Desde Países Bajos
30 Agosto 2015
Estado Islámico: La “Herramienta
Útil” De EEUU En Medio Oriente
Por Leandro Albani
El Estado Islámico mantiene en pánico a Medio Oriente con sus métodos
terroristas. La relación de los mercenarios con Estados Unidos y las monarquías
del Golfo Pérsico. Y una lucha por la hegemonía que se cobra cada día más vidas
civiles.
¿Por qué surgió el Estado Islámico? ¿Qué significa el wahabismo, la
ideología que rige a ese grupo y es impulsada por Arabia Saudita? ¿Cómo opera
Estados Unidos en el Medio Oriente actual? ¿Por qué Washington cambió su modo
operandi para controlar los países árabes e islámicos? ¿Cuál es el peso real en
la región de las monarquías del Gólfo Pérsico y Turquía? Estas son algunas
preguntas que Marcha le realizó a Ángel Molina, politólogo argentino que reside
en México y analista en temas de Medio Oriente.
Molina, quien cursa una maestría de Filosofía de la Ética Islámica en la
Universidad de Al Mustafá de Irán, dejó en claro que el surgimiento del Estado
Islámico (EI) no se debe a un componente puramente religioso, sino que se da en
el marco de una nueva estrategia de la Casa Blanca hacia la región. Según el
especialista, para analizar la aparición del Estado Islámico hay que tener en
cuenta la “enorme influencia del discurso wahabí, que es la interpretación más
tosca y empobrecida del Islam”, el cual tiene su epicentro en Arabia Saudita.
La monarquía saudí, al poseer “acceso de una fuente ilimitada de recursos
–explica Molina-, ha permitido que a lo largo y a lo ancho del mundo islámico
se exprese y se difunda esta versión absolutamente tosca del Islam que es el
wahabismo y que tiene muchísimos nombres, como takfirismo y salafismo. Estos no
son términos intercambiables pero definen la actitud de no reconocer como
musulmanes a aquellos que no pertenezcan a esta escuela, que es absolutamente
literalista y muy empobrecida en cuanto a la interpretación del texto
coránico”.
Desde que el EI irrumpió en Irak y Siria, las denuncias sobre el
financiamiento por parte de la Casa de Saud y Turquía hacia los seguidores de
Abu Bakr Al Baghdadi se multiplican. El objetivo del Estado Islámico de crear
un Califato -que abarque desde Alepo, en Siria, hasta Bagdad, en Irak-,
demuestra que el grupo tiene el fin concreto de gobernar a fuego y sangre dos
territorios caracterizados por sus recursos naturales, en especial las grandes
reservas de crudo.
Para Molina, la “enorme difusión que ha tenido la doctrina wahabí se
combina con elementos de geopolítica, por un lado desatados a partir de la
invasión norteamericana a Irak (en 2003), generando un gobierno totalmente
corrupto que surge después del 2004 y está marcado por una desestructuración
del Estado”. Y en este punto es donde el politólogo argentino hace un fuerte
hincapié, porque según su visión Estados Unidos impulsa para Medio Oriente una
nueva doctrina en la cual el caos es su principal aliada.
“Tendríamos que destacar el cambio de la forma de intervención
norteamericana en ciertas áreas de Oriente Medio –expresa Molina-. Hasta hace
unas décadas atrás, Estados Unidos y las potencias hegemónicas cambiaban al
gobernante de turno pero mantenían la estructura estatal más o menos
funcionando de la misma manera. Hemos visto, sobre todo en Irak y en
Afganistán, que eso ha cambiado. Ya no se trata de sacar al gobernante de turno
y buscar uno aliado, sino de desarmar totalmente al Estado. El elemento a
partir del cual se lleva estas intervenciones es que la desestructuración del
Estado genera muchos más beneficios para la potencia ocupante que mantener las
estructuras funcionando, porque ya no sólo pueden extraer lo que les permita el
gobierno aliado de turno, sino que se pueden hacer cargo de todo: del proceso
de reconstrucción, pero también del proceso de depredación de los recursos en los
países intervenidos, que es muchísimo más profundo”.
En los casos iraquí y afgano, Estados Unidos siempre tuvo presente que sus
fronteras son con Irán, por lo cual la aparición del EI no es casual. “La
posibilidad latente de que el Estado Islámico se acerque a las fronteras con
Irán ha aparecido en momentos que se toma Mosul (ciudad del norte de Irak), que
confirma la línea de interpretación por la cual ésta inestabilidad es funcional
a Estados Unidos, pero por supuesto actuando de la mano de sus aliados
regionales con Arabia Saudita a la cabeza”.
Luego del derrocamiento de Sadam Husein en Irak, las fuerzas ocupantes
junto a sus aliados locales comenzaron un proceso para despedir a cualquier
persona que fuera miembro del partido Bass, tanto en el Ejército como en la
sociedad civil. Pero no sólo eso: este proceso también se dio entre “profesores
y maestros, que por la simple suposición de haber estado vinculados con el
gobierno de Sadam Husein de golpe se encontraban fuera del Estado y carentes de
la posibilidad de acceder a cualquier cargo”, ejemplifica Molina. “Esto genera
un malestar que se viene manifestando de distintas maneras. Todo esto,
combinado con el discurso wahabí, que tiene a sus auspiciantes en las
monarquías del Golfo Pérsico, más el capital que llega de estas monarquías,
permite el surgimiento de expresiones como el Estado Islámico”, manifiesta el
especialista argentino.
Por eso, Molina asegura que el surgimiento del EI no forma parte de algo
“espontáneo”. Sino que se da por la combinación “la combinación de los
elementos vinculados con el Bass” que se aliaron al Estado Islámico, a la
penetración del wahabismo y con “la connivencia de otros actores regionales”.
“No podemos imaginar que estos grupos armados, que han tenido
entrenamiento militar, hayan podido obtener este adoctrinamiento sin ser
percibidos por ninguna de las potencias ocupantes en la actualidad”, afirma
Molina.
En una zona como Medio Oriente, monitoreada de forma permanente por
satélites y regada por agentes de inteligencia de varios países, el politólogo
argentina se pregunta: “¿No ha sido capaces esos servicios y estas fuerzas de
seguridad de notar la presencia de un grupo armado que no sólo se estaba
dotando de capacidad militar con entrenamiento y armamento sofisticado?”. Su
respuesta es directa: “No podemos ser tan ingenuos de suponer que esto no
pasaba, que nadie lo percibió. Esto se hizo con la connivencia de buena parte
de los actores regionales, que entendían que el Estado Islámico era una
herramienta útil para otros proyectos en la región. Cuando veíamos el avance
sobre Mosul y la caravana de camionetas nuevas, no podemos suponer que las
habían robado en una concesionaria iraquí. Eso está subvencionado por los
patrocinadores de la ideología wahabí y de las expresiones takfiries en la
región. Por un lado, lo vemos con muchísima claridad en el lineamiento
ideológico de las monarquías del Golfo, pero lo vemos con mayor obscenidad en
el discurso turco. Erdogan ha sido totalmente reticente a atacar al Estado
Islámico, de hecho ha considerado que el EI no es una prioridad, sino que la
prioridad es la caída de determinados gobiernos en la zona, haciendo especial
hincapié en la administración siria de Bashar Al Assad”.
Por último, Molina propone “empezar a complejizar la mirada” sobre Medio
Oriente, “teniendo en cuenta a los actores regionales y los intereses de los
actores centrales en la disputa de hegemonía mundial”. La actualidad de la
región, según el especialista, está marcada por “actores regionales que
disputan hegemonía regional, con Arabia Saudita como uno de esos actores”, que
a su vez “están coordinados con actores a nivel mundial, como Estados Unidos,
que pretende garantizar su hegemonía mundial. Y la inestabilidad, y este es un
proceso distintivo en Irak y en Siria, es funcional a los intereses de
Occidente en la región”.
Publicación Barómetro
Los contenidos de los análisis publicados por
Barómetro Internacional, son responsabilidad de los autores. internacional.barometro@gmail.com
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