Desde México
07/Diciembre/2013
LEGISLADORES Y CIUDADANIA
Rodrigo
Huerta Pegueros*
Los
legisladores en México son en sí parte de las castas divinas que todavía
prevalecen en este país que creíamos que había avanzado y se había desarrollado
tanto que hasta nos habíamos convertido en una democracia plural y
participativa.
Estos
legisladores, al igual que toda la clase política existente e incrustada en
instituciones públicas, tienen la piel tan delgada y sensible que cualquier
reclamo social les causa escozor, les levanta ámpulas, les indigna y le lastima
su orgullo al recibir de forma directa e indirecta el rechazo de una ciudadanía
afectada por sus decisiones tomadas en el recinto legislativo.
Esto que
decimos viene a colación por lo sucedido en los últimos días en varias
entidades del norte del país como Baja California y Chihuahua, donde la
ciudadanía, haciendo valer su libertad de expresión y manifestación de las
ideas y molestas por la forma como los diputados federales y senadores de la
República habían votado el incremento del Impuesto al Valor Agregado del 11 al
16 por ciento en esas zonas antes identificadas como exclusivas por su
colindancia con los Estados Unidos de Norteamérica (USA).
Si bien es
cierto que en el sur sureste del país también existen entidades que colindan
con países centroamericanos y que gozaban de este privilegio del pago del 11
por ciento en el IVA, sus habitantes no reaccionaron como sus pares del norte y
no han reclamado hasta ahora a los mal llamados representantes populares por su
acción en contra de sus intereses.
Pero para
entender la molestia y la reacción de los habitantes del norte del país en
contra de sus legisladores federales, es preciso señalar que en alianzas entre
los diputados y senadores de los partidos Revolucionario Institucional (PRI) y
de la Revolución Democrática (PRD), la reforma fiscal propuesta por el
ejecutivo federal fue aprobada en la mayoría de sus términos, con la oposición
general del grupo parlamentario del Partido de Acción Nacional (PN), quienes,
con argumentos sólidos, rechazaron no solo el incremento de impuestos a
refrescos y bebidas azucaras sino también a las llamadas frituras o alimento
chatarra, al transporte foráneo de pasajeros y al IVA en las zonas fronterizas.
Estas
actitudes irresponsables, para unos, dieron como resultado que en Baja
California norte y en Chihuahua, los ciudadanos iniciaran unas acciones de
protesta en contra de sus legisladores a quienes enviaron sendos amagos a
través de las redes sociales, los medios de comunicación tradicionales y con
carteles y desplegados en centros comerciales, restaurantes, etc.
Ahora, los
diputados y senadores de dichas regiones se sienten amenazados y han declarado
que actuarán en consecuencia en caso de ser agredidos o afectados en sus
actividades cotidianas, lo cual provocó que las acciones de la ciudadanía se
radicalizara al grado de que han acordado prohibirles el acceso a los servicios
que prestan.
El ejemplo de
los norteños es una demostración de que en dichas localidades los ciudadanos
están enterados de lo que hacen sus legisladores y en caso de que no actúen a
favor de sus intereses, se les reclamará, ya no solo a través de las urnas (pues
no hay reelección) sino en sus tareas cotidianas. Pero, no sucede lo mismo con
la ciudadanía del sur del país, donde sus habitantes no saben, no conocen ni se
enteran siquiera quienes son sus legisladores, menos saben lo que hacen en los
recintos legislativos.
Aún y cuando
el estado de Guerrero no forma parte de las entidades fronterizas y no le
afecta el incremento del 11 al 16 por ciento del IVA, sí sufrirán el incremento
en el transporte público foráneo y en el consumo de gaseosas, frituras o comida
chatarra, pues la mayoría de los guerrerenses son personas de bajos recursos
económicos y paradójicamente, de falta de cultura y por lo tanto altamente
consumidores de gaseosas y comida chatarra.
Pero como el
consumo de estos productos no benefician en nada a los usuarios y si en cambio
producen efectos nocivos en su salud, los legisladores no pueden ser
reconvenidos, mas sin embargo si se puede reclamar el incremento del impuesto
en el transporte público foráneo, el cual utilizan en el 90 por ciento las clases
marginadas y el resto la clase media baja y no son utilizados por la clase
media alta ni la clase política o las castas divinas nacionales.
Habrá que hacer
un llamado a los legisladores federales para que expliquen punto por punto su
voto por la miscelánea fiscal y los beneficios que traerá esta para la entidad
y específicamente para los ciudadanos.
Si los
habitantes del sur no actúan como ciudadanos pro activos, seguiremos dejando en
manos de los legisladores (locales y federales) nuestro destino, pues hasta
ahora el desarrollo estatal ha permanecido estancado y lo peor es que mientras más
impuestos se pagan, menos transparencia existe en el gasto público, ni se
conoce alguna acción anticorrupción y menos de rendición de cuentas de estas
clases políticas gobernantes (en sus tres niveles).
¿Conoce usted
a sus legisladores?
¿Sabe usted
como votaron la reforma fiscal?
¿conoce si
habrá algún beneficio para Guerrero?
Si lo sabe,
les agradeceré que nos comparta la información.
Vale.
Periodista/Analista
Político*
No hay comentarios:
Publicar un comentario