Desde México
27/Mayo/2013
Un informe de Ausencias ¿Dejaron Solo al gobernador?
Miguel Ángel
Mata Mata
Chilpancingo.- Durmieron mal. Sobre el pavimento del
estacionamiento del Palacio Legislativo. Las rodilleras dolieron. También las
coderas. Se echaron encima de sus mochilas y esperaron. Nunca llegaron los
invitados no deseados. Dos mil policías quedaron plantados y sus invitados, los
vándalos de la CETEG, jamás llegaron.
En el segundo informe del gobernador
Ángel Aguirre Rivero el estado de Guerrero se vistió de ausencias. Un ritual no
revivido ni redimido cumplió con el protocolo… y dejó huecos. No todos
acudieron al llamado de un poder debilitado por los errores de un gabinete
instalado en su zona de confort y
cuestionado por la mayoría de los diputados locales por sus
inclinaciones a beneficiar a cotos de poder personales y dañar al pueblo. Los
dejaron solos.
Fueron muchos los asistentes. Pocos los
relevantes. Allá enfrente, en la mesa directiva, preside Toño Gaspar con su
inexperiencia y distanciamiento de quien fue su maestro, Héctor Astudillo. Al
centro del pleno sentaron al dirigente del PRD, Jesús Zambrano; al senador
Sofío Ramírez; al secretario de gobierno, Humberto Salgado y a la esposa del gobernador, Laura del Rocío
Herrera. Detrás de ellos al comandante de la región militar de Chilpancingo.
Tras de ellos los diputados locales. Mas
atrás, unas cuantas sillas sentaron a los dos arzobispos, a los alcaldes de
Acapulco y Chilpancingo y a unos cuantos magistrados electorales. Arriba quedó
la porra. Los fans empleados de un gobernador que no dudaron ni un instante en
mostrar su lealtad al usar, todos a una sus celulares, Ipods, Blackberrys y
nexteles para retratar al jefe en tanto éste subió al podio. “Es el jefazo”.
Claro, por supuesto. ¿Qué tal y se da cuenta que no cumplen con genuflexionar
las corvas ante la sublime presencia del jefe?
LOS POSICIONAMIENTOS
Desde hace siete años, cuando Zeferino
Torreblanca Galindo recibió calificativos de mentiroso y le recordaron a sus
progenitores, no se paró por el Congreso Local un gobernador. El lunes llegó
Ángel Aguirre. Aunque sin quórum de la clase política y rellenos de sus
empleados leales, cumplió con el viejo ritual. Hubo Día del Gobernador.
Tres diputados le urgieron por ajustar
su gabinete. PAN, PVEM y PRI, en voz de Olivia, Carabias y Apreza, fueron
sinceros al llamar la atención en cuanto a la inseguridad, el crimen organizado
y el clima de inestabilidad que ya tiene en un hartazgo a la ciudadanía ante la
no aplicación de la ley a vándalos que se esconden en luchas sociales para
afectar a terceros.
Coincidieron: le falla el gabinete al
gobernador. Y le urgieron a cambiar los lastres de quienes, incluso, le
engañan. En gayola periodistas mencionaron el nombre de Ernesto Aguirre quien,
inclusive ayer, se paseó como quien en realidad es el jefe del gabinete del
gobernador.
Al piso se echaron los diputados del PT
y PANAL. El perredista Bernardo Ortega cumplió con su fracción perredista al
apoyar al gobernador de su partido pero poner una banderilla: “necesitamos
saber cómo se desglosa el gasto de 48 mil 500 millones de pesos.
Triste el papel de un Mario Ramos del
Carmen, urgido en quedar bien con su jefe Luis Waton Aburto, quien es el
mandamás del Movimiento Ciudadano en Guerrero. A la salida le dio oportunidad
de seguirle detrás de él. Siempre tras de él. Nunca al lado ni adelante. Jamás.
Más triste fue escuchar a Antonio Gaspar
Beltrán Beltrán, quien habló a nombre de todos los diputados, en su calidad de
presidente de la mesa directiva. Se tendió cual tapete “a las órdenes del
gobernador”. Faltaba más. No olvida su papel de segundo de a bordo desde que
Héctor Astudillo le hizo síndico. El presidente de la mesa directiva echó al
piso a todas las fracciones parlamentarias al hablar de lo que el imaginó y
jamás consultó con el resto de sus pares.
EL GOBERNADOR
Anunciaron que el gobernador ofrecería
su informe. Kafka se quedó chiquito. Los empleados del Poder Ejecutivo no lo
dudaron: sacaron celulares, nexteles, ipods, cámaras y hasta laptops. ¿Cómo
perder la oportunidad de que el jefe les viese tomándole fotos? Todos a una le
retrataron. Les importó poco la crítica de los diputados que le reiteraron al
gobernador: le falla su gabinete. Ellos, lúdicos, tomaron fotos y las subieron
de inmediato a las redes sociales.
Retórica fue la pócima que quiso imprimir un gobernador al que
dejaron solo. Ofreció combatir el populismo, pero fingió no saber que reparten
despensas gratis en Acapulco desde el DIF estatal para promover la
precandidatura de su hijo, Ángel Aguirre Herrera a la presidencia
municipal.
Soltó la sentencia: “no atentan contra
la gobernabilidad la CRAC ni la UPOEG ni las policías comunitarias. En Guerrero
si hay gobernabilidad”. Le aplaudieron los diputados cuando anunció
restricciones a las mineras extranjeras y que tendrán que domiciliarse
fiscalmente en Guerrero. Sus empleados le aplaudieron como siete veces por…
cualquier cosa.
Anunció que en noviembre concluye
definitivamente el Acabús. Aseguró que la postura de su gobierno no es de
debilidad... sino de prudencia, ante los acontecimientos que han llevado a la
violencia del magisterio en contra de instituciones y de la misma sociedad. Y
anunció que no permitirá que se rompa el estado de derecho y que los vándalos y
delincuentes deben responder ante la ley y aseguró que “el gobierno de Guerrero
aun está de pie”.
EL FINAL
El gobernador fue testigo de la ausencia
de la clase política de Guerrero a su segundo informe de labores. Se fue a la
ciudad de México a donde, dicen, ofreció una comida a sus cercanos o tuvo una
reunión con un grupo que analiza las crisis de gobiernos.
Aquí los miles de policías que dijeron
no existían ni alcanzaban para detener a los vándalos se fueron tras el convoy
del gobernador y dejaron otra vez vulnerable al Congreso Local.
El Día del Gobernador cumplió con el
ritual. Lástima que le han dejado solo.
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