Desde Uruguay
07/Diciembre/2013
Los drones, los muertos y los
dólares
Niko Schvarz
En un informe elevado por el relator especial de la Organización de
Naciones Unidas sobre lucha antiterrorista y derechos humanos, Ben Emmerson, se
establece que unas 600 personas murieron en Pakistán (entre ellos por lo menos
400 civiles) y otros 58 en Yemen como resultado de los ataques de aviones no
tripulados, conocidos como drones, de origen estadounidense. El informe
preliminar fue conocido el pasado 18 de octubre y será considerado el viernes
25 en la Asamblea General de la ONU.
Estas cifras de víctimas son muy superiores a las reconocidas hasta ahora
por el gobierno de los Estados Unidos. El informante acusó al gobierno de
Washington de crear obstáculos prácticamente
insuperables para alcanzar plena transparencia en esta materia. “El relator
especial no acepta que consideraciones de seguridad nacional justifiquen el
retener estadísticas y datos metodológicos básicos de este tipo”, puede leerse
en el informe que será sometido a debate en el organismo internacional.
Desde ya puede preverse que, aunque
la Asamblea General ratifique el contenido del informe, Estados Unidos hará
caso omiso del mismo y no variará sus procederes. Así ha procedido invariablemente la potencia
imperial. Tal es el caso, por ejemplo, del bloqueo a Cuba, que también será
considerado en los próximos días por 22ª vez consecutiva por el organismo
internacional, el cual sin duda ratificará su condena a EEUU por cifras
apabullantes y reclamará ponerle término, sin que el gobierno concernido varíe
un ápice su actitud provocadora y beligerante, violatoria de la ley
internacional. Es previsible, en este caso, que entre todos los países
integrantes de la ONU los Estados Unidos cuenten solamente con el apoyo de
Israel, que también es maestro en el arte de desconocer el pronunciamiento
ampliamente mayoritario del organismo mundial, ya se trate del bloqueo a Gaza y
de las construcciones ilegales en territorios palestinos como en la
construcción del muro de separación y en los ataques en aguas internacionales a
flotillas portadoras de ayuda solidaria.
En el caso de los ataques con drones, las autoridades estadounidenses
negaron inicialmente la existencia de víctimas civiles en este tipo de
operativos. Luego, este año la CIA reconoció que se produjeron algunas bajas,
pero que su número era mínimo. El propio presidente Barack Obama admitió la
existencia de víctimas civiles y expresó su pesar. (Son los llamados “daños
colaterales”). El informante señala que el gobierno paquistaní le suministró
datos de las víctimas de los ataques en las denominadas “Áreas Tribales
Federalmente Administradas”, ubicadas al noroeste del país, donde se concentran
desde 2004 los ataques de los aviones no tripulados estadounidenses contra
Al-Qaeda y otros grupos islamistas, en la proclamada “guerra contra el
terrorismo”. No puede dejar de señalarse al respecto que grupos de la propia
Al-Qaeda son armados y financiados por EEUU en la lucha contra el gobierno de
Siria. El gobierno paquistaní expresa que el número real de víctimas es sin
duda mayor al señalado en las cifras precedentes, y Emmerson explica que las
mismas conclusiones surgen de los estudios efectuados por varias ONGs y medios
independientes que actúan en la zona.
El presidente Obama defiende la legitimidad de los bombardeos con aviones
no tripulados y dice que se realizan con el mayor nivel de atención y cuidado.
Es lo que dicen siempre. El relator destacó que consideraciones de seguridad
nacional no pueden justificar que se escondan datos. Mientras se procesa esta
discusión, el pasado miércoles 16 otras dos personas por lo menos murieron en
Afganistán a consecuencia de ataques por drones. En una reunión del Consejo de
Seguridad de la ONU sobre la protección a los derechos civiles efectuada en
agosto pasado, la Alta Comisionada para DDHH, Navy Pillay, condenó los ataques
con drones, que provocan la muerte de civiles inocentes y conllevan otras
consecuencias humanitarias.
Nada de esto impide que el gran negocio de fabricación de los drones marche viento en popa con las velas
desplegadas. Ha pasado a ser uno de los negocios más lucrativos y con mayores
proyecciones de expansión futura para el complejo militar-industrial. Como se
sabe, esta expresión pertenece al general Dwight Eisenhower, que en esta
materia sabía de lo que hablaba. Se ha creado en Estados Unidos una Asociación
Internacional para Sistemas de Vehículos No Tripulados (AUVSI por su sigla en
inglés). Ésta publicó un informe sobre el impacto económico creciente de la
fabricación de los aparatos no tripulados para ser utilizados también en el
espacio aéreo de Estados Unidos, el cual será objeto de una regulación en
plazos breves. El informe indica que en los primeros tres años el impacto será
de 13 mil millones de dólares,
generándose unos 70 mil nuevos empleos. Entre 2015 y 2025 se prevé que el
impacto llegue a 82.100 millones de dólares, con la creación de más de 100 mil
puestos de trabajo. Esto da idea de la magnitud de los intereses en juego en
esta industria de la muerte, impulsada bajo el manto de la sedicente “lucha
contra el terrorismo”.
nikomar@adinet.com.uy
Publicación Barómetro 28-10-13
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