Desde Venezuela
07/Diciembre/2013
Un resumen geopolítico global
Miguel Guaglianone
Acercándonos al fin del año 2013 intentamos hacer un breve balance general
de la situación geopolítica mundial. Este año ha constituido un período de
grandes cambios en la interrelación de los poderes a nivel global, cambios que
vienen produciéndose en forma cada vez más acelerada. Vamos a realizar una muy
breve descripción de la situación a nivel de algunas regiones que constituyen
los puntos álgidos de las confrontaciones de poder en el planeta, y finalmente
tratar de establecer algunas consideraciones generales.
ÁFRICA DEL NORTE Y MEDIO ORIENTE
La región más encendida del escenario global
Libia: La situación política en Libia es de caos generalizado. La
destrucción de su infraestructura y de sus instituciones realizada por los
países centrales no ha sido sustituida por ningún tipo de reconstrucción. La
estrategia de guerra que devastó el país nunca tuvo en cuenta que Kadaffi era
el nexo que permitía que esa área geográfica, donde el poder estuvo siempre
establecido a nivel tribal, funcionara como un Estado Nación. Hoy solo queda en
Libia un remedo de instituciones centrales que no tienen ningún poder efectivo,
y un archipiélago de grupos armados (con las armas proporcionadas por Occidente
para derrocar a Kadafi) que imponen su propia ley, que tienen su propia agenda
y que responden solamente a sus intereses particulares. El poder externo que
provocó la destrucción del país no tiene ningún tipo de control sobre estas facciones
que actúan en forma absolutamente aleatoria y caótica.
Egipto: En Egipto continúa la salvaje represión de la dictadura militar
que destituyó a través de un golpe de Estado al presidente elegido en las urnas
Mohamed Mursi, representante de los Hermanos Musulmanes. El régimen militar,
que fuera aplaudido por derechas e izquierdas occidentales, encarcela,
persigue, mata y hace desaparecer a los seguidores de Mursi, prohibiendo a los
Hermanos Musulmanes, quienes tienen el apoyo de casi la mitad de la población
del país, que sigue resistiendo en las calles a pesar de la represión.
Siria: En Siria el ejército y el gobierno de Bashar Al Assad siguen
logrando progresivos éxitos militares contra los grupos de mercenarios
promovidos, financiados y armados por los países centrales y las monarquías del
Golfo que los apoyan. La guerra sigue estando presente y dejando su saldo de
civiles muertos y desplazados. Hay pactada una conferencia de paz en Ginebra
para Enero que busca plantear soluciones para el conflicto armado.
Irak: En Irak la devastación producida por la guerra y posterior invasión
ha dejado como en Libia un “Estado fantasma”. Los pseudo poderes establecidos
no logran controlar la brutal violencia interna, donde grupos rivales
(principalmente suníes y chiíes, pero también otras múltiples facciones
enfrentadas entre sí) provocan diariamente atentados, enfrentamientos y
emboscadas que van dejando un creciente saldo de víctimas en un país que
supuestamente no está en guerra, pero que desde sus ruinas, continúa
desangrándose.
Irán: La ascensión al poder de Hasán Rouhaní significó un giro en la
política exterior de esta nación. Desde el primer momento fue declarada la
intención de llegar a acuerdos con Occidente y lograr despejar la tensión y la
amenaza sobre este país. Su intervención en la Asamblea General de las Naciones
Unidas fue el punto clave y su posterior tarea diplomática logró concretar una
conferencia con los países que tienen poder de veto en el Consejo de Seguridad
de la ONU más Alemania, de la cual luego de marchas y contramarchas surgió un
acuerdo que tendrá una vigencia de seis meses, en el cual Irán se compromete a
permitir la inspección de sus instalaciones nucleares (cosa a la cual ya había
accedido) y a reducir el porcentaje del enriquecimiento de uranio del 20% al
5%; y las naciones occidentales se comprometen a reducir las sanciones
económicas que venían cercando económicamente al país.
Afganistán: Los intentos del gobierno norteamericano por abandonar
Afganistán, se enfrentan a dificultades.
No solo la violencia interna sigue presente con constantes atentados contra las
fuerzas de ocupación y las del gobierno títere, realizados no solamente por los
Talibanes (a los cuales no han logrado derrotar) sino por otras fuerzas de
resistencia, sino que hasta el propio Hamid Karzai, el presidente colocado “a
dedo” por los EE.UU. se resiste a firmar el acuerdo militar propuesto que
liberaría de responsabilidades a la superpotencia luego del retiro de sus
tropas.
Arabia Saudita: La monarquía saudí viene intentando tener una influencia
mayor en la región, aprovechando la pérdida de ella de los Estados Unidos. Para
ello no ha vacilado en aliarse prácticamente al gobierno de Israel, tanto en lo
que se refiere a abastecer a las fuerzas mercenarias en Siria, como en
respaldar el gobierno militar en Egipto y utilizar todo su poderío económico
para presionar en contra de Irán. Ha tenido también un cierto alejamiento del
gobierno norteamericano producido por las diferencias tácticas en la región
(sobre todo las muestras de negociación que el gobierno saudita considera como
debilidad). Es parte del reacomodo de fuerzas políticas que se está dando en el
área.
Israel: La nación más “perjudicada” con los sucesos tanto en la región
como a nivel internacional ha sido Israel. Desde el momento en que Rohani
intervino en las Naciones Unidas, el premier Benjamín Netanyahu mostró su
indignación de que alguien pudiera creer en sus propuestas de negociación.
Cuando estas siguieron adelante, Israel ha hecho todo su esfuerzo por
contraponerse, utilizando el poder de su lobby en Francia y la ayuda de Arabia
Saudita, para que el gobierno de Hollande intentara sabotear el acuerdo entre
Iran y el grupo 5+1, igualmente continua moviendo su poderoso lobby en los
Estados Unidos, sobre todo en el Congreso, para promover las propuestas de los
congresistas de derecha a los que apoya, en contra de Irán y Siria.
Conjuntamente también a la monarquía saudí, presionan a través de los grupos de
“oposición” para sabotear la propuesta conferencia citada en Ginebra para
lograr un acuerdo en Siria. Estos sucesos han producido también una gran
divergencia con el gobierno estadounidense que ha apoyado estas negociaciones,
dejando a Israel más aislada que nunca a nivel internacional.
EUROPA
La situación europea sigue crítica en lo que respecta a la crisis
económica. La recesión se mantiene, y
aunque algunas cifras muestren una desaceleración mínima de la crisis, a pesar
del esfuerzo de los gobiernos en presentarlas como positivas, solo se trata de
que el ritmo de la caída parece enlentecerse ligeramente. Esto no deja a los
gobiernos muchos márgenes de maniobra para jugar a la política exterior,
exceptuando quizás a una Alemania que sigue pretendiendo manejar los destinos
de la Unión Europea o una Francia que se permite algunos desplantes, como el
intento de sabotear el acuerdo entre Irán y los países centrales.
LATINOAMÉRICA
En Latinoamérica la situación sigue siendo muy fluida. La región sigue
siendo el campo de batalla de fuerzas encontradas. Sobre todo entre una
tendencia a la integración regional promovida por la mayor parte de los
gobiernos, y el contraataque de los Estados Unidos buscando restablecer la
hegemonía que viene perdiendo desde hace un par de décadas sobre el área.
Honduras: Posiblemente lo más destacado de esta confrontación se está
dando hoy en Honduras, donde unas elecciones recientes parecen haber sido
manipuladas fraudulentamente por una oligarquía local unida a la Embajada de
los EE.UU. y haber despojado a la corriente alternativa al bipartidismo
tradicional representada por LIBRE, de un triunfo que parecía inevitable. El
resultado final de estos eventos está todavía en desarrollo, la resistencia
está en la calle y la represión está presente.
Venezuela: En Venezuela sigue desplegándose la confrontación entre el
gobierno y las fuerzas que promueven el “golpe suave”, las que en este momento
manejan la desestabilización a través de lo que se ha llamado la “guerra
económica”. La inflación inducida, el acaparamiento, la suba desenfrenada de
los precios de venta, la especulación con la cotización “paralela” del dólar,
son algunos de los recursos empleados por la derecha local apoyada por el
Departamento de Estado y otras instituciones de los EEUU. Las últimas medidas
del gobierno venezolano, logrando una ley habilitante que permite al ejecutivo
legislar en materia económica y realizar acciones contra la especulación y la
corrupción parecen haber inclinado la balanza nuevamente hacia la consolidación
del proceso bolivariano.
Brasil: El gobierno brasilero, profundamente afectado por los escándalos
de espionaje global producidos a partir de las denuncias de Edward Snowden,
viene promoviendo en toda el área la consolidación de sistemas tecnológicos
propios que permitan una independencia en el manejo de la información y logren
mantener una comunicación libre de espionaje externo. Conjuntamente con otros
gobiernos del área se están logrando acuerdos y desarrollos propios en las
nuevas tecnologías de comunicación e información que permitan llegar a este
objetivo.
Los gobiernos progresistas: Tanto la Bolivia conducida por Evo Morales
como el Ecuador presidido por Rafael Correa continúan adelante con sus procesos
internos para consolidar las reformas propuestas por sus nuevas constituciones.
Las derechas internas y externas siguen presionando, pero los hechos parecen
indicar que estos procesos continúan, con marchas y contramarchas, adelante en
el logro de sus objetivos de cambio social.
La Alianza del Pacífico: Mientras tanto la Alianza del Pacífico,
constituida por los gobiernos de México, Colombia, Perú y Chile y promovida por
los Estados Unidos como herramienta para recuperar su perdida hegemonía en la
región, sigue adelante con su ofensiva, sobre todo en el terreno económico. Sin
embargo se están produciendo cambios en su interior. Habrá que ver cuál será al
respecto la posición del futuro gobierno de Bachelet en Chile y que sucederá en
Colombia el año entrante con sus elecciones presidenciales, para saber si esta
Alianza mantendrá a pesar de los esfuerzos estadounidenses, su agresiva
política contra los mecanismos de integración.
LOS “GRANDES” PROTAGONISTAS
Rusia: El papel de Rusia a nivel internacional se ha visto potenciado por
sus triunfos diplomáticos en este periodo. Primero mantuvo durante el escándalo
de Snowden una posición absolutamente independiente, al dar a este personaje un
asilo que los EEUU habían condenado de antemano. Luego pudo detener el
inminente ataque a Siria decidido por el gobierno de los EE.UU. logrando un
acuerdo respecto al control de las armas químicas, que eran el pretexto para
justificar una acción de guerra. La decidida acción diplomática conducida sobre
todo por Vladimir Putin y su canciller Lavrov permitió un acuerdo internacional
que logró alejar el peligro bélico. El otro gran triunfo de la diplomacia rusa
tiene que ver con el recién logrado acuerdo con Irán, para el cual la posición
rusa ha sido muy importante. La pérdida de influencia internacional producida
por la caída de la Unión Soviética parece estar revirtiéndose a partir de una
decidida política exterior encabezada por Putin.
China: China continúa convirtiéndose en una creciente potencia económica e
industrial y si bien ha disminuido en algo el ritmo de su crecimiento económico
(del 10% anual al 7,5%) no por ello disminuye su impulso en el camino de
convertirse en el principal actor económico del planeta. Su muy discreta
política exterior la mantiene en un rol aparentemente pasivo, que sin embargo
no le ha impedido vetar (junto a Rusia) todas las resoluciones propuestas en el
Consejo de Seguridad para lograr una intervención exterior en Siria. Mientras
tanto mantiene su política económica expansiva, negociando en términos de
“ganar, ganar” con nuevos mercados en el mundo, en Asia, en África, en Latinoamérica
y aun en la propia Europa. Mantiene además una tensa relación económica con los
Estados Unidos, sobre quien tiene el poderoso recurso de ser la poseedora de la
mayor acumulación en dólares de papeles del Tesoro estadounidense. El valor
internacional del dólar se ha venido manteniendo a partir de ese inmenso
volumen en poder de la nación china. Esto mantiene el equilibrio entre las
tensiones económicas y políticas entre ambas potencias.
Estados Unidos: Los Estados Unidos no logran remontar su grave crisis
económica interna ni su crisis política. En el último año el poder político de
la Casa Blanca se ha visto seriamente disminuido. Obama en lo interno no ha
logrado mantener la reforma médica a partir del régimen de seguros que era la
más importante obra de su gobierno. Se ha visto obligado a quitar alcance a
esta reforma, mientras a través del fracaso de su página web el número de
quienes se acogieran a la reforma ha sido mínimo, muy lejano a lo esperado. En
lo exterior, los problemas en Irak y Afganistán lo mantienen empantanado en
unas guerras de invasión fracasadas. Igualmente, las pulseadas con Rusia
parecen haber sigo perdidas, tanto con Snowden como con Siria e Irán. La
popularidad del gobierno de Obama sigue cayendo a números cada vez más bajos,
tanto en lo interno como a nivel internacional. En su huída hacia delante los
EE.UU. siguen desplegando poder militar, tanto en Asia como en América Latina,
mientras sus mecanismos de injerencia en todo el planeta siguen funcionando con
el objetivo de restablecer la supremacía mundial.
Conclusiones
En momentos de estar terminando este análisis leemos un análisis similar
realizado por James Petras, uno de los más destacados analistas políticos
actuales. Lamentablemente sus conclusiones son opuestas a las que hemos
llegado. Según Petras estamos equivocados aquellos que pensamos que el poder de
los Estados Unidos en el mundo está en declinación, ya que sus instrumentos de
dominación siguen incólumes en este proceso. No es este el lugar ni el momento
para contestar los argumentos de Petras,
aunque nos llama mucho la atención como en su análisis global el papel de Rusia
no aparece, o que crea que el “capitalismo” chino funciona igual que el de los
países centrales.
Nuestras conclusiones son que si bien el sistema global muestra en su
análisis los elementos contradictorios que aparecen en todos los sistemas
complejos (ningún proceso social es Blanco o Negro, más bien todos tienen las
múltiples gradaciones del gris, aunque sí todos muestran tendencias generales
por encima de la interrelación sus variables opuestas) la perdida de la
influencia estadounidense a nivel mundial se está haciendo cada vez más
evidente. Basta comparar por ejemplo la incidencia en los eventos planetarios
de las intenciones del gobierno de Ronald Reagan, con la del gobierno Obama,
para constatar como la hegemonía política de los Estados Unidos luego de la
caída de la Unión Soviética era mucho mayor que la actual, dónde la
confrontación con nuevos poderes emergentes
produce resultados diferentes. No podemos augurar cual será el resultado
final de este proceso (aunque tengamos nuestras expectativas) pero si podemos
decir que las cosas están cambiando, y que la distribución del poder a nivel
global está recomponiéndose.
miguelguaglianone@gmail.com
Publicación Barómetro 02-12-13
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