Fecha: 27/Jun/2015
El Retorno Al Estado Tapón Y Disuasorio
Julio
A. Louis
En diciembre
pasado, en otra columna publicada en BRECHA, el autor se preguntaba si Uruguay
estaría marchando hacia un retorno a su vieja condición de “Estado tapón y
disuasorio”. Hoy lo afirma.
El operativo
vislumbra resultados. Estados Unidos busca salir del aislamiento en Nuestra América. Lo intenta rediseñando y
extendiendo integraciones para la servidumbre (Tratado del Pacífico, TISA, y
Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea, debilitada y supeditada a EE.UU.) Y reconfigurando la O.E.A., el Ministerio de
Colonias fundado durante la guerra fría, con cumbres presidenciales que ni
pueden acordar una declaración. La razón
es obvia: quebrar al MERCOSUR, la UNASUR y la CELAC, ésta abarcadora de toda
Nuestra América, pero sin EE.UU. y su satélite obediente, Canadá.
Pero para romper el
aislamiento de Estados Unidos no sirven los gobiernos malnacidos (Honduras,
Paraguay), o represivos (Colombia, México). En cambio, se presta a las mil
maravillas un gobierno de “izquierda” como el de Uruguay, pro O.E.A., con su ex
Canciller como Secretario General y presencia avalada casi por unanimidad de
Nuestra América en el Consejo de Seguridad de la O.N.U. ¿Cómo se relacionarán
esa agua y ese aceite, el panamericanismo del “América para los
(norte)americanos” y el latinoamericanismo?
A eso aspira Almagro sin explicar
cómo, sin plantearse sus incompatibilidades.
Tabaré Vázquez ya
no tendrá que pedir la “ayuda” del Gran Hermano del Norte, George W. Bush,
frente a vecinos molestos. Cuenta con el
gobierno del afro-descendiente, que
corcovea contra la presencia sionista y
la extrema reacción en su país, que ve llegada la hora del policía “bueno” que
ayuda al torturado frente al policía “malo”, al tiempo de defender a las multinacionales,
a los tratados lesivos de la soberanía, a la agresión mediante bases militares,
golpes blandos, intervenciones directas,
encarcelamientos, torturas, asesinatos.
El camino lo ha
contribuido a abrir Vázquez al aceptar ser presidente de la Fundación T. W.
Wilson -que homenajea a un estadista
intervencionista y trabaja en la
formación de liderazgos a nivel global-
y considerar que la actitud
imperialista ha cambiado. En 2013, en el
Woodrox Wilson Center en Washington DC, defiende la idea de una nueva relación
EE.UU.-América Latina y afirma: “Ya es tiempo de dejar de pasarnos cuentas”. Y
después declara percibir un “cambio” en la actitud de Estados Unidos hacia
América Latina y cree llegada la oportunidad de “relacionarnos de otro modo,
con tolerancia, con respeto, con igualdad de condiciones a pesar de las
diferencias”. Luego, entrevistado responde que el comportamiento “imperialista”
y “avasallante” […] “está cambiando”.
El primer gobierno
del Frente Amplio desorientó a los conductores de la potencia imperialista. El halcón
Roger Noriega dijo: “Si esa gente es electa,
por supuesto que vamos a trabajar con ellos y respetar el resultado.
Pero creo que es natural que con un movimiento político que se define a sí
mismo en parte por su hostilidad a EE.UU., el relacionamiento sería inferior al
tipo de asociación que tenemos hoy al que tuvimos durante varios años con el
gobierno de Uruguay.”
Sin embargo, días
antes de las elecciones, la republicana Fundation Heritage se mostró partidaria
de “atraer” a Vázquez y a Astori. La receta aplicada en Ecuador de captación de
Lucio Gutiérrez se puso en marcha. Y Derham –número 2 del Departamento de
Estado- declaró: “Estamos impresionados por la elección y el tipo de ejercicio
democrático y esperamos trabajar con el nuevo gobierno”.
Se lamentan y
corrigen, lo que se demuestra en esta secuencia de citas. Como en Venezuela, Brasil, Argentina y
Ecuador “el candidato más opuesto a las políticas de libre mercado apoyadas por
Washington derrotó a quienes apoyaron esas políticas.” . El resultado electoral “priva a EE.UU. de un importante aliado en la
región”. Pero un alto funcionario del
Departamento de Estado valora el tratamiento que debe dar EE.UU. al gobierno de
Vázquez: “Es algo muy complicado […] Es un frente y tenemos que aprender a
trabajar con un frente. Estamos aprendiendo.”
“Obviamente (Vázquez) tiene la capacidad de unir varias tendencias como
un líder de un frente”, dijo después de pensar un instante. “Esto
impresiona…impresiona”. Sin embargo no dudó en afirmar que se trata de “un
líder democrático” del país. “Fue electo
democráticamente y para nosotros eso es importante”, aseguró. Después agrega que la cercanía que Uruguay
tenga con Venezuela y Cuba será “un factor determinante para medir la relación
de su gobierno con la Casa Blanca”. Y remata: “Vamos a reaccionar basados en
hechos”.
Vázquez –con su
ignorancia de la historia más elemental, con su arrogante desprecio a las
resoluciones del Frente Amplio, con su lectura flechada del presente y/o sumisión al imperialismo- valora la mano
tendida con billetes (inversiones) del centro imperial. Y él –conste- no
traiciona a su grey, pues durante su primer mandato y pos mandato le avisó de
sus intenciones ajenas a las del Frente Amplio, al que ha utilizado para ser intendente y presidente dos veces y
desconocido después, facilitado por la despolitización popular y la pérdida de
gravitación de aquél.
De todos modos,
porque nunca es tarde para corregir y corregirse, surgen cuestionamientos internos y
juicios como el del diputado Óscar Andrade del PCU: “¿Cómo se
entiende que el FA convoque una movilización junto con el PIT-CNT en respaldo
al proceso bolivariano agredido y contra la intervención estadounidense y a los
pocos días tengamos una declaración que compara la situación de Venezuela con
el terrorismo de Estado en Uruguay? Es de esquizofrénico, ¿no?” La respuesta es que el Frente Amplio no gobierna; gobierna el
vazquismo, representando al poder de la masonería de derecha, del Opus Dei, del
sionismo genocida, de la socialdemocracia, del social-liberalismo, de los
restos arrepentidos del estalinismo. En síntesis, el poder del sistema
capitalista, que nos ubica en la
dependencia.
Clases sociales y democracia
Hacia fines de
1971, durante horas desfilaron por las calles de Montevideo camiones con trabajadores cantando: “Y
luche, luche, luche/no deje de luchar/por un gobierno obrero/obrero y
popular”. Así nace el Frente Amplio,
expresión política de un haz de clases, capas y sectores populares.
Aquel Frente es
pasado. Hoy concilia y coopera con el que cree que es “su” gobierno,
capitaneado por “empresarios”, que en el Quincho de Varela desfiguran el día
universal de protesta de los trabajadores, el 1º de Mayo, para “festejarlo” con
la presencia de la embajadora Reinoso. Ahora los grandes anuncios no se hacen
en los barrios populares, sino en instituciones y salones de la burguesía
tras-nacionalizada. Ahora en el círculo íntimo del presidente, Juan. Salgado se
declara “vazquista” y no frenteamplista. Mientras, el concepto de clases
sociales o el de imperialismo se han eliminado.
Pero si eso es
grave, tanto peor es la metamorfosis “vazqueana” del concepto de
la democracia representativa. A
propósito de la declaración del Frente Amplio, condenatoria de la decisión de
Estados Unidos de denunciar a Venezuela como un peligro para su seguridad
nacional, Vázquez dijo respetarla, pero que no se atendría a ella porque él es presidente de “todos” los uruguayos. La
afirmación es muy grave. Salvo situaciones excepcionales, la denominada
democracia representativa es dirigida por el partido de la mayoría, a menos que
deba aliarse con otros al carecer de ella. Eso sólo sucede hoy, en instancias
donde se requieren mayorías especiales. Pero Vázquez con mayorías en las
Cámaras no gobernará respetando ni siquiera el moderado programa del Frente
Amplio.
¿Qué significa en
esa acepción, ser el presidente de “todos” los uruguayos? Que Vázquez se desliza de la posición de ser
presidente frenteamplista –como hubo colorados o blancos- hacia la quimera de
“representar” las ideas y los programas de todos, aunque piensen en términos
antagónicos. Así, el Dr. Vázquez desvirtúa
a la democracia representativa
convirtiéndola en una gran estafa, pues la ciudadanía ha votado un partido, un
programa, que él no respeta. Él – por “encima” de las clases y de las
ideologías- se despega de sus votantes, dando un paso más a la ruptura del
cordón umbilical antes proclamado.
En Uruguay, con
Vázquez, el imperialismo no precisa
golpes de Estado, ni siquiera “blandos”. Le ha bastado con cooptar dirigentes, y ablandar a otros. El
latinoamericanista Mujica –que ya extrañamos comparativamente- cuando se
molesta por los cambios del FONDES o de la política exterior, no debe olvidar
–ni menos nosotros- que él y sus cuadros más allegados, impusieron contra
viento y marea en el MPP la precandidatura de Vázquez y allanaron el camino del
retorno al Estado tapón. Y ha silenciado
y solicitado por medio de la cancillería el ingreso de Uruguay a las
negociaciones del TISA en setiembre de 2013, sin informar a su fuerza política.
La lucha
antiimperialista y la reconstrucción de la izquierda (anti-sistémica) son las
enormes tareas en Uruguay, la región y el mundo. Aunque nos tilden –como a
Eduardo Galeano- de hemipléjicos y dogmáticos. Mientas Vázquez contrabandea
aspectos básicos del programa del bloque pro-imperialista dominante, la izquierda y las organizaciones
populares - junto a los pueblos hermanos,
muy especialmente los de Argentina y Brasil- reafirmaremos la visión
nuestro-americana y socialista. Una
lucha de larga duración, pero a la vez, con urgencias.
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