Desde México
29/Octubre/2012
Nuestros Medios
Rodrigo
Huerta Pegueros*
Es verdaderamente interesante conocer las
opiniones de todos los que están interesados en intercambiar información sobre
los tópicos que les incumbe y por lo tanto tenemos a la mano los mas verosímil
e inverosímil de los temas y por
supuesto no se salvan aquellos que por oficio tienen que comunicar lo que sus
superiores jerárquicos les ordenan difundir aunque muchas de las veces sean
cuestiones intrascendentes o contradictorias, o sea, no reparan en recordar lo
que dijeron sobre el mismo asunto días o meses antes.
Sin embargo, al
día, millones de líneas se imprimen y se difunden por todos los medios de
comunicación tradicionales y alternativos. No en balde la internet sigue siendo
el vehículo donde se valida la libertad de expresión y con este medio el
twitter es la herramienta del momento
para conocer opiniones de lo mas diverso de nuestro conglomerado social y político
mundial.
Hoy vivimos en la
red y no sobre la red. Hoy día quien diga que no sabe lo que sucede a su
alrededor es que, o no tiene los medios tecnológicos a su alcance o no tiene interés
en conocer lo que debería aunque exista el debate abierto, particularmente en
nuestro país (México) de que los asuntos públicos deben estar a la vista de
todos pues por ello son públicos como los mismos servidores de gobierno se
autocalifican y hasta se dan en cierta forma y medida baños de pureza, pero sin
cumplir mínimamente con su deber de transparentarlo todo, salvo lo que en
realidad—y no lo que les conviene—pueden ser asuntos de seguridad nacional.
Fuera de todo esto,
no debería haber, como lo hay, información negada de gobiernos de cualquier nivel, unos más
otros menos y unos totalmente opacos pero que hacen de lo público algo
particular o de interés solo para ellos. Guerrero es sin duda una de las
entidades menos transparentes en lo que a información pública se refiere. No
hay manera de lograr informarse porque ni los vehículos creados exprofeso para
ello (Institutos de Transparencia) han logrado posicionarse como un contrapeso
al poder que ejercen los gobernantes.
Aún y cuando estos
mecanismos contrarios a la trasparencia y al derecho a la información prevalecen,
los medios de comunicación dan cuenta puntual de lo que se quiere ocultar pero
que no se logra del todo.
Los periodistas,
comunicadores, investigadores, académicos y gente independiente y de vocación
democrática y progresista han dado la batalla para que la comunidad no quede
ayuna de la información que deben conocer y de los aciertos y desaciertos de
nuestros gobernantes, de la clase empresarial, de los trabajadores, de los
sindicalizados, de los discapacitados, de los desempleados, de todos aquellos
que por una u otra forma tienen que integrarse al comercio informal o los que
sin importarles nada, pero nada, se inscriben dentro de los grupos criminales,
de los que tratan con personas, de los que venden órganos, de los que comercian
con niños, venden drogas y se alían con los cuerpos de seguridad pública o
privados, de los que se dedican a la extorsión, al secuestro, al contrabando y
al asesinato.
Estos modus vivendi
de millones de personas, sobre todo de jóvenes, han venido a trastocar la vida cuasi
apacible de los habitantes del globo y particularmente de países del tercer
mundo, del cuarto mundo y de los llamados países emergentes, entre los que estamos incluidos
los mexicanos.
De todo esto y más
conocemos a través de la red. De los nuevos inventos, del amarizaje, de los
cambios climáticos, de los nuevos virus, de la forma de medir el tiempo, de
conocer los nuevos mecanismos de investigación científica, de las tecnologías
avanzadas, de los nuevos métodos de combate espacial y del comercio de las
guerras y los peligros de una hecatombe nuclear, la invasión de nuevas
religiones y de nuevos paradigmas que trastocan nuestra visión de la realidad
conocida.
En fin, todo esto y
más, lo tenemos hoy a la mano. Es, como decía Mcluhan, la extensión del hombre
que lo abarca todo. O mejor dicho, casi todo. Muchas veces los que ejercemos el
oficio de la comunicación nos ensimismamos de lo que ocurre en nuestro
alrededor y solo ponemos nuestra mirada en el ombligo y descuidamos lo que
acontece en el entorno próximo o lejano y pocas veces hacemos los ejercicios
propios de la evaluación sobre lo que ocurre en nuestro territorio con lo que
acontece en otros lugares similares y que de alguna forma avanzan más en su
desarrollo y bienestar que nosotros, los guerrerenses, los que en lugares
remotos de nuestra geografía no han logrado salir de la edad media o del siglo
XVIII para ser menos rigoristas.
Hacer el ejercicio
natural comparativo de los porqués no se hace aquí esto u aquello que en
regiones similares han dado resultados y han logrado superar sus rezagos, es
una necesidad que no admite mayor dilación. Pero nuestra inercia es muchas
veces mas fuerte que nuestras reales necesidades.
La sobrevivencia es
un obstáculo. Las presiones son diarias y comunes que frenan estos propósitos,
las amenazas por el mismo camino y los asesinatos como último recurso del poder
abusivo, trastocan todo intento por lograr el cambio tan anunciado pero tanto
tiempo pospuesto.
Los mercaderes de
la política se han convertido en conejos y se han reproducido a una velocidad
igual que los animales orejones. Por eso es difícil identificar a los buenos de
los malos o de los que entran inocentes y salen peor que sus maestros.
Por lo tanto, no debemos
quitar el dedo del renglón y para enfrentar estos males que nos aquejan de una
u otra forma, solo nos queda la herramienta infalible de la comunicación y para
ello tenemos ahora medios que facilitan esta tarea, aunque existen sus
contrapartes, pero para ello tendremos que aportar nuestra visión de la
realidad y compararla de lo que se difunde.
Hay algunos medios
y opinadores que nos pintan otra realidad y hay otros que nos comunican lo que
en realidad sucede y que es fácilmente comprobable. No echemos en saco roto de
que los medios son la única herramienta que tenemos para conocer nuestra
realidad e incidir en esta. Hoy hay más medios de comunicación electrónicos que
impresos y hay más información válida e inmediata en la red internet que en los
medios tradicionales electrónicos como la
radio o la televisión.
Los medios
tradicionales deben ahora sí que hacer su mutación de informadores a analistas
de la información a fin de aportar algo más que noticias a su tarea cotidiana,
pues más de las veces están rezagados por el tiempo real en que suceden y se
trasmiten los hechos que suceden en lo más remoto de nuestro planeta.
Habrá quienes se
molesten sobre lo publicitado, pero eso es lo que ocurre siempre en cualquier
conglomerado social y sobre todo en estos tiempos en donde se funde la sociedad
con la política o viceversa.
Después de todo, lo
único que nos puede salvar de vivir en la incertidumbre o en la paranoia, es la
información y el conocimiento de nuestra propia realidad cotidiana. VALE.
Periodista/Analista
Político*
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