Desde Centroamérica
30 Agosto 2015
Punto Estratégico Del
Imperialismo Para Unir Militarmente El Pacifico Y Atlántico
Por Deyanira Martínez
La intervención de Estados Unidos en Centroamérica responde a la ventaja
geopolítica que le ofrece esta región en la exportación de sus capitales, más
aún con la construcción del canal de Panamá y la cimentación de una auto ruta
desde el Salvador hasta la costa atlántica de Honduras le sirve como punto
estratégico bélico que le permite con fines militares unir el Océano Pacífico
con el Océano Atlántico, razón por la que se muestra como el único que puede
incidir favorablemente en el mantenimiento de
la “paz” en la región.
En ese sentido comienza a promover pactos, los cuales no son firmados por
éste, pero de obligatorio cumplimiento para los subyugados, lo que supone va a
determina su posicionamiento y enquistamiento en la región. Se aplicó la
doctrina Monroe, con la que se deslegitimó los gobiernos producto de
movimientos revolucionarios y del voto popular, estigmatizándolos de
ineficientes e impotentes, en consecuencia ejercería su poderío militar
internacional en Centroamérica.
Las acciones imperialistas no se
hicieron esperar, y se organizo un conflicto entre Guatemala y El Salvador, usaron golpes militares para el derrocamiento
de gobiernos legalmente constituidos, la invasión a Nicaragua, el Salvador,
Honduras y Panamá, ocupándolos de bases
militares, declarándose la policía de El Caribe y creó a los principales protagonistas
de las dictaduras militares de Centroamérica y otros países, a través de la
Escuela de las Américas, lo que se tradujo en la proliferación de los escuadrones de la
muerte, paramilitares, sicariatos, asesinatos selectivos de líderes (Augusto
Sandino ) y del gobierno (Omar Torrijos).
Además de establecer una Corte de Justicia Centroamericana, para dirimir
aquellos casos en los que las cancillerías no resolvieran. Al mismo tiempo,
Estados Unidos aumentaba sus inversiones y encubría sus intereses y de las
élites trasnacionales, bajo la máscara de la democracia, la paz y los derechos
humanos, en detrimento de la región. En ese marco, Centroamérica se desenvuelve
hoy en día con problemas de diversas índoles, signado por una lucha contra el
crimen organizado, el narcotráfico, pandillas de delincuentes, deterioro en las
condiciones de vida de la población y donde se requiere urgentemente cambios
estructurales que dignifiquen a nuestro pueblo.
Guatemala convulsiona frente al caos generado por el sistema neoliberal,
traducido en problemas sociales crónicos, homicidios, violencia, tortura,
pobreza, desnutrición infantil, entre otros, derechos humanos desapercibidos
por el imperio, que siempre sediento de poder se prepara para dejar intacta su
hegemonía.
Ahora el Congreso de Guatemala solicita un juicio político contra el
actual presidente Otto Pérez Molina, cuyo mandato culmina en 2016, con el apoyo
de los aspirantes a la presidencia de las ocho organizaciones políticas, para
recobrar la confianza del pueblo y en consecuencia tomar las riendas del
gobierno y que de acuerdo a Sandino Asturias, analista político guatemalteco,
las manos del Congreso estadounidense están incursas, para tratar de calmar la
presión social y mantener la nación como patio trasero de sus intereses.
En Honduras los problemas del desempleo, pobreza y la lucha contra la
inseguridad, demanda estrategias para el combate del crimen organizado con el
fortalecimiento y purificación de la policía, El Salvador, Igual que Honduras y
Guatemala, la lucha contra la criminalidad sigue siendo una gran tarea.El
imperialismo observa con beneplácito sus tácticas de intervenir en
Centroamérica para convertirla en una enorme base de operaciones entre los
océanos Pacífico y Atlántico, y como buen samaritano impulsa la estrategia de
la Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte, constituido por Guatemala,
Honduras y el Salvador, con lo cual esperan estas naciones se desarrollen
económicamente y atacar estructuralmente la pobreza, pero lo que
desconocen es que la potencia yanqui
quiera presionar esta región, como lo hizo en otrora con la Alianza para el
Progreso, donde forzó a los países
latinoamericanos a impulsar
reformas que limitaran las posibilidades de esparcimiento revolucionarios. Sin dejar de mencionar al
Golfo de Fonseca con sus islas, que al imperio le resulta fundamental por ser
un área natural para su flota desarrollada en el Pacífico y que perfecciona sus
planes del Acuerdo del Pacífico, constituido por Chile, Colombia, México y
Perú, además de permitirle el espionaje cibernético de la NASA.
Nicaragua es el centro de las expectativas de sus vecinos y otras partes
del mundo por la eventual construcción del canal Interoceánico, el cual
permitiría salir de la pobreza a este país. En 2016 se señala que Centroamérica
formará parte de México iniciando por Guatemala y luego se adicionaran las
demás países, debido a que EE.UU no podrá soportar la carga económica, si
partimos que México siempre ha sido norteamericano y no del centro y Sur
América y que históricamente ha estado inmersos junto con el norte y que
actualmente ha construido alianza con Canadá y Estados Unidos, podemos hacernos
la pregunta, ¿Cuál sería la estrategia política y militar del imperio?.
Con el reciente despliegue militar en Centroamérica, cuyo supuesto
descansa en la ayuda humanitaria en caso de los huracanes, pero lo que
realmente busca es sitiar a América Latina, específicamente a Venezuela, sobre
todo por las elecciones parlamentarias de 2015 si los resultados no favorecen a
los lacayos del norte y la oligarquía nacional apátrida, porque tienen 25 bases
que rodean a Brasil y 13 a Venezuela para el posicionamiento de la Amazonía y
el petróleo venezolano.
Publicación Barómetro
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