DESDE GUATEMALA
29 NOVIEMBRE 2012
La
nueva escalada de Israel contra Gaza
Niko Schvarz
Israel ha lanzado una nueva escalada
brutal contra la Franja
de Gaza. El sábado 17 se contabilizaban 39 palestinos asesinados (otras
estimaciones elevan la cifra a 41) y 345 heridos, mientras por la otra parte se
registran 3 israelíes muertos por cohetes lanzadas desde Gaza. Cada uno de
todos ellos es un ser humano. Los ataques mortíferos comenzaron en la tarde el
miércoles 14 con el asesinato del jefe militar de Hamas, Ahmed Jabari,
despedazado en un vehículo en el centro de Gaza con sus acompañantes. Es un
ejemplo de asesinato selectivo, que Israel había practicado con anterioridad
contra dos líderes de Hamas: Ahmed Yassin y Abdel Aziz Rantisi. Pero los
israelíes practican a la vez los asesinatos colectivos contra la población
civil. Entre las últimas víctimas hay varios niños pequeños y un bebe de 11
meses. Ataques realizados el día siguiente, tras una noche infernal en que los
cazas israelíes realizaron 130 incursiones contra zonas residenciales causaron
numerosas víctimas fatales, entre ellos 3 niños cuya escuela fue alcanzada por
un misil en horario de clase. A Jabari lo responsabilizaban de la captura en
2006 del soldado israelí Guilad Shalit, quien tras 5 años de cautiverio en Gaza
fue devuelto sano y salvo, mientras cientos de presos palestinos, entre ellos
muchos adolescentes, padecen en las cárceles israelíes.
En total hasta el día señalado se registraron más de 830
bombardeos, afectando no menos de 250 blancos en la estrecha franja calcinada
de territorio gazatí. El mismo sábado prosiguió la masacre, causando 10
víctimas palestinas más como resultado de los bombardeos a la sede central del
gobierno de Hamas, al cuartel general de la policía, a la Universidad Islámica
y al estadio “Palestina”, el principal recinto deportivo del territorio, lo que
fue descrito como “una película de horror convertida en realidad”.
A esto se suma la amenaza de la invasión terrestre. El
servicio de prensa de las Fuerzas Armadas informó que el ejército de Israel ha
terminado los preparativos para una eventual operación terrestre. La
brigada de tropas aerotransportadas y las brigadas de infantería Givati han
finalizado los últimos preparativos para una posible operación terrestre y están
listas para entrar en Gaza, si se decide que hay necesidad de ello, dice el
comunicado. Poco después, a petición del ministro de Defensa Ehud Barak comenzó
la movilización de 75 mil efectivos (nada menos) del ejército hacia la frontera
con la Franja ,
anunciando una posible incursión terrestre. Es la mayor cifra movilizada por
Israel en décadas, y la primera llamada a reservistas desde la operación Plomo
Fundido. No sabemos si cuando se lean estas líneas se habrá concretado la
invasión. Pero la amenaza está latente y buena parte de esas unidades se
encuentran en las afueras del enclave palestino.
Se reproduce así la situación generada precisamente en la
mencionada operación Plomo Fundido, que luego de una invasión terrestre
de tres semanas y de bombardeos concentrados, entre diciembre 2008 y
enero 2009, dejó 1.400 muertos palestinos y 5.500 heridos y destrucciones
tremendas de la infraestructura, afectando escuelas, hospitales y centros de
aprovisionamiento. Este operativo se prolongó en los ataques a sangre y fuego
contra sucesivas Flotillas de la
Libertad , que dejaron muertos, heridos y militantes presos
tras abordajes piratescos a las naves en alta mar, impidiendo la llegada de
ayuda solidaria internacional a la martirizada Franja.
En estas operaciones Israel utiliza fósforo blanco en
áreas pobladas por civiles, como ya lo había hecho en la operación Plomo
Fundido. La denuncia fue efectuada por el activista estadounidense por los DDHH
Joe Catner, que visitó hospitales en la Franja después de los ataques y aporta el
testimonio de los médicos que allí ejercen. El diputado británico George
Galloway confirma ese juicio. Declaró que “los Estados Unidos son la principal
fuente de armamento para Israel, al que facilitan armas y fósforo blanco para
operaciones desde aire, mar y tierra, que caen sobre la gente encarcelada en el
campo de concentración más grande del mundo”.
La prisión al aire libre más grande
del mundo
En términos análogos se expresa el notable analista
estadounidense Noam Chomsky al caracterizar a la Franja de Gaza como “la
prisión al aire libre más grande del mundo, donde alrededor de 1,5 millones de
personas en un territorio de unos 360 kilómetros
cuadrados están sometidos al terror y al castigo arbitrario, sin más propósito
que humillar y degradar”. Agrega que “esa crueldad es para asegurarse de que
las esperanzas palestinas de un futuro decente sean destrozadas y que el
abrumador apoyo mundial para un arreglo diplomático que conceda los derechos
humanos básicos sea nulificado”.
Chomsky recuerda la operación Plomo Fundido, “uno de los
más cobardes y viciosos ejercicios de fuerza militar en la historia reciente”,
señala que los crímenes terribles continúan en la actualidad y aporta el
testimonio personal de su breve visita: “Sentado en un hotel cercano a la
costa, uno puede oir el fuego de ametralladoras de lanchas cañoneras
israelíes que ahuyentan a los pescadores de las aguas territoriales de
Gaza y los obligan a acercarse a tierra, forzándolos a pescar en aguas
que están fuertemente contaminadas debido a la negativa estadounidense-israelí
de permitir la reconstrucción de los sistemas de drenaje y electricidad
que destruyeron”.
Analiza también la inhumana consigna que aplican los
israelíes, consistente en “poner a dieta a los palestinos, pero no hacerlos
morir de hambre”, por lo cual reducen al mínimo los cargamentos de alimentos
que permiten pasar a través de su frontera. En promedio autorizan apenas 67
camiones por día, frente a los más de 400 que ingresaban antes del bloqueo. Las
consecuencias, demostradas por los especialistas, es que el 10% de los niños
palestinos en Gaza están afectados por la desnutrición y se extiende la anemia
entre los infantes, los niños en edad escolar y las madres embarazadas.
Cita las declaraciones de facultativos del hospital de Khan Yunis sobre la
falta de medicamentos, “lo que deja a los médicos impotentes y a los pacientes
en agonía” y refiere al respecto casos sumamente dolorosos. Este tema se ha
amplificado a causa de los recientes ataques. El director médico del hospital
de Shifa, Ayman Sahabani, declaró que ya escasean las medicinas para atender a
los heridos por los bombardeos, a lo que se suma el problema del
suministro eléctrico: la electricidad se va cada ocho horas y los
generadores no son estables, por lo que se dañan los equipos médicos.
Volviendo al análisis de Chomsky, señala que también está
sujeto a prohibiciones el ingreso de materiales de construcción a través de los
cruces fronterizos bajo control israelí, lo que dificulta enormemente la labor
de reconstrucción tras las destrucciones provocadas en las recientes
agresiones.
La conclusión es que “la vigilancia constante desde el
cielo, el castigo colectivo a través del bloqueo y el aislamiento, la intrusión
en las casas y en las comunicaciones, así como las restricciones a quienes
tratan de viajar, casarse o trabajar dificultan vivir una vida digna en Gaza”.
Además, Israel cortó el acceso a Internet en Gaza.
Crónica de un infierno
Este clima se ha exacerbado por la actual escalada israelí.
“Explosiones ensordecedoras sacuden a la Franja , bombas han caído en las calles cercanas a
las universidades y cientos de personas han resultado heridas. Los únicos que
se atreven a salir a las calles son aquellas personas de luto, reunidas cerca
de las mezquitas, o quienes hacen largas colas en las panaderías para
abastecerse. Las calles están casi vacías. Un extraño silencio pesa sobre la
ciudad, desgarrado únicamente por las sirenas de las ambulancias que
transportan a los heridos al hospital más cercano. Y por el ruido de los
ataques aéreos israelíes. Los habitantes de Gaza no salen de sus casas desde el
miércoles. No hay vehículos que circulen por las calles, habitualmente
animadas. Las escuelas están cerradas. Los grupos de niños han desaparecido”.
Por la parte contraria, se lanzaron cohetes desde Gaza
sobre territorio israelí en un número estimado de 610. No solo contra las
poblaciones del sur: Ashod, Ashkelon, Kiryat Gat, Gan Yauné y Bersheeva,
capital del Néguev. También -por primera vez- sobre Jerusalem y otro
sobre Tel Aviv, que cayó en el mar. No causaron daños ni víctimas. Muchos
cohetes fueron interceptados en vuelo por el sistema defensivo israelí
denominado “Cúpula de Hierro” (Iron Dome). En las zonas sureñas
afectadas se suspendieron las escuelas.
El contubernio EEUU-Israel
La escalada israelí ha tenido intensa repercusión
internacional. El gobierno egipcio del presidente Mohamed Morsi retiró su
embajador en Tel Aviv y declaró que “lo que está pasando en Gaza es una
flagrante agresión contra la humanidad. El Cairo no dejará a Gaza sola”. A la
vez envió al primer ministro Hisham Qandil a Gaza con el fin de promover el
cese de la agresión israelí. También el primer ministro turco Recep Tayyip
Erdogan criticó al gobierno de Israel por sus ataques contra la franja
palestina y acusó al gobierno de ese país de actuar por razones electoralistas:
“antes de las elecciones de enero están disparando contra gente inocente en
Gaza por razones que se inventan”, manifestó, al tiempo que el canciller turco
Ahmet Davutoglu calificó los ataques israelíes como un crimen contra la
humanidad y afirmó que con masacres y atentados no se puede alcanzar la paz. El
presidente de Túnez, Moncef Marzuki, expresó la solidaridad de su país
con la lucha del pueblo palestino, denunció la bárbara agresión de la aviación
israelí y reclamó una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad de la ONU para que adopte sanciones
contra Israel, mientras su ministro de Relaciones Exteriores, Rafik Abdesalem,
visitaba Gaza.
El tema fue llevado efectivamente al Consejo de Seguridad
el miércoles 14, en reunión extraordinaria convocada por Egipto. El
embajador de Sudán, Jaffa-Alla Elhag Ali Osman, líder del bloque islámico,
reclamó “condenar el horrible ataque” y “enviar un fuerte mensaje para pedir un
cese de hostilidades”. Pero ahí entró a funcionar el contubernio EEUU-Israel.
La embajadora estadounidense Susan Rice defendió la
ofensiva israelí contra los palestinos y alegó que no hay justificación
para los ataques que realizan grupos palestinos como Hamas contra los
israelíes. De esta forma aplicaba la directiva del presidente Obama, expresada
al primer ministro israelí Benyamin Netanyahu, de la cual da cuenta la Casa Blanca en los
siguientes términos: “El presidente Obama reiteró al primer ministro Netanyahu
el apoyo de EEUU al derecho de Israel de actuar en defensa propia a la luz de
los ataques con cohetes lanzados desde Gaza contra los civiles israelíes. Ambos
se mostraron de acuerdo en que Hamas tiene que detener sus ataques a Israel”
a efectos de reducir la tensión. También lo instó a realizar todos los
“esfuerzos posibles para evitar víctimas civiles”.
De esta manera el gobierno de EEUU le estaba retribuyendo
al gobierno de Israel los favores recibidos al rechazar por 21 veces
consecutivas, solos contra el mundo entero, el reclamo universal de cese del
bloqueo norteamericano contra Cuba, que hace unos días reunió en la Asamblea General
de la ONU la
voluntad de 188 países, contra EEUU e Israel, más el islote de Palau.
Como consecuencia de la posición de EEUU, el Consejo de
Seguridad no resolvió nada, manteniendo Israel su impunidad y las manos libres
para continuar la agresión. El secretario general Ban Ki-moon visitará la
región en los próximos días.
En Israel, la ola de ataques fue condenada por el
diputado Dov Henin, del partido Hadach, quien demandó al gobierno “detener la
matanza, detener de inmediato el derramamiento de sangre”, mientras grupos
pacifistas se congregan frente al domicilio del ministro de Defensa Ehud Barak
para solicitar que los fondos empleados en la agresión sean destinados a la
solución de los graves problemas económicos de la población. También se
registraron manifestaciones de ciudadanos norteamericanos frente al consulado
israelí en Nueva York, denunciando a la vez la complicidad de la Casa Blanca , y
demostraciones solidarias con los palestinos en Irán, en Caracas y otras
latitudes. El tema estará vivamente presente en el encuentro internacional de
solidaridad con Palestina a realizarse en Brasil.
Por su parte, Cuba reiteró a través del MINREX su “más
enérgica condena a la nueva escalada de violencia y muerte que las Fuerzas
Armadas de Israel están provocando en la Franja de Gaza”. Agrega que “una vez más, Israel
hace valer su superioridad técnica y militar para reprimir en forma brutal a la
población palestina”. El MERCOSUR dio a conocer su posición en un
comunicado difundido el sábado 17 desde Brasil. Los países mercosureños
condenaron “el uso desproporcionado de la fuerza” en la franja de Gaza,
solicitando a ambas partes el cese inmediato de la violencia y al Consejo
de Seguridad la asunción plena de sus responsabilidades. El bloque, integrado
por Argentina, Brasil, Uruguay, Venezuela y Paraguay (suspendido) reconoce al
Estado palestino y en diciembre pasado firmó un acuerdo de libre comercio con la Autoridad Palestina.
A la vez, suscribió un TLC con Israel en 2007. El bloque expresó además “su
apoyo a la solicitud del Estado de Palestina de adquirir estatus de Miembro
Observador de Naciones Unidas”, punto que integra el orden del día de la sesión
fijada para el 29 de noviembre.
Una grave amenaza para el futuro
inmediato
Un comunicado sobre este tema, titulado “Israel bajo
fuego” y emitido por la representación diplomática respectiva contiene
omisiones sorprendentes. Se limita a señalar que Israel se retiró en 2005 de la Franja y que ahora es
víctima de los cohetes lanzados desde allí. No dice una palabra de la masacre
de 2008-2009, de los ataques a las Flotillas, del baño de sangre actual. Más
aún: deja la puerta abierta a una próxima invasión.
Este es ahora el problema principal, el más acuciante. La
perspectiva de paz en la región se aleja cada vez más. El último intento serio
en esa dirección fue protagonizado por el primer ministro Yitzaj Rabin, pero
éste fue asesinado en una plaza de Tel Aviv en noviembre de 1995 por un joven
israelí de ultraderecha. Hoy la ultraderecha está en el gobierno, con el
partido Israel Beitenu del canciller Avigdor Lieberman, que se ha fusionado con
el Likud del primer ministro Netanyahu y van en esas condiciones a las
elecciones de enero próximo. Ya se ha señalado la coincidencia de que el
atentado sangriento contra Gaza se produce dos meses antes de estas elecciones,
y dos semanas antes de que la ONU
vote, a fin de mes, sobre el reconocimiento de Palestina como estado observador
del organismo internacional.
Pero hay otro elemento de importancia capital, llamado
Irán. Existe la fundada presunción de que Israel decidió desatar un nuevo
infierno en Oriente Medio mediante el ataque a los palestinos para preparar el
escenario que conduzca a un ataque de proyección nuclear contra Irán,
tema sobre el cual viene insistiendo desaforadamente el primer ministro
Netanyahu y al que procura arrastrar a Estados Unidos, ya pasada la elección
presidencial. O sea que la perspectiva dramática es la de una
conflagración general en la región. Para evitarlo hay que conjuntar todas las
fuerzas.
Publicación
Barómetro 22-11-12
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