Desde
Venezuela
29/Octubre/2012
A
200 años de la
Constitución liberal de España
Sergio Rodríguez Gelfenstein
España es un país de
origen multicultural establecido en una región en la que a través de la
historia se establecieron diversos pueblos provenientes del norte de África y
el oeste de Europa. Sufrieron diversas ocupaciones hasta que los romanos se
asentaron en su territorio y establecieron por primera vez una autoridad
política única hacia el siglo I a.C.
La península ibérica fue ocupada por los visigodos entre los
siglos V y mediados del VIII d.C. Posteriormente los árabes invadieron el
territorio y se mantuvieron por 7 siglos. Los descendientes de los visigodos
concentrados en el norte de la península fueron organizando reinos (Castilla,
Aragón, Cataluña, Navarra y León, entre otros) y comenzaron el proceso de
unificación por oposición a los árabes. Este proceso tuvo su punto cúlmine a
través del matrimonio de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, cuyo nieto
Carlos V llegó a ser Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico que abarcaba
la mayor parte de Europa. En 1492, estos monarcas expulsaron de España a los
árabes y a los judíos paralizando el desarrollo del país y sumiéndolo en un
atraso del que sólo pudieron reponerse bien avanzada la segunda mitad del siglo
XX. Por esa “obra”, el Vaticano les otorgó el título de Reyes Católicos.
La monarquía de los Borbón, actualmente reinante en España, se
estableció en el país al comenzar el siglo XVIII. A pesar de las gigantescas
riquezas que expoliaron de sus colonias en América, su incapacidad
administrativa y las repercusiones de la Revolución Francesa
de 1789 ocasionaron una profunda crisis en el Estado. Al inicio del siglo XIX
se empezaron a revelar expresiones de esa crisis cuando se produjeron diversas
conjuras y manifestaciones populares en contra de la realeza. En estas
condiciones Fernando VII asumió el trono para tratar de salvar a la monarquía e
impedir que estas ideas libertarias llegaran al otro lado del Atlántico, donde
vientos de libertad e independencia agitaban sus colonias en el continente
americano. Los movimientos independentistas de finales del siglo XVIII y
comienzos del XIX en Sudamérica, tuvieron su concreción en 1810 en Caracas
cuando el 19 de abril se declaró la independencia de Venezuela, otras colonias
tomaron el mismo camino durante ese año y los posteriores. La respuesta de la
metrópoli no se hizo esperar, momentáneamente la contrarevolución se impuso y
los patriotas se vieron obligados a desatar la guerra por la Independencia.
En España, el 19 de marzo de 1812 en una reunión extraordinaria de
las Cortes en Cádiz fue promulgada la primera constitución del país, un
instrumento jurídico bastante avanzado para su época. Su articulado considerado
muy liberal para ese momento contenía un articulado que consagraba entre otros
aspectos la soberanía en la
Nación (ya no del rey), la monarquía constitucional, la
separación de poderes y la limitación de los del rey. Esta constitución estuvo
vigente durante dos años hasta que en mayo de 1814 fue derogada tras el regreso
de Fernando VII a España. El monarca ordenó la detención de los diputados
liberales e inició la más brutal persecución contra ellos. Los enunciados que
significaban la pérdida de poder político y económico de la monarquía en favor
de los ciudadanos provocaron una respuesta sanguinaria y atroz del Estado que
nuevamente se refugiaba en el absolutismo más férreo para conservar la
autoridad.
El
símbolo más reconocido de la
Constitución de Cádiz fue el general Rafael del Riego. Con el
grado de teniente coronel, este valeroso militar asturiano juró la Constitución en 1812. A través de su
participación en la masonería estableció contacto con los patriotas
iberoamericanos y conspiró junto a otros liberales durante los 6 años de la restauración
absolutista, hasta el establecimiento del llamado Trienio Liberal que volvió a
darle vigencia a la
Constitución Liberal de 1812, desde 1820 hasta 1823 El 1° de
enero de 1820, en las Cabezas de San Juan (Andalucía), el comandante Rafael del
Riego proclamó la
Constitución de Cádiz, restableció las autoridades
constitucionales y con ello evitó el traslado a América, del Ejército con el
que Fernando VII buscaba someter a los patriotas que luchaban por la Independencia.
En
su arenga a las tropas Riego expuso su rechazo a “…las órdenes de un rey
ingrato que asfixiaba a su pueblo con onerosos impuestos”, explicaba que la
monarquía “… intentaba además llevar a miles de jóvenes a una guerra estéril,
sumiendo en la miseria y en el luto a sus familias”. Finalmente el honorable
oficial informó a sus subordinados que “ante esta situación he resuelto negar
obediencia a esa inicua orden y declarar la Constitución de 1812
como válida para salvar la patria y para apaciguar a nuestros hermanos de
América y hacer felices a nuestros compatriotas”, finalizaba airoso exclamando
“¡Viva la Constitución !”
A partir de aquel 1° de enero de 1820 ningún soldado español sería enviado a
restablecer el absolutismo en ninguna parte de América. Esta decisión del
general del Riego y de los liberales españoles y su determinada oposición a que
se trasladara un nuevo ejército español a
América tuvo una influencia decisiva en la Batalla de Carabobo y en
los posteriores combates que llevaron a la Independencia
definitiva en Ayacucho en 1824.
En
ese contexto el propio Simón Bolívar en carta dirigida a Melchor Aymerich,
último gobernador español de Quito, fechada el 18 de febrero de 1822 en Popayán
en el que le insta a evitar mayor derramamiento de sangre ante la virtual
debilidad de las tropas españolas frente a la ofensiva patriota, le informa de
la rebelión de Riego como argumento para que Aymerich tome una decisión a favor
del fin del conflicto. Expone el Libertador: “Tenga V.E. entendido que el
gobierno español está reducido a una espantosa anarquía; que el señor general
Riego, con otros muchos ilustres jefes, están a la cabeza de un partido
republicano que en este momento debe haber derrocado al trono de Fernando VII.
Yo podría convencer a V.E. con documentos oficiales, si me atreviese a
exponerlos a los azares de la guerra, en un territorio que ha estado siempre
cubierto de bandidos. Estos documentos existen y yo celebraré infinito
mostrarlos a quien V.E. destine”
La
revolución liberal en España en 1820 propició otras en Nápoles, Sicilia,
Portugal, Piamonte y Francia. La respuesta de las potencias de la Santa Alianza del
Altar y el Trono (Francia, Austria y Rusia) fue invadir España y derrocar el
gobierno liberal en 1823. El 7 de noviembre de 1823 el general Riego fue
ahorcado en Madrid por orden de Fernando VII, y todos los liberales cruelmente
reprimidos en España. En abril de 1931 el Gobierno de la República española
adoptó como Himno Nacional “La
Marcha de Riego”, sustituido desde la dictadura fascista de
Francisco Franco (1939-1977) por la denominada “Marcha Real”. Riego es el
máximo exponente de los defensores de las libertades civiles en España, y es
considerado el mártir por excelencia de la represión política contra el
liberalismo.
Actualmente
su retrato se puede ver en las Cortes Generales junto a otros cuadros como la Jura de la Constitución de 1812.
Doscientos años después, y con motivo del Bicentenario de la Constitución de
Cádiz, se ha convocado para el 16 y 17 de noviembre en esa ciudad andaluza a la XXII Reunión Cumbre de
Jefes de Estado y Gobierno de Iberoamérica. Sería éste, un buen momento para
que los representantes gubernamentales de las naciones que fueran colonizadas
por España, rindieran un merecido homenaje al general Riego y a los liberales
españoles que con su acción y el sacrificio de sus propias vidas jugaron un
papel decisivo en la lucha por la Independencia de nuestras naciones.
Publicación
Barómetro 18-10-12
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