Desde México
01-febrero-2014
Peña Nieto-Aguirre Rivero: El Año
de Guerrero
Rodrigo
Huerta Pegueros*
Una vez más
hemos sido testigos de que comunidades del estado de Guerrero han levantado la
voz para demandar que los gobiernos de los tres niveles actúen en consecuencia
para evitar que los ciudadanos sigan siendo víctimas de la delincuencia y que
además se avoquen a ser promotores del desarrollo regional con la promoción de
empleos y otorgar los incentivos para que la producción en el campo y las
fábricas se incrementen y sean motivo para la creación de la riqueza y el
bienestar comunitario.
No fueron pocas
las voces que demandaban a los gobiernos atención a sus demandas. Ya sean 15 o
10 o menos miles de ciudadanos que se movilizaron, son en términos de
comunicación un elevado número de personas que representaban a diferentes
regiones y que se unieron para reivindicar sus derechos a una mejor calidad de
vida, la cual, como se conoce, esta ha ido a menos por la generalizada
inseguridad pública que ha trastocado la vida cotidiana de los guerrerenses,
sean estos urbanos o rurales. La falta de protección gubernamental hacia los
ciudadanos ha uniformado a todos por igual.
Este año, que
en definitiva será el que determine la gestión gubernamental del gobernador del
estado, Ángel Heladio Aguirre Rivero, tendrá que hacer tangible las promesas de
hace tres años y meses y los compromisos de hace unos meses de parte del
presidente de la República, Enrique Peña Nieto al dar a conocer el denominado
Plan Nuevo Guerrero, donde se anunció una inversión de poco más de 30 mil
millones de pesos.
Una vez más,
el propio presidente Peña Nieto, en su segunda incursión en las zonas
deprimidas indígenas del estado, reafirmó que 2014 será el año de Guerrero y
que esto será así porque se iniciará en breve la inversión que aprobaron los
legisladores federales para la entidad y que tendrá como finalidad hacer frente
a las vicisitudes que afligen desde hace varias décadas a la entidad.
Sin embargo,
cuesta mucho trabajo aceptar el discurso de los gobernantes—estatal y
federal—cuando hablan, como lo hicieron ayer en Cochoapa el Grande, Guerrero,
de que el combate a la pobreza, el hambre y la desigualdad será la prioridad,
cuando si se analiza bien la inversión que se hará en estos rubros con los que
se invertirá en infraestructura carretera, el comparativo resulta inverosímil y
hasta ridículo, lo cual apunta que si bien es cierto que la pobreza, el hambre
y la desigualdad pueden ser contenidas, mas nunca disminuida ni desaparecida.
Pero lo cierto
es que el gobierno estatal ha tenido como tabla de salvación la puesta en
escena de lo que el gobierno federal ha venido realizando, particularmente
después de lo ocurrido con las tormentas tropicales Manuel que devastaron gran
parte de la entidad y que miles de guerrerenses todavía continúa esperando la
ayuda que ofrecieron los gobernantes y que hasta el momento han incumplido.
No se puede
dar vuelta a la página, cuando el problema de la inseguridad pública sigue latente.
Cuando la violencia está a flor de piel. Cuando en la entidad la procuración de
justicia no funciona y cuando los crímenes políticos y de líderes de
organizaciones sociales no han sido atendidos y menos resueltos.
Cuando el
magisterio sigue en pie de lucha. Cuando las policías comunitarias siguen
haciendo el trabajo del gobierno constitucional. Cuando los empresarios
mantienen en alto sus demandas de alto a la extorsión y al secuestro. Cuando
los estudiantes no cuentan con las instalaciones adecuadas. Cuando los
campesinos no reciben a tiempo sus insumos y cuando los normalistas no han
obtenido justicia para sus compañeros caídos en el no tan lejano 12 de Diciembre
del 2011 y cuando las recomendaciones de la Comisión Nacional de Derechos
Humanos han sido desatendidas y cuando el Estado de Derechos en Guerrero está más
que vulnerable.
Los retos para
el gobierno de Aguirre son bastante altos, pero si se lo propone y hace los
ajustes necesarios, aunque altamente costos políticamente, podrá salvar parte
de su imagen deteriorada por los múltiples errores cometidos y que es posible
que tendrá que pagarlos su partido en las elecciones del próximo año.
Peña Nieto por
su parte, tendrá que hacer que los recursos disponibles para Guerrero se
apliquen y se apliquen adecuadamente. Que la transparencia y la rendición de
cuentas sobre el uso y destino de los mismos sea una praxis cotidiana.
También habrá
que exigirle que su gobierno cumpla con las sanciones que se deben imponer a
los culpables de la tragedia por la tormenta Manuel y que impactó seriamente
parte del municipio de Acapulco.
El secretario
de gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong se comprometió a ello y no ha
cumplido. Esperemos que la comisión integrada con tal fin y que fue sancionada
por el Presidente Peña Nieto haga su trabajo, sino también, el empresario
Miguel Alemán Velasco saldrá poco más que salpicado con el tema de la
corrupción.
Los retos del
2014 no será solo de inversión y de recomposición sino de saldar cuentas con
los ciudadanos sobre los compromisos contraídos públicamente por parte de los gobierno
estatal y federal.
Esperemos
pacientes y actuemos en consecuencia.
Periodista/Analista
Político*
porteno4964@gmail.com
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