Desde
Costa Rica
20/Septiembre/2014
El negocio de la vida humana
Carlos Fuentes Bolaños & Rafael A.Ugalde Q.
Cuando
Kathryn Butuceanu, novia de 49 años
externó en Facebook su deseo de
procrear, pero tenía impedimento por la edad, caímos en cuenta sobre los polos
tensionales a que está sometida la ciencia, la ética, el mercado, los negocios
etc., en cuestiones de la vida humana y
la seguridad social, tan arrinconada últimamente en las naciones
latinoamericanas. Butuceanu, sin querer,
nos recordó la contradictoria Conferencia de Pekín sobre la mujer de la
ONU, en 1995, cuando se abogó para
que el aborto fuera una realidad para el
2015 entre los miembros de Naciones
Unidas.
La Federación Internacional Paternidad Responsable, introducida en el
organismo mundial con voto preferente y vinculante en materia poblacionales
desde 1952, había ganado y la Corona británica lograba, de cierta forma,
legitimar las hambrunas en India, su antigua colonia, donde ésas eran “naturales” y “necesarias” para mermar la
ayuda financiera a los necesitados
hindúes (ver: Enrique Vargas Soto; La Nación 16/7/14), ratificando además el
principio aquel de que en la vida sobreviven los más fuertes y poderosos, en un
mundo todo distorsionado y relativizado
por los mercados y los negocios .
La
ética, por tanto, en cuanto a la vida humana, no queda al margen, a pesar que
nuestra Sala Constitucional, como pocas en América Latina, ha desarrollado con
claridad meridiana a partir de cuándo entendemos hay vida humana y la misma es inviolable como
máximo bien jurídico. Mas, sin embargo, la pregunta de fondo respecto sobre la fecundación in vitro (ver:
http://www.reproduccionasistida.org/ el-proceso-de-la-fecundacion-in-vitro/#) emana en relación con el derecho innegable de
las parejas de tener una familia y el
deslindar este derecho de otros derechos surtidos de las fuerzas del
comercio, del conocimiento, las necesidades financieras, los
negocios y los efectos que tendrían en
la seguridad social de cualquier país que concibe esta técnica
indiscriminadamente y conceptualizada
dicha seguridad social como un interés
jurídico colectivo por encima del particular.
En los momentos actuales hay que decir que el turismo médico alrededor
del mundo cumple un rol importante para las personas que añoran hijos bajando
los precios de la fecundación en los
países del llamado tercer mundo, respecto a los cobros que se hacen en naciones
como Estados Unidos, España, Francia, etc.
En
España “el coste de una FIV en un centro
privado, va según el número de intentos, siendo cada intento alrededor de
12.000 euros (al 20 de julio de 2011), incluyendo exámenes, procedimientos y
medicamentos.
En
la seguridad social no tiene costo”. (Ver más:
http://capsulas.informativas.over-blog.es/article-definicion-precios-fecundacion-vitro-espana-85809325.html.)
En
Estados Unidos los honorarios para un
solo ciclo de FIV abarcan costos de medicamentos, cirugía, anestesia,
ecografías, exámenes de sangre, procesamiento de óvulos y espermatozoides,
almacenamiento y transferencia de embriones. El costo total exacto de un solo
ciclo de FIV varía, pero puede equivaler a más de $ 12,000 a $ 17,000”.
http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish /ency/article/007279.htm, consulta del 16-7-14)
Actualmente
para abaratar costos algunos especialistas utilizan supuestas donaciones de
óvulos en países pobres como Rumania y
una vez fertilizados son llevados de vuelta a los EEUU, reduciendo gastos sustancialmente, lo cual incluye suficientes óvulos fertilizados para varios intentos.
El
asunto es prometedor para esta “industria” si consideramos que la gran mayoría
de americanos que son infértiles buscan ayuda cerca de su hogar. Un pequeño
número, sin embargo nadie lleva un registro oficial, está buscando ayuda en
lugares como Sud África, Israel, Italia, Alemania y Canadá donde los costos son
muchos más bajos.
Están
transformando el turismo médico en
turistas de fertilidad por el mismo precio de un ciclo de FIV en USA, pues el
paciente puede hacerse el tratamiento en
Ciudad del Cabo, tener unas hermosas
vacaciones al mismo tiempo y aun así llevar dinero de regreso. La pregunta es:
¿está en capacidad la seguridad social de cualquiera de estas naciones de
enfrentar el negocio? ¿Qué controles reales existen para que el interés privado no desplace el
interés colectivo de los asegurados dentro de la seguridad social por el
interés particular y los jugosos honorarios? Se omite, por el momento la otra,
discusión de fondo, relacionada con la técnica del FIV, respecto a la vida humana,
los depósitos de células madres y el tráfico de tejidos. Lo cierto de momento
es que Kathryn Butuceanu ya fue mamá
después, eso sí, de pagar $ 72 mil.
www.semanariouniversidad.ucr.cr/
Publicación Barómetro 18-08-14
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