Desde
México
27/Enero/2013
Aprender de otras
experiencias
Xavier Carreto A.
Conocer
experiencias exitosas en otros países del planeta como los ubicados en el Norte
de Europa: Noruega, Suecia Dinamarca y Finlandia resulta interesante por lo que
los guerrerenses podamos aprender de ellos, pues son los más destacados en
prácticamente todos los indicadores internacionales como el Índice de
Desarrollo Humano (salud, escolaridad e ingreso), los resultados de las
evaluaciones de la Organización para la Cooperación del Desarrollo Económico
(OCDE), sociedades menos desiguales, sin analfabetismo, no se conoce la
pobreza, seguridad social universal, sin problemas de inseguridad y violencia,
entre los avances sociales y económicos más significativos. Pero saber de una
nación exitosa en nuestro propio continente, todavía resulta más atractivo por
tratarse de una sociedad más parecida a la nuestra, este es ahora el caso de Brasil.
Este
país del Cono Sur en América Latina es la sexta economía más grande del planeta,
después de Estados Unidos, China, Japón, Alemania y Francia. Y por su enorme
territorio de 8.5 millones de kilómetros cuadrados, más de cuatro veces mayor
que México; así como su población cercana a los 200 millones de habitantes está
llamada a ser la potencia del futuro; ya que tanto Japón como Alemania y
Francia por tener mucho menos extensión territorial y población no podrán
competir con el actual gigante de América.
Con
mucha razón la presidenta Dilma Rousseff, una ex guerrillera, presume que los brasileños
han dejado de ser eternos deudores del Fondo Monetario Internacional y pasar a
ser sus acreedores. También se demuestra su poderío económico por los 17
millones de empleos creados en 10 años, las 40 millones de personas que se han
integrado a la clase media; no menos relevante es que su población es el tercer
mercado mundial de computadoras, y el cuarto consumidor de alimentos, y
comprador de automóviles. Por ser sede del Mundial de Futbol en 2014 y de los
Juegos Olímpicos de 2016, se han puesto en marcha relevantes proyectos en
infraestructuras. Algo que mucho a ayudado, en sus dos primeros años de
gobierno de la Señora Rousseff –por cierto considerada una de las tres mujeres
más poderosas del planeta junto con Angela Merkel y Hilary Clinton-, es forzar
las renuncias de ocho de sus ministros acusados de actos corruptos.
En
entrevista concedida a Juan Luis Cebrián, presidente del periódico español El
País, antes de viajar a Cádiz para asistir a la Cumbre Iberoamericana, la
presidenta brasileña explicó su proyecto estrella: “Hacer de su país una
sociedad de clase media no solo en lo que se refiere a estándares de vida, sino
sobre todo en lo que concierne al nivel educativo de la población”. Todavía
Brasil tiene el reto de superar el analfabetismo del 10 por ciento de su
población mayor de 15 años, dos puntos porcentuales más que los mexicanos y
siete menos que los guerrerenses; al respecto la presidenta dice: “En mi
proyecto de hacer de Brasil un país de clase media, tengo que enfrentar
simultáneamente la lucha contra la pobreza y garantizar padrones educativos
similares a los del primer mundo. Todos los niños van a tener un nivel mínimo
de lectura y escritura y manejar operaciones matemáticas”. Además propone
darles una educación de tiempo completo para lo cual no cuenta con los recursos
necesarios, por lo que se enfocará a apoyar a los más pobres. En cuanto a la
educación superior, dice Rousseff, se trabaja por una universidad pública de
excelencia, por eso se contrata a profesores visitantes de nivel mundial.
Que
de lo señalado por Rousseff se hace o se deja de hacer en Guerrero; lo más
relevante es por supuesto educar a la población en su conjunto, contar con una
educación de primer mundo, pues la base es tener una sociedad con la mayor
escolaridad efectiva lo que impulsa su bienestar al tener mejor desarrollo
económico, que genera el empleo; y éste la superación de la pobreza y la
desigualdad; además se vive en un ambiente amable, seguro y mínima violencia.
En nuestra entidad, como lo ha informado La Jornada Guerrero, la educación, a
pesar de que se le destinan los mayores del erario, no se cumple cabalmente por
la suspensión regular de las actividades escolares, que en este año escolar
alcanza niveles preocupantes y los motivos se relacionan, esencialmente, con
las mejoras del magisterio, quienes pierden de vista el compromiso de trabajar
a favor de la educación de la sociedad. Guerrero requiere, por medio de la
educación, formar ciudadanos críticos, participativos, tolerantes y conscientes
de sus derechos al igual que de sus deberes sociales. Ojalá los profesores así
lo vean, que no quede por ellos.
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