Desde Agencia. Internacional
29/Octubre/2012
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Del derecho a la alimentación a la defensa de
la dignidad de la Madre
Tierra
Ollantay Itzamná
En este instante en que Ud. lee este
artículo, cada minuto, más de 11 niños/as menores de 5 años de edad no lograrán
sobrevivir al hambre que los carcome. Y hace tan sólo meses atrás, la FAO denunciaba que cerca del
30% del total de la producción mundial de alimentos era arrojado a la basura
como desperdicio por las sociedades “híper satisfechas”. Entonces, el hambre no
es fruto de la falta de alimentos, sino de la inmoral especulación y
distribución de la comida mundial.
No
sólo desperdician la comida, los bancos especulan con la comida y con la tierra
Desde la liberalización del mercado de
alimentos (década de los 80 y 90 del pasado siglo), la inversión financiera
especulativa controla cerca del 60% de los mercados de alimentos, convirtiendo
los alimentos en juguetes mercantiles. Según el último informe trimestral de la FAO , 2012, titulado:
Perspectivas de cosechas y situación alimentaria, la producción de granos
básicos en el mundo aumentó entre 4 y 3% en comparación a la producción del año
pasado, pero los precios, en lugar de bajar, subieron en 1.4%.
Esto nos muestra que el aumento o
disminución del precio de los alimentos ya no es sólo asunto de oferta y
demanda, sino depende de la avaricia especulativa que coloca o esconde los
alimentos en los mercados para generar incertidumbre y ganar más dinero con la
comida. Y lo más repugnante es que los bancos como Goldman Sachs, Morgan
Stanley, Barclays, Citibank, Deutsche Bank, HSBC, JP Morgan, y otros, están
detrás de las especulaciones mediante la oferta monetaria y los contratos “a
futuro”. Así indica el Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas
Alimentarias en su publicación Índice Global del Hambre, 2012.
Y es más, estos bancos transfieren
dinero a sus socios transnacionales para comprar tierras de cultivo en
diferentes rincones del mundo bajo el rótulo de “inversión agroindustrial”, de
manera secreta y a precios simbólicos. Una vez agotada la disponibilidad de los
suelos de cultivo, y elevado el precio de la tierra en el mercado, le venden
las mismas propiedades a los estados o a otras empresas asegurando descomunales
ganancias económicas. Este mercado especulativo funciona sin control, ni
impuestos, porque los gobiernos dicen: “si les gravamos impuestos a los “inversionistas”
se irán a otra parte con su dinero y nos dejarán sin plata”.
Corporaciones
mundiales, los nuevos latifundistas, acaparadores de tierras
En septiembre del 2011, OXFAN
internacional, en su informe titulado: Tierra y poder, denunciaba que los
gobiernos de los países en vías de desarrollo habían vendido o arrendado a las
empresas transnacionales más de 227 millones de hectáreas de tierras de cultivo
(una superficie del tamaño de Europa Noroccidental), violentando y expulsando a
campesinos y pueblos indígenas. En el mismo informe, OXFAN reiteraba los casos
de Honduras y Guatemala, países en los que la palma africana y la caña de
azúcar adquirieron la condición de “ciudadanía” predilecta para generar
agrocombustible para la economía verde.
Las masacres permanentes de
campesinos/as en Bajo Aguán, Honduras, por parte de agroindustriales de la
palma africana (más de 60 asesinatos sin sanción alguna), y la sistemática
represión y expulsión de campesinos/as en Guatemala, nos revelan que, en estos
países, vale más ser palma africana que campesino o indígena.
Lo más indignante es que este
acaparamiento internacional de las tierras de cultivo o el despojo mundial de
campesinos e indígenas son financiados por organismos internacionales, como BM,
FMI, BID, quienes dicen luchar contra el hambre en el mundo. La Corporación Financiera
Internacional (CFI) y Corporación Interamericana de Inversiones (CII) son
algunos de los que financian en Honduras a la corporación Dinant (del
terrateniente Miguel Facussé) cuyas fincas en Bajo Aguán están superpobladas de
cruces con nombre de campesinos asesinados a bala.
“Mitigación”
del cambio climático y la reducción de los alimentos
Si la desertización de los suelos,
fruto del calentamiento global y del mal manejo, aceleraron la reducción de la
frontera agrícola en el planeta, los proyectos de Mecanismo de Desarrollo
Limpio (MDL) del Protocolo de Kyoto, o proyectos REDD (mecanismo para la Reducción de Emisiones
provenientes de la
Deforestación y Destrucción de bosques), indirectamente
sirven y sirvieron para acelerar el crecimiento de los “desiertos verdes” (para
biodiesel) y expulsar a campesinos e indígenas de sus tierras que cultivaban
para alimentar a sus países. En Honduras, el terrateniente Miguel Facussé es
beneficiario de proyectos de MDL.
A esto se suman los tiempos erráticos
(irregularidad hidrometeorológica) y la creciente escasez de agua disponible
para los cultivos. La población en el planeta crece, pero el agua escasea y los
suelos de cultivo disponible decrecen. A tal grado que en la actualidad hay
cerca de más de dos millones de sedientos y cerca de un millón de hambrientos
en el mundo. Pero, muy a pesar de esto, la tierra, el agua y la alimentación
están controladas por especuladores y traficantes del hambre y de la sed.
En este círculo vicioso suicida, la
inteligencia de la elite mundial ideó la “economía verde” para convertir toda
la biomasa en combustible. De este modo, ya no busca sólo apropiarse y
mercantilizar todo el soporte material o códigos genéticos de los seres vivos
del planeta, sino las corporaciones quieren controlar la capacidad reproductiva
de la Madre Tierra
(su metabolismo). Para ello se está articulando un mega poder de corporaciones
jamás antes vista en la que confluyen empresas de energía, farmacéuticas,
agroindustriales, empresas químicas, empresas de comunicación y el sector
militar norteamericano.
Es en estas circunstancias en las que
conmemoramos el Día Mundial de la Alimentación , pero ya no sólo para exigir el
cumplimiento de nuestro derecho a la alimentación, sino para defender la Vida y la dignidad de nuestra
Madre Tierra porque nosotros/as pertenecemos a Ella, y su suerte es nuestro
destino. Tenemos que exigir a nuestros/as gobernantes para que regulen y
sancionen a los traficantes con el hambre del mundo y con el destino de la Pachamama. De lo
contrario, la humanidad hambrienta movilizada terminará ajusticiando uno a uno
a los heraldos de la mega dictadura del hambre.
SuramericaPress
Publicación
Barómetro 22-10-12
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