Cortesía De
MOBAT
Desde Panamá
11/Diciembre/2015
Desde Panamá
11/Diciembre/2015
En Defensa De Francisco
Por
Juan Jované
Los
neoliberales, así como los intereses que defienden, están definitivamente
incómodos con los planteamientos del Papa Francisco. Estos, consecuentemente,
han decidido atacarlo, utilizando para este fin todos los medios a su alcance,
incluyendo entre otros algunos ensayos publicados por sus más connotados
economistas.
Este es el caso
del reciente artículo de Ricardo Hausman, titulado “¿Es el capitalismo causa de
la pobreza?”. Este autor, quien durante algún tiempo fue el economista jefe del
Banco Interamericano de Desarrollo, argumenta que el Papa estaría equivocado al
señalar al modelo neoliberal, es decir al “capitalismo desenfrenado”, como
causa de pobreza y destrucción ambiental. Es así que este concluye que “el Papa
Francisco tiene razón en enfocar su atención en la difícil situación de los más
pobres del mundo. Sin embargo, el sufrimiento de estos últimos no es
consecuencia de un capitalismo desenfrenado, sino de un capitalismo que ha sido
frenado de manera equivocada”.
El artículo de
Hausman, utilizando las típicas y desgastadas formas ideológicas de los
neoliberales, intenta, entre otras cosas, vincular el pensamiento del Papa con
los planteamientos de Marx. Este recurso al viejo anticomunismo resulta, sin
embargo, prácticamente ridículo. En primer lugar, porque este autor no logra
siquiera citar correctamente la obra de Marx, afirmando que para este último
autor los obreros solo tendrían su
trabajo para vender en el mercado, mientras que Marx, como puede comprobar todo
el que haya leído el capítulo IV del primer tomo de “El Capital”, insiste en
que lo que vende el trabajador es su fuerza de trabajo, es decir su capacidad
de trabajo. Vergüenza le debería dar al profesor de Harvard el hecho de
desconocer una de las más importantes diferencias entre los pensamientos de
David Ricardo y Carlos Marx.
En segundo
lugar, Hausman evita, deliberadamente, hacer referencia a la fuente real del
pensamiento del Papa Francisco: La Doctrina Social de la Iglesia. No es
casualidad que el capítulo segundo de la “Laudato Si” lleve el título de “El evangelio de la
creación”, tampoco lo es que el Papa destaque que “el bien común presupone el
respeto a la persona humana en cuanto tal, con derechos básicos e inalienables
ordenados a su desarrollo integral”.
Más allá de
esto, la defensa del neoliberalismo de
Hausman carece de una efectiva base en la realidad. Es más que evidente
que la reciente crisis financiera global, de la cual la economía mundial no
termina de recuperarse, tuvo su origen en la tendencia hacia la
financiarización del capital, los excesos especulativos y la desregulación de
los mercados financieros promovida por el neoliberalismo. Así mismo,
actualmente existe un práctico consenso entre autores de diversas tendencias
sobre el hecho de que el “capitalismo desenfrenado” ha generado una enorme
concentración de los ingresos y de la riqueza en todo el mundo.
También, a
diferencia de lo que propone Hausman, la aplicación de las políticas
neoliberales ha tenido un impacto negativo sobre los trabajadores. En efecto,
la penetración del modelo corporativo en el sector agropecuario ha significado
el desplazamiento de millones de campesinos de sus tierras, los cuales difícilmente
se pueden reabsorber en las actividades urbanas, tal como lo ha demostrado
Samir Amin en su artículo “World Poverty, Pauperization & Capital
Accumulation”, publicado en la revista Monthly Review en octubre de 2003. A
esto se debe agregar que la estrategia neoliberal ha llevado a una competencia
global entre los trabajadores, dando lugar a una caída generalizada de la
participación de los salarios en el Producto Interno Bruto.
Así mismo, como
queda más claro cada día, la incesante búsqueda de ganancias y la tendencia a
la acumulación incesante e ilimitada de capitales han terminado por generar una
crisis ecológica de grandes dimensiones. Negar esto, como lo hace Hausman, es
simplemente quedarse indiferente frente a la posible destrucción de toda la creación.
Para completar
el análisis conviene destacar la diferencia esencial entre el pensamiento
neoliberal de Hausman y la visión humanista del Papa Francisco. En el enfoque
del primero, siguiendo a Hayek, se
entiende la solidaridad como un hecho instintivo, atávico e irracional, el cual debe ser remplazado por el
individualismo, que si se considera racional. Contrariamente en el pensamiento
de Francisco la solidaridad, así como el amor hacia el prójimo y toda la creación,
constituyen la verdadera tabla de salvación.
En el neoliberalismo no cabe la solidaridad intergeneracional, elemento
indispensable para salvar al planeta. En el humanismo, que representa la
auténtica racionalidad, ésta resulta ser el eje fundamental del cambio hacia
una civilización sostenible. ¡Larga vida para el Papa Francisco!
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