Desde México
01-febrero-2014
Evaluación 2013: Recuento de
Daños
Rodrigo
Huerta Pegueros*
Cada vez que
se trata de hacer alguna clase de evaluación sobre lo acontecido durante 365 días
del año, las decisiones sobre los temas son harto arbitrarios ya que sería
imposible recordar todos los eventos que nos impactaron de alguna u otra forma
en nuestro alrededor y lejos de nuestro entorno próximo.
Por lo tanto
el trabajo en que nos debemos circunscribir en este caso es a lo que ocurrió en
nuestro país, en la entidad donde vivimos y localidad donde ejercemos nuestra
actividad cotidiana.
Los que ha
pasado en este tormentoso año 2013 no es poca cosa y si es harto difícil poder
digerirlo desde el punto de vista del ciudadano común, quien se ha visto no
solo afectado por los acontecimientos naturales que han impactado negativamente
al país sino también que no han logrado entender los porqués el nuevo gobierno
federal ha incumplido una serie de promesas que hizo al tomar el poder constitucionalmente,
sobre todo en lo que se refiere a la economía, la cual ha tenido una caída
estrepitosa en este año que fenece y por lo tanto ha sido un año económicamente
improductivo, pues no solo así lo siente la gente en sus bolsillo sino que lo
han remarcado estudios nacionales e internacionales.
Lo peor del
caso es que esta falta de crecimiento o se podría decir de decrecimiento ha
venido aparejada a una serie de alzas en precios, servicios y productos de alto
consumo humano y un desplome en la creación de empleos que ha coadyuvado a que
las generaciones pasadas y las nuevas se vean seriamente afectados por no tener
posibilidades de ingresos y han tenido que malbaratar su mano de obra o
dedicarse a otras actividades distintas para las que estudiaron o fueron
capacitados.
A este rudo y
deplorable panorama nacional, se agrega también el no exitoso programa de
seguridad pública nacional que ha tenido un pobre desempeño y que las cifras
están avalando, sobre todo en lo que tienen que ver con los secuestros, las
extorsiones y los cobros de piso por parte del crimen organizado.
Un reporte
bastante pobre en cuento a la disminución del robo que alcanzó apenas un cinco
por ciento en comparación al año anterior y en lo que se denominan homicidios
culposos se habla de un índice de menos del 15 por ciento, sin embargo nada se
ha dicho del rubro de las desapariciones y de los cuerpos encontrados en fosas
clandestinas en varis entidades del país que ponen en evidencia que la
estrategia gubernamental para frenar la violencia en México ha tenido un
rotundo fracaso, más allá de lo que diga o deje de decir el comisionado
nacional de seguridad pública, Manuel Mondragón y Kalb o lo que exprese el
secretario de gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong o lo que nos ha dicho en
reiteradas ocasiones el propio jefe del ejecutivo federal, Enrique Peña Nieto.
El éxito de
esta naciente administración pública federal ha sido sin duda el legajo de
reformas que se enviaron al congreso de la unión y que puntualmente sacaron
adelante los legisladores como fueron entre otras la educativa, de
telecomunicaciones, hacendaria, financiera, de transparencia, política y
energética.
Lo cierto es
que estas reformas podrán dar un cierto aliciente para quienes creen que serán
la panacea para que México pueda solventar sus problemas y salir adelante, pero
la verdad es que estas reformas tendrán su aplicación en varias etapas y esto
es que llevarán tiempo para que maduren y den los frutos debidos, si es que en
realidad se hacen las cosas bien y se promueve entre los interesados su
participación activa e inmediata. Esto es que nos han vendido las reformas como
algo para ser mejores, lo real es que llevará tiempo comprobarlo y quizás los
que han promovido estas reformas no vean sus frutos, sobre todo en lo que tiene
que ver con la reforma energética.
Pero en
cuestión de saldo social, el gobierno federal ha salido con una evaluación
pobrísima y quizás se podría decir que ha logrado la no aprobación de los
mexicanos.
Nada diferente
se puede decir de lo que sucede a nivel estatal, pues el gobierno que encabeza
Ángel Aguirre Rivero no ha logrado solucionar un solo problema que se le ha
presentado y si en cambio ha complicado las cosas a tal grado que ha tenido que
intervenir en varias ocasiones el gobierno federal para que la sangre no llegue
al rio.
Los casos
paradigmáticos del problema magisterial ahí lo tenemos, el problema de los
grupos de policías comunitarios nos revelan que el gobierno estatal ha dejado
de servir como instrumento para ofertar seguridad pública al ciudadano y la
presencia de grupos de narcotraficantes a lo largo y ancho de la entidad están
debidamente documentados y tal es el caso de que no se ha logrado disminuir la
violencia ni la extorsión a ciudadanos comunes, a empresarios, ganaderos,
campesinos y demás entes productivos, quienes han tenido que exigir y clamar la
presencia en mayor volumen de las fuerzas armadas del país para contener los
hechos que a diaria lamentamos.
Pero si esto
es en la parte operativa, en lo social, el gobierno estatal ha permanecido
desde el inicio como una entidad benefactora y asistencialista y solo se ha
dedicado a repartir becas y utensilios para el campo que han sido etiquetados
en los presupuestos federal y estatal, mas sin embargo no se ha concretado
ningún programa alternativo para crear empleos o fuente innovadoras de ingreso
para la entidad.
Lo peor del
caso es que a todo esto, la nula procuración de justicia en el estado de
Guerrero ha desmoralizado a los ciudadanos respecto a cómo obtener la
reparación de daños por parte de los delincuentes o asesinos que en los últimos
meses han logrado eliminar físicamente a más de una decena de luchadores
sociales y otros tantos han sido amenazados y encarcelados por revelarse a las
injusticias que se padecen en sus regiones.
La procuración
de justicia en la entidad ha dado nulos resultados en cuanto a investigación,
detención, procesamiento y reclusión de los criminales materiales e
intelectuales de los luchados sociales.
El cuadro es verdaderamente
patético y esto lo reveló hace unos días la Comisión Nacional de los Derechos
Humanos, quien en un informe sobre la situación que priva en esta entidad, puso
el dedo en la llaga y declaró que en Guerrero está en riesgo el estado de
derecho e hizo un recuento puntual de los porqués llegaron a esta conclusión.
Lo peor del
caso, es que la clase política guerrerense, puso oídos sordos a este reclamo
nacional de la CNDH y sin ningún rubor (sobre todo los priistas) salieron en
defensa del gobernador y en forma balbuceante, el dirigente perredista del congreso del estado, hizo lo
propio cuando el presidente de este mismo partido hizo apenas un reclamo al
gobierno estatal sobre la inseguridad que priva en la entidad.
Los
empresarios de todo nivel también han levantado la voz para reclamar el alto a
las extorsiones de que son objeto por parte del crimen organizado y los propios
taxistas y locatarios han externado lo mismo y han tenido que salir a las
calles para reclamar el alto a la violencia y las extorsiones.
Hay mucho más
que hablar sobre la forma de ejercer el poder por parte del gobernador Aguirre
Rivero, pero es tiempo también de que se dé cuenta que en esta segunda
administración ha salido con números rojos y que en lugar de que se le recuerde
como en su primera administración—con cariño y admiración—ahora se le recuerde
como alguien que solo llegó a complicar las cosas, ver más por el negocio
personal y de familia que en ejercer debidamente sus atribuciones y tareas de
administrador de los intereses de todos y cada uno de los guerrerenses.
Dice el dicho
que nunca es tarde para rectificar y es quizá la mejor fórmula para que
Guerrero pueda superar sus problemas enormes que tiene y que vinieron a
complicarse aún más con la tormenta tropical Manuel que devastó literalmente
varias regiones de la entidad y que en Acapulco sacó a relucir la corrupción de
administraciones pasadas y que hasta el momento los ciudadanos están pendientes
para conocer el resultado de las investigaciones prometidas por los gobiernos
federal, estatal y municipal.
Quizás le apuesten
los gobernantes al olvido, pero en esta ocasión habrá oportunidad de
recordarles cada día que tienen cuentas pendientes en Acapulco sobre los
efectos de la tormenta tropical Manuel que hizo mella en la zona rural del
municipio y particularmente la que colinda con la denominada zona Diamante.
Lo cierto es
que este 2013 no fue nada bueno para los ciudadanos mexicanos y guerrerenses en
particular y todo porque los gobernantes no cumplieron con hacer su tarea que
tiene que ver con la protección y el estímulo para el desarrollo de México.
Periodista/Analista
Político*
porteno4964@gmail.com
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