Desde
Venezuela
Fecha:
10/Nov.2014
El pragmatismo manda; El gas ruso y
Ucrania
Miguel Guaglianone
Finalmente
el jueves 30 de octubre las tres partes en discusión, la Unión Europea, Ucrania
y Rusia parecen haber llegado a un acuerdo –por lo menos hasta marzo del año
entrante– respecto al suministro del gas procedente de la Federación Rusa, que
debe atravesar Ucrania para abastecer a varias de las naciones europeas
centrales (y a la propia Ucrania).
A
pesar de las inmensas presiones políticas ejercidas por los Estados Unidos,
cuyo principal interés es mantener la tensión en Ucrania dentro de su
estrategia de cercar a Rusia, el principal factor real que aceleró este pacto
es la próxima llegada del “señor invierno”. Ni Ucrania ni la propia Unión
Europea están en condiciones de afrontarlo sin contar con el suministro del gas
ruso. Ya en Ucrania las temperaturas se están acercando a los 0º y a pesar de
un octubre cálido en Europa, el invierno es inminente.
La
situación no es nada sencilla, además de la parte geopolítica donde la Casa
Blanca actúa para mantener a como dé lugar las tensiones internas en Ucrania y
atacar la influencia rusa en el país, la propia situación económica del casi
quebrado estado ucraniano, la inmensa deuda anterior existente con Gazprom (la
compañía rusa suministradora del gas) y su posible incapacidad para pagar los
abastecimientos futuros, han sido obstáculos muy duros interpuestos en el
camino de esta negociación. Igualmente estuvo por delante llegar a establecer a
qué precios suministraría Rusia, quien hace mucho tiempo venía vendiendo el gas
muy barato a Ucrania y que ahora pretendía mantener un aumento sustancial de su
precio.
Un
problema fundamental ha estado en asegurar que si Rusia entrega otra vez el gas
(el acuerdo pide el pago por adelantado de las nuevas entregas), además se
pueda amortizar la deuda pasada. Una Unión Europea en plena recesión económica
(incluida la locomotora alemana) no está en gran disposición de suministrar
fondos para garantizar el acuerdo, teniendo en cuenta además que aunque el
origen de todo el conflicto haya sido integrar a Ucrania a la comunidad, sus
lazos institucionales no están en absoluto consolidados. El otro factor que ha
participado en las negociaciones, ha presionado para que se llegue al acuerdo y
está dispuesto a proporcionar parte de la financiación es el FMI (Fondo
Monetario Internacional). Con esa ayuda y la promesa de Ucrania de ir pagando
es que se ha llegado al convenio.
Dentro
del acuerdo se ha establecido un precio inferior al que Rusia venía cobrando,
de 378 dólares para los 1.000 m3 con la garantía que se mantendrá por lo menos
hasta marzo. La deuda del orden entre los 3.600 y los 4.000 millones de dólares
se pagaría en dos tramos, uno inmediatamente, para comenzar a recibir los nuevos
suministros, y el otro a fin de año.
Todo
el acuerdo, al que se ha llegado presionados por la situación (como ya dijimos
en el caso de la UE y Ucrania por la llegada del invierno, y en el caso de
Rusia por la necesidad de asegurar los ingresos mínimos a Gazprom) es bastante
inestable según algunos analistas, ya que la propia situación interna de
Ucrania (que mantiene el conflicto armado a pesar de la tregua acordada entre
Kiev y las provincias autonomistas y cuya situación económica es bastante desesperada)
no da garantías muy claras de poder cumplirlo, y las presiones continuas de
Washington para seguir cercando a Rusia, son dos factores que juegan en contra.
Si
este acuerdo llega a mantenerse, y es de desear que así sea, es obvio que será
un factor importante para ir hacia un proceso de aflojamiento de la tensión en
Ucrania. El problema es que la situación es muy compleja y existen otras
múltiples variables en la zona de conflicto, que pueden producir cambios en el
panorama general en cualquier momento.
miguelguaglianone@gmail.com
Publicación Barómetro 03-11-14
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Barómetro Internacional, son responsabilidad de los autores. Gracias.
internacional.barometro@gmail.com
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