Desde
AGE. INT.
Fecha
30 Agosto 2015
La Falacia De La "Carga" Haitiana
Por
Narciso Isa Conde
Matías
Bosch, en su contundente artículo titulado: ¿LLEGAN LOS HAITIANOS "COMO
PEDRO POR SU CASA"? UNOS DATOS Y UNA REFLEXIÓN, ha incluido datos que pulverizan
la tristemente célebre tesis de la "carga haitiana" sobre el pueblo
dominicano.
Los
mismos que copiaron ese pérfido disparate son los que han callado hechos y
cifras como éstas:
El
presupuesto para la seguridad del METRO de Santo Domingo en el 2010 era de de
109 millones de pesos anuales y el asignado a la seguridad fronteriza (CEFRONT)
era de solo 77 millones. Ese absurdo se mantiene: lo asignado hoy al Metro
sigue siendo mayor, aunque lo destinado al CEFRONT aumentó a 230 millones,
equivalente al 1.15% del presupuesto militar y al 0,04 del nacional. ¡Cuán
celosos han sido del cuido de nuestras fronteras terrestres estos
estigmatizadores de la emigración haitiana dedicados a saquear al Estado, a
empobrecer al pueblo y a chuparle la sangre a los que cruzan la frontera!
Los
servicios de salud y educación han sido consagrados por la Declaración
Universal de los Derechos Humanos de la ONU como derechos gratuitos e
inalienables, no importa de dónde procedan ni en el territorio que se
encuentren sus usuarios/as.
De
acuerdo a la Encuesta Nacional de Inmigrantes del 2012, éstos/as, de los/as
cuales el 87% son procedentes de Haití,
aportaron el 5.4% al PBI de nuestro país, equivalente a 3,300 millones de
dólares.
Los
gastos totales en salud y en educación pre-universitaria alcanzaron los 3,955
millones de dólares y por concepto de atención a la población inmigrante
haitiana se calculó un gasto de unos 150 millones de dólares. El país, en
consecuencia, les debe 3,150 millones de dólares del total ingresado, y si nos
limitáramos a examinar esos dos renglones hay que decir que la población
procedente de Haití aportó el 76.6% de lo gastado y consumió el 2.9%. ¡Qué
fardo, qué saco más pesado!
Haití,
entre 221 países investigados por Index Mundi, es el número 190 en la lista de
los que menos población recibe y más
nacionales salen de su territorio. El nuestro es el número 164. Según la ONU,
al 2013 había emigrado el 11.4 de la población haitiana y el 11.5 de la dominicana.
En
el 2010 Haití recibió unos 1,300 millones de dólares en remesas y la República
Dominicana unos 4,200. La diferencia se explica porque el componente más alto
de la emigración haitiana es hacia aquí, de donde los/as dominicanos/as emigran
en tal alta proporción como resultado de la depresión socio-económica y la
desesperanza, mientras que de aquí se van hacia EEUU, Puerto Rico y EUROPA,
países con más recursos y mayores posibilidades.
La ley del embudo:
Así
las corrompidas elites capitalistas y la delincuencia de Estado de ambas partes
se chupan una gran parte de las riquezas naturales y las generadas por el
trabajo y el talento de amplios segmentos de ambos pueblos; empobreciendo y
degradando con variada intensidad a gran parte de las dos sociedades dominadas
por elites deshumanizadas, una receptora de una migración paupérrima y otra no;
ambas expulsora de sus sectores más sufridos o desesperanzados.
Los/as
pobres procedentes de Haití, radicados/as en nuestro país, se quedan en el
nivel o por debajo de pobreza de los/as dominicanos más pobres, sin que en
tales circunstancias -y dados las gradaciones dentro de la pobreza- cesen los
flujos migratorios con diversos destinos parecidos; siendo el escenario
dominicano el de más precariedades para los/as inmigrantes haitianos, aunque no
tantas como la de su depredado e invadido país.
En
ambos casos, salarios, remesas y servicios gratuitos recibidos, son sumas muy
inferiores a las que se apropian los ricos, los estados y entes receptores-
explotadores de las poblaciones emigrantes y los patrimonios naturales
previamente empobrecidos por los grandes capitalistas y las burocracias y
tecnocracias corrompidas. La ley del embudo siempre.
!De
que carga, coñazo, nos hablan los mentirosos racistas y xenófobos del patio!
Observen
bien las fortunas de los magnates del azúcar, de la construcción, del café, del
arroz, de las plantaciones agrícola, de los políticos y generales ladrones...
resultará inocultable la sangre, el sudor, el dolor y las penurias de la
inmigración haitianas.
Dejémonos
de convertir a las víctimas haitianas y dominicanas de la rapacidad capitalista
en amenazas, y de exculpar la dominación que genera la tragedia migratoria en
ambas parte de la isla, en un continente y un planeta que bien podrían ser
escenarios de bienestar social y libertad para todos los seres humanos sin
importar color de piel, identidad cultural, sexo, edad, creencias….
Hagamos
conciencia que EEUU, UE y todas las potencias capitalistas-imperialistas
quieren poseer nuestras repúblicas, nuestras islas, nuestro continente… sus
riquezas y bellezas…descartando cada vez a los seres humanos que los habitan
y/o exprimiéndolos hasta la inanición.
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