EDUCACIÓN: SE GASTA MÁS Y SE APRENDE MENOS - XCA


DESDE MÉXICO
28 NOVIEMBRE 2012


Educación: Se gasta más y se aprende menos
Xavier Carreto A.

Guerrero es una de las tres entidades de la República Mexicana, en donde más recursos se destinan a la educación y en donde menos se aprende. Es a partir de 1992, cuando se firma el Acuerdo Nacional para la Modernización Básica, entre la Secretaria de Educación Pública, los Gobiernos estatales y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, la fecha en la cual -en opinión de los guerrerenses conocedores del tema- se acentúa el desorden de la educación pública estatal, pues se intensifica la venta y herencia de plazas; se entregan plazas de directores, supervisores sin considerar el escalafón, algunas de ellas comisionadas en actividades sindicales; muchos de los heredados no tiene el perfil profesional para el desempeño docente y las plazas se convierten en administrativas. Esta situación se complica, ya que se pagan plazas docentes y de dirección que no se requieren y un buen número de profesores se encuentran comisionados, en áreas ajenas al quehacer educativo y otros en las ocho delegaciones regionales; así como en la oficina central en Chilpancingo, simulando realizar tareas administrativas en apoyo a la educación.

Las plazas administrativas y docentes sin techo presupuestal para cubrir salarios y las correspondientes prestaciones, como el pago del aguinaldo que genera u déficit anual cercano a los mil millones de pesos, son más de 13 mil. Al inicio de la presente administración, el déficit era de 7 mil 800 millones de pesos y se estima que al final de este ejercicio presupuestal llegará a los 10 mil millones de pesos. En contrapartida hay municipios como Cochoapa el Grande, Montaña, donde el 33 por ciento de niños entre los seis y 14 años no asisten a la escuela y una de las principales razones es la falta de profesores; por supuesto que no es el único municipio, pues en Tlacochistlahuaca, Costa Chica, 17 de cada 100 niños de este grupo de edad no van a la escuela; al igual que en José Joaquín de Herrera, Centro; Coahuayutla, Costa Grande; Pedro Ascensio Alquisiras, Norte y Zirándaro, Tierra Caliente, que son los municipios con la más alta marginación en la entidad.

Otra forma de apreciar el aprender menos, como lo hemos comentado en este mismo espacio de la Jornada Guerrero, es el rezago educativo de más de la mitad de la población adulta; al igual que nuestra escolaridad promedio, la cual apenas llega al primero de secundaria. Y algo más grave todavía es la simulación y la falta del cumplimiento del plan de estudios y de los programas de la educación básica, que se integra por tres niveles de enseñanza articulados en una secuencia obligatoria; es decir, en cada uno de los grados empezando por preescolar, se prepara al alumno para cursar el siguiente, al cual se accede una vez que se ha aprobado el que le precede; estos grados de enseñanza tienen un año de duración cada uno, por eso la escolaridad de los guerrerenses se reporta en años cursados, que es de 6.9 años.

En la realidad, como se puede comprobar por los exámenes que se aplican a los alumnos y también al platicar con ellos, la escolaridad es mucho menor al promocionar a los alumnos aunque estos no tengan los conocimientos suficientes, que acrediten cada año cursado de primaria y secundaria. Todo esto se explica en buena medida porque nunca se cumple con el calendario escolar de 200 días hábiles y jornada diaria de clases de cuatro horas y media.

Esta situación no nos augura nada bueno y si nos asegura seguir  viviendo a la mayoría de los guerrerenses en el atraso eterno. Por eso las autoridades educativas han propuesto un Modelo Normativo que limite la herencia y venta de plazas; y estas se asignen mediante concursos abiertos y públicos para que se contrate a los mejores; así también que a los nuevos profesores se les asigne en los lugares en donde se requieran sus servicios. No menos importante es que se reduzcan las plazas administrativas que poca le aportan a un servicio educativo de calidad; no se trata de dejar a nadie sin empleo, en esta coyuntura difícil que se vive, pero sí de aprovechar los recursos destinados casi en su totalidad al pago de la nómina, por eso se deben de reubicar a los trabajadores con derechos adquiridos, previa capacitación, en donde cobren pero también aporten.

La situación es insostenible y los profesores deberán entender que las plazas no son casas o terrenos que se puedan heredar, son pagadas por el erario y deben utilizarse para beneficio colectivo no particular.   

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