaciones a la
Constitución Nacional - eliminada de un sólo plumazo en el Golpe de Estado del
año 2002 por este mismo sector-, violaciones a los derechos humanos,
inseguridad, desabastecimiento de alimentos y de medicinas, actores de la
oposición, hoy desde espacios de poder al que legítimamente accedieron por vía
democrática, han logrado posicionar con el apoyo de las grandes trasnacionales
de la comunicación (CNN, BBC Mundo, ABC de España, entre otros) y el
desenfrenado lobby político internacional, especialmente, en países como
Estados Unidos y España, que Venezuela vive actualmente una crisis humanitaria
y que estamos ante la presencia de un Estado forajido.
Con actitudes entreguistas al imperialismo norteamericano y de desespero
político por el vencimiento de un lapso autoimpuesto, estos actores de la oposición
venezolana y de la derecha internacional lograron que el Sr. Luis Almagro,
Secretario General de la OEA bajo una especie de somnolencia, de visión
parcializada, sin conocimiento de la realidad política, económica y social de
nuestro país, invocara con ligereza la aplicación del artículo 20 de la Carta
Democrática Interamericana a Venezuela, el cual establece: “Artículo 20:
En caso de que en un Estado Miembro se produzca una alteración del orden
constitucional que afecte gravemente su orden democrático, cualquier Estado
Miembro o el Secretario General podrá solicitar la convocatoria inmediata del
Consejo Permanente para realizar una apreciación colectiva de la situación y
adoptar las decisiones que estime conveniente. El Consejo Permanente, según la
situación, podrá disponer la realización de las gestiones diplomáticas
necesarias, incluidos los buenos oficios, para promover la normalización de la
institucionalidad democrática.
Si las gestiones diplomáticas resultaren infructuosas o si la urgencia
del caso lo aconsejare, el Consejo Permanente convocará de inmediato un período
extraordinario de sesiones de la Asamblea General para que ésta adopte las
decisiones que estime apropiadas, incluyendo gestiones diplomáticas, conforme a
la Carta de la Organización, el derecho internacional y las disposiciones de la
presente Carta Democrática. Durante el proceso se realizarán las gestiones
diplomáticas necesarias, incluidos los buenos oficios, para promover la
normalización de la institucionalidad democrática.
Ante, esta decisión unilateral, ilegal, de atropello y altamente
injerencista surgen las siguientes dudas: ¿Qué entiende el Sr. Almagro como
alteración del orden constitucional y democrático? ¿A través de qué mecanismos
el Sr. Almagro determinó que en Venezuela existe una crisis humanitaria y una
violación de derechos humanos? ¿Cómo comprobó que la voluntad de todo el pueblo
venezolano es solicitar la activación de mecanismos internacionales como la mal
llamada “Carta Democrática Interamericana”, para una solución pacífica de los
conflictos internos?
Es cierto que la situación venezolana tiene dificultades atribuibles a
una serie de elementos conspirativos que han buscado por distintas vías
debilitar la democracia participativa y protagónica, y la persistencia de una
economía eminentemente rentista. Llama por demás la atención, que esta
solicitud del Sr. Almagro se produzca tras el inicio de la primera fase de
reuniones de diálogo entre representantes del Gobierno Bolivariano y
representantes de esa misma oposición venezolana, promovida por el Presidente
Maduro y por el Secretario General de la Unión de Naciones Suramericanas
(UNASUR) Ernesto Samper, y avalada presencialmente por 3 expresidentes: Leonel
Fernández, Martín Torrijos y José Luis Rodríguez Zapatero. Vale la pena
inquirir: ¿No es ese el papel del Secretario General de una Organización
Internacional?, impulsar las vías pacíficas de negociación para dirimir las
controversias internacionales, creemos que sí.
Pero el Sr. Almagro no se ha puesto al nivel que demanda su jefatura,
sino al servicio de aquel Poder Imperial que sigue empañando la independencia
de los americanos y las americanas. De ser aprobada la aplicación del Art. 20
de la CDI en Consejo Permanente por 18 votos (mayoría simple) estaríamos en
presencia de la activación de los denominados “buenos oficios”, que no es otra
cosa que la legalización de los lobbies imperiales para dar al traste con
nuestra Constitución , con nuestro orden constitucional.
Pero, ¿Qué mayor democracia que el triunfo de la oposición venezolana en
las pasadas elecciones legislativas? ¿No es eso un hecho de consolidación de la
democracia? ¿Cómo es que el orden democrático está afectado en un país donde la
oposición logra posicionarse con una mayoría de votos y escaños en el Poder
Legislativo tras un proceso electoral? Indagando un poco más allá sin
profundizar mucho en la argumentación presentada por el Sr. Almagro, al inicio
de su informe expresa textualmente que su apreciación sobre la situación
venezolana se basa en un informe presentado por la Asamblea Nacional ante este
organismo.
Visto que la OEA es un espacio en el que son los Estados los que tienen
representación en el mismo y siendo Venezuela un país Presidencialista, en
donde el Jefe de Estado es también Jefe de Gobierno (Art. 226 CRBV) ¿Qué
justifica la aberración leguleya cometida por el Sr. Almagro para atreverse a
cometer soberana torpeza?; Más aún, ¿se detuvo a pensar que las decisiones de
Estado en Venezuela competen al Jefe de Estado quien además dirige la política
exterior y es quien representa a la República legalmente a nivel internacional
(Art. 236 CRBV)?.
A la luz de la dinámica de las relaciones internacionales, el pueblo
venezolano, bolivariano, chavista y antimperialista, tiene la imperiosa tarea
de desmontar por diversas vías, las matrices de opinión fabricadas por sectores
de la derecha nacional, demostrando con hechos concretos que en Venezuela no
existe una ruptura del orden constitucional, y de la institucionalidad
democrática. ¡Que no quede dudas! Con la aplicación de la Carta Democrática
Interamericana de la OEA, bajo un disfraz de legalidad, subyace la intención de
irrumpir en Venezuela el orden constitucional para derrocar al gobierno del
Presidente Nicolás Maduro, legítimamente electo por la voluntad de más de siete
millones de venezolanos.
“Me siento tan patriota de Latinoamérica, de cualquier país de
Latinoamérica, como el que más y, en el momento en que fuera necesario, estaría
dispuesto a entregar mi vida por la liberación de cualquiera de los países de
Latinoamérica, sin pedirle nada a nadie, sin exigir nada, sin explotar a
nadie”. Intervención de Ernesto “Che” Guevara en la Asamblea General de la
Organización de Naciones Unidas el 11 de diciembre de 1964, en uso del derecho
a réplica.
Grupo de profesionales
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Publicación Barómetro
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