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Prensa Internacional
Fecha: 10/Noviembre/2014
¿Existe la Democracia?
Por Norma Estela Ferreyra
La
democracia, es un sistema político que podría ser el mejor de todos, si
lo dejaran existir.
Hoy
está claro, que esta palabra tan usada, tan defendida por quienes no respetan a
los pueblos, está siendo usada como
bandera de guerra, para derrocar
gobierno e imponer aquellos que sean serviles
a los poderes imperialistas, que pretenden quedarse con todas las riquezas del
mundo, incluidos los esclavos para que
trabajen.
Y
no estoy exagerando cuando digo que no conozco a ningún gobierno democrático en
nuestros días, ni siquiera en los tiempos antiguos, mucho menos en Grecia,
donde jamás existió, tal como hoy se entiende su concepto. Pero no voy a hablar
del pasado, porque para eso les recomiendo leer el libro La República y la
Monarquía, de Carlos Puyuelo Salinas, sino que les hablaré de hoy, cuando
todavía muchos confunden a la democracia con la votación misma, ya sea para elegir presidente o lo que sea.
Pero
resulta que este acto, tampoco es democrático, principalmente, cuando
vemos los candidatos/as, salen de alguna
galera mágica de los partidos políticos y no directamente del pueblo.
Y
a esto, puede entenderlo un niño de seis años. Porque si sacáramos a los
partidos, que manejan a los candidatos
que ellos mismos eligen, sin criterios democráticos sino “a ojo de buen cubero”
como se dice en mi país, ya comenzamos a
ver que, desde la votación, el concepto de mayoría, con el de las matemáticas, no tienen nada que ver. O
sea, que no es la mitad más uno. Porque
como en la política, intervienen seres humanos que no pueden dividirse por
mitades. Y se admite que la mayoría sea la mitad más dos. Hasta ahí todo bien.
Pero,
ahora debemos preguntarnos ¿la mitad de qué? Y la respuesta no puede ser otra
que la mitad del padrón electoral. Pero resulta que no, porque se considerará
sólo a la mitad de los que votaron. Sin
tener en cuenta, las maniobras que se pueden realizar (y en los hechos se
realizaron) para impedir que la gente vote.
Pero
aquí no se detiene la deformación del concepto de “la mayoría del pueblo”, sino
que se llega al punto, de considerar como mayoría, a un porcentaje menor, como
ocurre en mi país, para el cargo de
presidente y vicepresidente.
Y
esto ya no es democracia ni siquiera en el acto eleccionario. ¿Y saben por qué?
Porque las matemáticas son exactas y la mayoría se saca de una sola manera.
Entonces, arrancamos muy mal, con candidatos que no surgen del pueblo sino de
intermediarios, como son los partidos políticos y con mayorías pactadas, que tampoco lo son.
Sin
considerar todavía, que los votos en
blanco no se cuentan, al menos en mi país.
Pero volvamos al pueblo, que como todos sabemos, es uno solo. (No hay
varios pueblos en la Constitución, ni a la hora de votar) Pero parece que, en
la época de las Monaquías, alguien popularizó una idea: divide y reinarás. Y de
allí surgen los partidos políticos, que son sectores que van a permitir que
haya sectores que se opongan. Y hoy vemos, cómo se usa a la oposición para
derrocar gobiernos surgidos de la
votación. (Véase que no digo, del pueblo) Esta idea brillante de dividir para
reinar, sirvió para manejar a la humanidad mediante enfrentamientos programados por el poder
dominante de la economía mundial. O sea, fundó a la Monarquía Global. Que
hoy vemos actuar, claramente, como si amaneciera sin
nubes.
Había
que derrocar a las Monarquías, porque con ellas no se podía dividir al pueblo. Y los poderes, necesitaban
al menos dos partes que se pudieran enfrentar, aunque representaran lo mismo.
Esto se puede ver, con los demócratas y republicanos de los EEUU, ambos
representantes del mismo poder pero enfrentados, para hacerle creer al pueblo,
que están eligiendo entre propuestas diferentes. Y así, vemos a una Tiranía
absoluta surgida de una votación, que se dice democrática, pero que no lo es. Y
si quieren saber sobre este tema, lean el libro Michel for President, del
cineasta norteamericano, Michel Moore.
Nos
resultará muy difícil llegar a practicar plenamente la democracia y mucho más,
otorgarle al pueblo el derecho de revocatoria, tras la votación, como lo ha
implementado, ejemplarmente, nuestro país hermano de Venezuela.
¿Qué es la democracia?
Como
dije en la primera parte, entender el concepto de democracia no resulta
sencillo, pero es imprescindible que lo hagamos, para que dejen de manipularnos
y engañarnos, descaradamente. Nadie
puede negar, que se realizan matanzas con la falsa idea de restablecer la
democracia, en regímenes que ellos “llaman” gobiernos totalitarios.
Y
había comentado sobre no confundir la democracia con el acto de elegir.
Hoy
me referiré a otro tema, que es el de la “publicidad del escrutinio”-Sabemos
que el voto electrónico, las encuestas previas y “la boca de urna” ya han
enrarecido demasiado al escrutinio, cuyo resultado, se conoce antes de que los
últimos votantes lleguen a su casa. Pero no obstante, las nuevas tecnologías
serían bienvenidas, si se cotejaran “posteriormente”, con los resultados parciales
de cada unidad de votación, en un doble sistema de voto electrónico y de sobres
tradicionales, cuyo resultados deberían publicarse en los diarios, para que los
fiscales de los partidos, puedan corroborar, si fueron computados todos los
votos, tal como estaban registrados en sus planillas. Y esto debería hacerse,
aunque se convalidara el resultado electrónico y después de un tiempo, el
resultado de los sobres, para saber si hubo o no fraude.
Porque
la publicidad es la base de cualquier acto democrático. Y conocer la verdad es
un derecho de todo ciudadano. Principalmente, porque la informática, suele ser
un arma que facilita el fraude eleccionario, pues sabemos que esto sucede en
países como los Estados Unidos, donde ellos mismos denuncian fraudes.
Pasando a otro tema, vamos a hablar del
“electoralismo”, que es otro de los peligros de la democracia moderna, o sea,
es la tendencia actual. “que pretende usar plebiscitos” para todo. Y para
hablar de esto, me referiré sólo a mi país.
En
primer lugar, tengamos en cuenta que la Constitución Argentina, dice: que “el
pueblo no delibera ni gobierna sino por medio de sus representantes” Por lo
tanto, el gobernante, representa y decide por el pueblo, pero gobierna a través
de los tres poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial). De manera que los
plebiscitos tienen sentido, cuando son convocados, por una cuestión importante
y que “todos puedan entender claramente” como sería, por ejemplo, un plebiscito
revocatorio del mandato presidencial, como ocurre en la mejor democracia del
mundo, como es la de Venezuela.
Pero,
está claro que en mi país, la Constitución no incluiría la reelección
ilimitada, con un plebiscito revocatorio, porque hay quienes quieren servirse
de la patria y no viceversa. ¿Y saben por qué? Porque si hoy pedimos la
revocatoria del mandato de un presidente, también este derecho se puede ejercer
contra todos los que pretenden sucederle. Algo que al imperialismo global, no
le conviene, cuando quiere sostener en el poder, a un presidente obediente con
el Imperio. Y creo que éste sería el
único plebiscito posible y aceptable, en una república democrática. Porque no se puede gobernar en base a
plebiscitos sobre otras decisiones de gobierno. La administración del Estado,
debe hacerla el gobernante, porque el pueblo no es un experto ni en temas políticos, ni legislativos, ni judiciales o
administrativos y no tiene por qué conocer sobre “todos los temas”, como para
decidir sobre cualquier acto de gobierno. Para eso, votó a quienes creyó aptos
para esa tarea y son ellos, los que tienen el deber de conocer, profundizar y
estudiar, para decidir lo más conveniente.
El
electoralismo, es muy peligroso, como todos los “ismos” porque no se puede
gobernar mediante opiniones, sino en base a profundos análisis técnicos y con
conocimientos sobre el tema de que se trate.
Los
demagogos de la democracia, suelen impulsar plebiscitos para cualquier decisión
gubernamental, que no conviene a sus intereses. Así, los opositores pueden
realizar propagandas intensas sobre un determinado tema, en los medios de
comunicación que, como sabemos, tergiversan la verdad para tratar de
“cogobernar” Y esta manipulación es, precisamente, lo que buscan los sectores
minoritarios, para impedir que se tomen decisiones, que no les convienen.
Sin
embargo, no estoy en contra de los plebiscitos cuando la grave situación del
país lo requiriere, como cuando tratamos de resolver temas de soberanía con
otro país, como ocurrió con Chile por el canal de Beagle. Los plebiscitos
pueden hacerse a solicitud del gobernante, para decidir sobre algo puntual, que
no requiera de conocimientos técnicos ni profundos. Porque de otra manera,
pueden ser útiles a intereses que pretenden
desestabilizar al gobernante
legítimo y ser usados para dividir y cogobernar, sin haber sido elegidos. Por
eso, pienso que es democrática la reelección indefinida, para poder mantener a un presidente, que el pueblo considere
capaz, las veces que los ciudadanos quieran, como en el caso del presidente de
Bolivia, Evo Morales, recientemente reelecto y que ha llevado a su país a
niveles culturales y económicos, realmente asombrosos. En cambio, a pesar del
avance logrado por Argentina en el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner,
los ciudadanos nos vemos impedidos de poder reelegirla y por lo tanto, habrá
una mayoría que no estará representada por nadie en las urnas.
En
mi país, los gobiernos, por lo general, han durado un solo período y no por esa
causa, resultaron más honrosos ni
eficaces. De modo que, cuando un mandatario responde a las expectativas del
pueblo, el hecho de no poder reelegirlo, resulta una proscripción injusta y
antidemocrática.
Pero
la reelección siempre debe acompañarse de la posibilidad de revocatoria, porque lo que resulta injusto
y antidemocrático es cuando el gobernante no cumple con lo que prometió al
pueblo y la única forma de hacer justicia, es revocando su mandato.
Por
último, me referiré al “Constitucionalismo” como otro “Ismo” muy bien explotado
por los poderes de dominio mundial. La Constitución, fue llamada “ley
primera de una nación”, porque a través
de ella, se organizaron por primera vez, los pueblos. Pero, lo que ocurre, es
que contienen partes pétreas o inamovibles, que sirven a intereses de la
oligarquía local y foránea. Y se
predica, constantemente, que a esa ley fundamental, no hay que reformarla con
frecuencia, para conservar los valores que la patria quiere custodiar. Algo tan
absurdo, como pretender cocinar con leña en el siglo XXI.
Lo
que sucede, es que nadie quiere que se modifiquen los “privilegios”
establecidos en ella, aunque en sus preceptos se diga que se han abolido todos ellos. Y entonces, la prédica de la no reforma de la
Constitución, resulta un agravio para quienes no resultan ser “los
privilegiados” en la misma. Y por eso, habría que quitarle todo carácter
pétreo, para poder adaptarla a la democracia y a la evolución de las Naciones.
Un
ejemplo de contradicciones en la Constitución Argentina, es el siguiente, por
un lado, se instituye una religión por parte del Estado y se la mantiene
económicamente, mientras que por el otro, se establece la libertad de cultos.
Otro
ejemplo, es que aún tenemos dos Cámaras Legislativas (Senadores y
Diputados) que tienen su origen, en la “Cámara de los Lores” y la de “los
Comunes” de Inglaterra y que, de alguna manera, están avalando la desigualdad ante la ley, ya que la
primera, defendía los intereses de los Lores
y la segunda, los del pueblo raso.
Lo
cual, viene a ser contrario a lo que dice la letra de la Constitución, que
habla “pueblo” sin referirse a clases sociales, aunque se hable de que una
cámara representa a las provincias y la otra, a todos los ciudadanos, cuando
sabemos que en la práctica, no representan al pueblo, que es uno sólo. Por lo
tanto, el Parlamento debería ser unicameral y los legisladores deberían ser
representantes del pueblo y no de los
partidos políticos, como lo son en mi país, cuyo sistema parlamentario, más que
una democracia, es una partidocracia.
Pero
esto tiene una solución muy fácil que propondré en el próximo artículo. Porque
repito, que la democracia sería el mejor sistema, si la dejaran existir.
La justicia en las falsas democracias
Cuando
la Justicia funciona, es independiente, rápida, gratuita e igual para
todos y cuando no, es lenta, costosa y sólo
existe para los que tienen poder o dinero. En las mal llamadas “democracias”,
el Poder Judicial sirve de base a la corrupción, ya que ésta no existe sin una
justicia cómplice. Porque si funcionara, los corruptos estarían en la cárcel.
En mi país, Argentina, la Justicia es mala, costosa y lenta. Los jueces, permanecen en el poder hasta que la muerte
los separe, con privilegios inaceptables, como el estar eximidos de pagar el
impuesto a las ganancias, como cualquier trabajador, cuyo sueldo excede de un monto
determinado. Acceden al poder mediante el Consejo de la magistratura, que no
deja de estar bajo a influencia de los partidos políticos y de la Corporación
Judicial, lo que no garantiza objetividad en cuanto a las designaciones, al
igual que el Tribunal de Enjuiciamiento, cuando actúa por el mal desempeño de
los magistrados.
Y
así tenemos una “Justicia” donde el ciudadano común, puede pasar más tiempo
esperando ser sentenciado, que el que le hubiera tocado de resultar culpable,
por el delito que se lo pretende juzgar. Mientras que aquellos que tienen mucho
dinero o poder, jamás son juzgados por sus delitos y si lo son, consiguen que
se les dicte sentencia en poco tiempo, porque la “falta de mérito”, la “falta
de pruebas” y las “extinciones de las causas” fueron pensadas para esa gente.
Por
supuesto, que nunca habrá pruebas para la corrupción porque, precisamente,
éstas se pueden ocultar, utilizando el poder del cargo que ostentan. Por
eso, los delincuentes proliferan en
ambos extremos de las clases sociales.
Por un lado, están los que delinquen desde el poder y por otro, los
“delincuentes comunes” (que se laman así para diferenciarse de aquellos). ¿Y
contra quiénes delinquen ambos? Contra la clase media, que está ubicada entre
los delincuentes que no tienen poder y aquellos de traje y corbata, que se
benefician al estar eximidos de impuestos, o por la falta de controles, o por
su inmunidad parlamentaria.
Y
en Córdoba Capital, es “vox populi” en los pasillos de los Tribunales Civiles y Comerciales, que algunos jueces,
sólo firman las sentencias que son redactadas y fundamentadas por sus subalternos. Algo que no me consta, pero
que podría deducirse por la gran actividad de las Cámaras de Apelaciones. Si
esto no es así, al menos debemos suponer que, en general, los jueces están muy
desprestigiados. Y que algo anda mal en ese ámbito. Lo que sí me consta, que en
un acto arbitrario el Tribunal Superior de Justicia Cordobés, decidió mediante
una acordada reglamentaria realizar subastas online, a través de un
intermediario. Un acto autoritario, violatorio de la ley que regula el trabajo
profesional de los Martilleros. Y quién sabe, para quien resulta el negocio.
Porque todos sabemos que el fraude por Internet es cosa de niños.
Así
está la Justicia en mi país. Y cobrar impuestos por brindarla, es algo que
resulta insólito. Es lo mismo que si quisiéramos ponerle impuestos a la vida.
Claro que se podrá argumentar, que hay modos de lograr un litigio sin abonar
los gastos. Y es cierto, pero no debería ser por vía de excepción que se
obtenga ese derecho, sino que la administración de Justicia, no debería tener
impuestos, como no los tiene el dictado de las leyes por el Congreso.
Simplemente, tener Justicia es un derecho primordial y debería ser totalmente
gratuito para el ciudadano.
La
lentitud de los procesos judiciales, se ampara en la falta de controles. Porque se puede saber si en un Juzgado se
trabaja con eficiencia, ya que hay fechas de inicio en los expedientes, hay
cantidades de causas que ingresan y que se registran, hay fechas en que se
dictan sentencias. De modo que con una simple computadora, la eficiencia
judicial podría hasta fotografiarse.
¿Pero
quién le pone el cascabel al gato? Si hasta los “Tribunales de enjuiciamiento
de magistrados” están integrados por legisladores que reciben directivas de los
partidos políticos o por la Corporación Judicial y en el caso de los abogados
que lo integran, nadie puede pensar que vayan a votar en contra de los Jueces,
si piensan seguir litigando.
Hay
que reformar la Constitución para ponerles límites y renovar el plantel de
jueces cada 5 o 6 años, para lograr que el pueblo controle a ese Poder del
Estado, a través de un informe del nuevo
juez, sobre si el funcionario saliente, cumplió con su tarea en la forma debida.
Y así poder demandarlo por mala praxis
o inacción. Pero para eso, los jueces,
tienen que nombrarse por sorteo y no tener compromisos con nadie, ni con los
partidos políticos, ni con la Corporación.
¿Acaso
no nos regocijamos hablando de la alternancia de los poderes? Aquí sí que haría
falta, pero de eso nadie habla, porque se
amparan en el
“constitucionalismo”, de las partes pétreas de la Carta Magna. No nos olvidemos
que a estas Constituciones las hicieron los Poderosos para que las cumplan,
todos los demás. Ellos nunca.
El
poder Legislativo, también debería renovarse en un determinado
tiempo y por sorteo ¿Y el judicial? ¿Por
qué no? Porque es intocable, inamovible y por lo tanto, lo único que lo
diferencia de una monarquía constitucional, es que sus cargos no son
hereditarios. Y todo esto, sucede dentro de un sistema que llamamos
“democrático”
Todos
los poderes del gobierno deberían ser renovados. Por eso, hay que modificar las
leyes y la Constitución Establecer la
reelección indefinida con derecho a plebiscito revocatorio, para el Presidente,
para que el pueblo pueda quitarle la representación, por incumplimiento de
promesas electorales o mal desempeño. Tengamos en cuenta que el Poder Ejecutivo
es unipersonal (El vicepresidente no corresponde al Ejecutivo, aunque pueda
reemplazarlo en ausencia).
Y
formar un Poder Legislativo no electivo, sino con legisladores nombrados por
sorteo desde un padrón de ciudadanos que cumplan con ciertos requisitos (Ej:
tener completo el secundario) y donde puedan inscribirse, voluntariamente,
para participar. (No nos olvidemos que
cuentan con asesores)
También
el Poder Judicial debe renovarse, mediante sorteo, utilizando un padrón donde
se inscriban los que rindieron y aprobaron un post grado para ser jueces. Única
forma de asegurarse de que el elegido, no lo sea a dedo, ni por concursos donde
siempre hay “recomendados”, ni a través de Consejos de magistraturas,
donde se filtra la cuestión política y
no goza de buena reputación entre los ciudadanos. Este sistema confiable, que
es el sorteo debería hacerse por acto público y
por la Lotería Nacional. El sorteo es el acto más equitativo que existe
y menos contaminado por la política. Como
también debería emplearse para los cargos públicos, con la exigencia de
tener el secundario completo, para que estos empleos no sean un reservorio de
nombramientos políticos y de votos cautivos. De este modo, se terminan los
privilegios de la estabilidad en el cargo. Y siempre está la posibilidad de
capacitación para el cargo.
El
juzgamiento de los jueces debería hacerse por un Tribunal de 10 o más Jueces,
sorteados para tal efecto y que pertenezcan a distintas provincias a la que
pertenece el juez involucrado. Y el Juicio político a cualquier funcionario de
Gobierno, debería ser de idéntico modo. Este juicio garantizará el derecho de
defensa y no podrá apelarse. ¿Acaso, no sería democrático?
Por
otra parte, debería haber una reforma constitucional que permita fijar por ley
un tope máximo para las jubilaciones de los funcionarios, a los fines de que
estos cargos, que son transitorios y muy onerosos, para evitar la corrupción,
no generen las jubilaciones de privilegio, como sucede actualmente. Y está
probado que dichas retribuciones, tampoco evitan la corrupción. Y eso es, porque
la honestidad no depende de esa lógica casi infantil.
Tampoco se debería admitir, en este nuevo
sistema, la reelección de jueces, diputados y senadores, para evitar que se
hagan eternos en esas funciones. Y como
ya dije, debería haber una sola Cámara Legislativa.
Para
terminar, diré que la democracia puede ser pensada por cualquier ciudadano y
repito, que sería el mejor sistema, si lo dejaran existir.
normaef10@hotmail.com
Publicación Barómetro 16-10-14
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