Desde México
27/Enero/2013
TIEMPO Y REALIDAD
Rodrigo Huerta
Pegueros
Ha quedado atrás la Navidad,
Santa Clós, el Nuevo Año, los Santos Reyes, las fiestas, la pirotecnia, los
globos, piñatas, los cánticos de la época, las serpentinas, los silbatos,
regalos y los buenos deseos. La cruda realidad está ahora frente a nosotros. La
subida de impuestos y de los servicios, sin pasar por alto el alza a precios de
los comestibles y en contrario sensu los salarios castigados o simplemente el
decreto de no otorgar el mínimo aumento a las percepciones de la burocracia.
Tras la partida de la rosca de Reyes, la otra partida, la oficial, etiquetada
en el primer gasolinazo de la era de Enrique Peña Nieto. La promesa de campaña
ha sido olvidada. La visita al usurero es tarea obligada por millones de
mexicanos, tanto oficiales como privados. De vuelta al ya instituido ‘’cuesta
de enero’’.
Regresamos a la
normalidad—esta sí—democrática pues es para todos, ricos, pobres, millonarios,
billonarios, miserables y sobrevivientes. Nadie escapa al modelo. Lo festejamos
y lo padecemos, lo peor de todo esto es que no hacemos lo suficiente para
cambiarlo y darle una mejor cara. Estamos ¿atrapados sin salida? Esta pregunta
solo usted puede responderla. Está en nuestras manos tratar de modificar.
Nuestras relaciones. Individual o de grupo. No hay recetas mágicas ante la
incertidumbre que predomina y que ha dado como resultado que a la menor
provocación nos atemos a creencias de cualquier tipo, sean estas de orden
religiosas, espirituales, espiritistas, de meditación, de uso de colguijes o de
imágines de atracción, mitos y consejas o estímulos meta espirituales de buena y mala
energía, sentimientos o emociones.
Estos tiempos son
primordialmente benéficos para aquellos que ven el más allá, los que se
contactan con los seres no vivos, con los que sanan con piedras y yerbas, con
humo y olores, con quema de incienso y otros materiales. Baste recordar lo que
vivimos ayer o durante el año próximo pasado para confirmar que lo que ahora se
nos presenta como año nuevo no es mas que la extensión en el tiempo que es en
si infinito y que solo nos sirve para hacer cosas—cualquiera que sea—que nos parezcan
mas importantes, sobre todo el resultado de la acción será el resultado de la
nueva historia que tengamos que contar. Las otras serán las historias que nos
cuenten nuestros vecinos, cercanos y distantes las cuales no serán seguramente
no muy diferentes.
La sabiduría popular podría
ser lo que al final de cuentas nos guíe por el sendero mejor empedrado para no
caer ni resbalar ni hablar de más ni oír demasiado. El ruido aturde, la
contemplación nos sublima. Las ideas surgen del imaginario personal y posteriormente
se concretan. Hagamos el esfuerzo por poner oídos sordos al sonido que impide
pensar y en cambio fijemos los ojos en las cosas que pueden resultar mejor para
uno y para todos. De esta manera podremos transitar en forma diferente los
días, semanas y meses antes de reencontrarnos con los eternos días de la
felicidad artificial que nos hemos dado o que hemos aceptado de nuestros
antiguos antecesores… ¡Bienvenidos a la Realidad 2013!
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