Desde
Argentina
Fecha:
10/Nov./2014
Libia, un País que se Desangra
Leandro Albani
La
confirmación de que Libia atraviesa una profunda crisis se desprende de una
repetición permanente de hechos y situaciones trágicas, desde el momento mismo
en que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) comenzó a
bombardear a ese país del norte de África, en marzo de 2011, hasta la
culminación de la intervención con el asesinato del líder Muammar Al Gaddafi,
en octubre del mismo año.
El
país que vio florecer el desarrollo -pese a los errores cometidos por el propio
Gaddafi- y que alcanzó el pleno empleo y albergó miles de puestos laborales
para inmigrantes que llegaban desde Medio Oriente, en la actualidad vive
sumergido en el caos y la muerte de pobladores, atravesado por fuertes
divisiones tribales y territoriales, sin lograr un mínimo de estabilidad
institucional (la misma que los países miembros de la alianza atlántica dijeron
que llevarían a territorio libio), con milicias desparramadas en las ciudades
que controlan.
Libia,
exportadora de petróleo a nivel mundial, ahora también se luce en uno de los
principales puestos para exportar mercenarios a Siria e Irak, que integran
agrupaciones terroristas como el Frente Al Nusra o el Ejército Libre Sirio
(ELS). Y estos son los mismos mercenarios que combatieron codo a codo junto a
la OTAN para derrocar a Gaddafi y dejar al país devastado, con una cifra
indeterminada de civiles muertos y una infraestructura estatal desmembrada,
salvo por los pozos petroleros, controlados por los mercenarios desde el inicio
del conflicto.
Bernardino
León, representante de Naciones Unidas para Libia, declaró ayer que en el país
la única solución es política y remarcó que "los esfuerzos encaminados a
resolver la actual crisis y reanudar el proceso político no podrán progresar en
un contexto de combates continuos". El funcionario alertó que "a
pesar de las reiteradas llamadas a un cese inmediato de las hostilidades,
incluido desde el Consejo de Seguridad (de la ONU), la situación sobre el
terreno sigue siendo extremadamente volátil y precaria". A este panorama,
León declaró que en Libia operan miembros del Estado Islámico de Irak y el
Levante (EIIL) y Al Qaeda.
Las
palabras de León, en representación de la ONU, ya fueron pronunciadas, pero
nunca escuchadas. Al inicio de la guerra de agresión contra Libia, el propio
Gaddafi denunció en reiteradas ocasiones la presencia de milicianos de Al
Qaeda, situación también revelada por el gobierno ruso en 2011. Aunque Moscú
permitió el ingreso de la OTAN en Libia, al poco tiempo comenzó a criticar los
masivos bombardeos contra la población. En abril de ese año, el canciller ruso,
Serguei Lavrov, alertaba en una reunión la OTAN que "Al Qaeda y otros
terroristas pueden aprovecharse de la situación que se vive en Libia, por lo
que debemos prestar la máxima atención a lo que se hace y se dice".
A
principios de 2014, Massoudou Hassoumi, canciller de Níger, nación fronteriza
con Libia, manifestó que el país vecino se había convertido en "una incubadora
de terroristas". A mediados de agosto de este año, el Parlamento libio
(integrado en su mayoría por quienes impulsaron el derrocamiento de Gaddafi),
llamó a la comunidad internacional a "proteger a los civiles" de las
milicias que operan con total impunidad en el país africano.
La
tensión crítica en Libia aumentó cuando Egipto y Emiratos Árabes Unidos,
aliados incondicionales de Washington, realizaron operaciones militares aéreas
contra las milicias islamistas, Fajr Libia en Trípoli, la capital del país. Más
allá de las confirmaciones y desmentidos que rodearon este ataque, el hecho
muestra la fragilidad en que vive el pueblo libio.
Por
otra parte, se encuentran las fuerzas encabezadas por el general retirado
Jalifa Haftar, quien en mayo de este año intentó perpetrar un golpe de Estado y
en la actualidad levanta las banderas de combate contra los grupos islámicos
armados. Aunque en sus declaraciones Haftar pueda remitir a cierto nacionalismo
panafricano, su postura es bastante diferente. El ex militar tuvo un pasado
junto a Gaddafi y dirigió la guerra contra el Chad en la década del 80, en la
cual murieron más de 75 mil libios. En esa conflagración, Haftar fue capturado
y hecho prisionero. Al regresar a Libia, rompió con el líder de la Revolución Verde
y conformó el opositor Frente de Salvación Nacional (FSN). Al poco tiempo, se
radicó en Estados Unidos, y para no perder el tren de la victoria, se mudó a
una casa situada en los alrededores de la base central que la CIA tiene en
Langley, cerca de Washington. Desde ese lugar y por veinte años, el ex general
mantuvo "reuniones, contactos y conspiraciones" contra el gobierno de
Gaddafi, como señala el diario de la derecha española El País. Con la invasión
de la alianza atlántica a Libia en 2011, Haftar regresó al país pero no logró
comandar el "nuevo" Ejército. Ahora el ex militar forma parte de la
lucha interna por el poder y su postura "antiislámica" y sus vínculos
con la inteligencia estadounidense lo vuelven una pieza importante en el
tablero político libio.
Muerte y desgobierno
A
casi cuatro años del inicio de la desestabilización en la nación del norte de
África, seis administraciones asumieron el poder y tuvieron que renunciar ante
la falta de unidad. Liberales aliados de Estados Unidos, grupos islámicos
vinculados a los Hermanos Musulmanes, y los clanes tribales de diferentes
regiones del país luchan hoy por el poder. Y ninguna de las tres opciones busca
mejorar la situación en el país o retomar la senda del desarrollo y el
crecimiento.
Recientemente,
el primer ministro libio, Abdulá Al Thinni, acusó a Qatar de enviar a Trípoli
tres aviones cargados de armamento para las milicias islámicas, denuncia
rechazada por la monarquía qatarí, que mantiene fuertes relaciones con los
Hermanos Musulmanes y financió abiertamente a los grupos irregulares que
derrocaron a Gaddafi.
Un
recorrido por los meses de agosto y septiembre muestra, de forma descarnada
pero real, en qué situación se encuentra Libia:
En
combates registrados el 2 de agosto en los alrededores del aeropuerto de
Trípoli, más de 20 personas murieron y 72 resultaron heridas, cuando las
milicias islámicas intentaban controlar el lugar.
El
13 de agosto cinco personas murieron en medio de combates entre diferentes
milicias que intentaban tomar el control de la capital del país. Las personas
fueron alcanzadas por cinco cohetes en la zona occidental de Trípoli.
Cinco
milicianos islamistas fueron abatidos el 18 de agosto luego de un avión caza
bombardeara campamentos del grupo Escudo Central Libia (ECL). El mismo día, las
fuerzas de Hartar reconocieron ser los autores de este bombardeo. Un día
después de este hecho, milicianos islámicos dispararon misiles Grand contra los
barrios Al Andalus y Gargaresh, en Trípoli, donde tres personas perdieron la vida.
El
22 de agosto, Amnistía Internacional (AI) denunció la ejecución de un hombre de
origen egipcio en un estado de fútbol en la ciudad de Derna (este del país). El
grupo que llevó a cabo este asesinato se denomina Consejo de la Juventud
Islámica de Shura (CJIS), que podría tener vínculos con el Estados Islámico de
Irak y el Levante (EIIL). "Este asesinato inmoral aviva los temores de la
ciudadanía libia, que se encuentra atrapada entre los despiadados grupos
armados y un Estado fallido", aseguró la subdirectora de AI para Oriente
Próximo y el Norte de África, Hasiba Hadj Sajaoui.
Al
menos 13 muertes y 75 heridos fue el saldo el 1 de septiembre luego de los
enfrentamientos entre milicias islamistas y fuerzas de Haftar en Bengazi,
ubicada en el este de Libia. Tres días después, helicópteros pertenecientes a
Hartar bombardearon posiciones de los grupos islámicos en la ciudad, cuando
intentaban tomar el aeropuerto.
El
petróleo es, sin dudas, una de las razones de los intensos combates entre
fuerzas islámicas y las tropas comandadas por Haftar. En el medio de estos
enfrentamientos y bombardeos, el pueblo libio continúa sobreviviendo bajo la
sombra del silencio mediático y la indiferencia de los mismos gobiernos que
pusieron todo su empeño militar y financiero para derrocar a Gaddafi.
leandroalbani@gmail.com
Publicación Barómetro 22-09-14
Los contenidos de los análisis publicados por
Barómetro Internacional, son responsabilidad de los autores.Gracias.
internacional.barometro@gmail.com
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