Desde
México
29/Octubre/2012
Los 81
Miguel
Ángel Mata Mata
La
realidad de los municipios en nuestro país, lo mismo que en Guerrero, es
lamentable. Alcaldes pilluelos que se llevan hasta los clips de las oficinas,
lo mismo que políticos que han instaurado el negocio de los juicios laborales
en contra de las autoridades locales, no dejan margen de maniobra para que los
nuevos alcaldes cumplan con sus obligaciones básicas: seguridad pública,
limpieza de las calles, alumbrado público, agua potable y drenaje eficientes.
Algunos
discursos de los nuevos ediles forman parte de auténticos tratados de catarsis
colectiva. Anunciar que la banca rota es el activo único y único que han
encontrado al asumir, así como el anuncio de que quienes les anteceden son
responsables de criminales desfalcos, forman parte de la idiosincrasia política
de los guerrerenses. ¿Recuerdan a Zeferino Torreblanca anunciar cárcel para su
antecesor, al asumir como alcalde? ¿Luego lo recuerdan cuando apareció
sonriente y de la mano del mismo al que acusaba, durante una sesión del grupo
ACA? Esa película, al parecer, se repetirá.
Lo
cierto es que todos los ayuntamientos han sido recibidos con obesas
administraciones nutridas de las campañas políticas. La alternancia es
saludable para cualquier manejo de los recursos públicos. Funciona como una
especie de contrapesos para evitar los abusos. Pero en los municipios esa
alternancia ha degenerado en la colocación de militantes de uno u otro bando
político en las nóminas municipales al grado de engordarlas y llevarlas a la
banca rota.
En
Guerrero a partir del primer minuto de este domingo 30 de Septiembre, entraron
en funciones las 81 nuevas autoridades municipales electas el pasado primero de
julio, las cuales culminarán sus responsabilidades el próximo 29 de septiembre
del año 2015.
La
mayoría de los presidentes municipales recibieron los ayuntamientos en crisis
económica, endeudados, con laudos que cumplir, quincenas pendientes que pagar a
sus trabajadores y demandas penales por desvíos económicos, entre otros
problemas que tendrán que solucionar en los primeros días de sus respectivas
administraciones.
Tales
son los casos de los municipios de Acapulco con una deuda superior a los mil
millones de pesos, Iguala de la Independencia con varias obras públicas
inconclusas, Chilpancingo con una demanda de sus trabajadores por el desvío de
siete millones de pesos, Tixtla de Guerrero y Zihuatanejo con adeudos a sus
trabajadores, entre otros municipios que terminaron con severos problemas
económicos.
En
Huamuxtitlán, San Luis Acatlán, Atoyac, Iguala y Coyuca de Benítez, se
presentaron algunos incidentes menores con grupos de ciudadanos inconformes con
las autoridades salientes, sin embargo, después de dialogar con los nuevos
presidentes municipales se retiraron de manera pacífica.
Deseamos
que la prudencia y la eficiencia administrativa rijan las decisiones que tomen
los nuevos presidentes municipales y eviten caer en la tentación de pagar a sus
militantes con su inclusión en la nóminas municipales, vicio que hemos padecido
desde hace quince años, acompañado por el saqueo permanente de los recursos
municipales. Esperemos que nuestro deseo no sea quimera.
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