Desde
México
20/Septiembre/2014
Burros
Flojos
Por: Miguel Ángel Mata Mata
COMO
EN LOS BUENOS TIEMPOS.- Al reiniciar los trabajos del poder legislativo en la
ciudad de México, el diputado federal Manuel Añorve Baños y el senador Sofío
Ramírez Hernández, aprovecharon para tomarse la foto que subieron a las redes
para presumir su cercanía. Juntos, como en los viejos tiempos.
Mi
abuelita solía decir que Dios no cumple antojos. Ni levanta burros flojos.
Cuando dejé de correr descalzo y leí la introducción a la filosofía en la prepa
vi algo que se le parecía mucho. “Las cosas son: como deben ser (1), como
nosotros quisiéramos que fuesen (2), pero las cosas, son como son” (3).
La
sentencia, muy parecida a la de mi abue, se atribuye a Emanuel Kant. Él la
llamó “la cosa” o “noúmeno”. En “La Razón Pura” Kant planteó que “El noúmeno es
la cosa en sí, el objeto tal como es, independientemente de nuestro modo de
conocerlo”. O sea cada quien lo percibe, pero el objeto es como es, no como
cada quien le ve.
En
Guerrero tenemos cuatro casos emblemáticos a los que les podemos aplicar
fácilmente la sentencia de la abue. O la del padre del pensamiento moderno.
Nada les cuaja. Nada les cuadra. Nada les queda. Nada les parece. Cuando les
conviene, festejan. Cuando no, lloran. Uno de ellos se victimiza hasta llegar a
las lágrimas, cuando está en las bajas; es soberbio y prepotente, cuando anda
en las altas. Veamos los casos, al estilo Kant.
1) El caso Chavarría. Hace un año, antes de
las tormentas, el ex procurador Alberto López Rosas estaba en las altas. Todos
creían su acusación: “se perdió el expediente del caso Chavarría”, decía. Su
compañero de partido, David Jiménez Rumbo, acusaba: “Fue Zeferino el asesino”,
aun insiste. Hoy las cosas son distintas. El procurador de justicia revela que
el expediente jamás se extravió. Y a como van las investigaciones, Zeferino
Torreblanca jamás será el culpable de un homicidio que corroe por dentro la
credibilidad del partido en el poder. Como en Pepe el Toro se escucha a lo
lejos: “Yo no lo maté, yo no lo maté”. Dios no le ha cumplido el antojo a López
Rosas ni a David Jiménez Rumbo. Ni ha levantado burros flojos que, en el PRD,
viven de la inercia.
2) Las encuestas. Empresas encuestadoras de la
ciudad de México llevaron a cabo sus consultas trimestrales para medir la
imagen del Presidente Enrique Peña Nieto. Mitosky, Parametría, María de las
Heras (QEPD) y CISEN coincidieron: entre 52 y 54% de los consultados reprueban
la gestión del Presidente en el segundo trimestre del 2014. Las reformas
peñistas son presumidas como la panacea. La fotografía de julio dice que el
pueblo no las ve con buenos ojos. Las cosas no son como debieran ser para
Presidencia. Son como son: el Presidente está reprobado.
3) Elección de gobernador. Otros reprobados en
las encuestas son los aspirantes a gobernar Guerrero. El 65% de los consultados
han dicho que no votarán en julio del 2015; más del 50% no saben que habrá
elección. Crece a casi 30 puntos los sin partido y el único partido que crece
sensiblemente es MORENA. Las cosas no
son como quisieran los políticos de Guerrero. Son como son: tienen pésima
imagen y muy poca aceptación entre el electorado.
4) ¿Ganador? El 65% de abstencionistas tiene
una contraparte: el 35% de los que sí votarán. Entonces si Armando Ríos Piter
aparece con el 31% de preferencias como puntero quiere decir que en realidad
tiene un tercio de esa percepción, es decir un 10%. Quien le sigue con 27
puntos, Cuauhtémoc Salgado, tendría el tercio de ello, o sea casi nueve puntos
reales. El resto de casi una veintena de sacrificados aspirantes a administrar
nuestros impuestos sencillamente no aparecería. ¿Verdad que Dios tampoco
levanta burros flojos?
Estos
son los cuatro casos dramáticos: Zeferino, como Pepe el Toro, será inocente; el
Presidente irá al rincón del aula de clases, reprobado; los aspirantes a
gobernar Guerrero deben hacer la tarea de nueva cuenta y, en honor a los burros
que ni levanta Dios cuando tampoco cumple antojos, el vencedor de la elección de
julio será un abstencionismo que nos legará un gobernador legal, pero
ilegítimo. Honor a la abuela. Honor a
Kant. Honor a Pepe el Toro pues, como se ven las cosas ¡Pedro Infante Vive!
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