Barómetro Internacional
Desde País Vasco
11/Diciembre/2015
Palestina
El Sonido De La Tercera Intifada
Por Leandro Albani
Ya casi nadie habla de los muertos en Cisjordania y Gaza. Lentamente, como
una niebla espesa que se disipa en un amanecer frío y gris, las palestinas y
los palestinos abatidos por los colonos judíos y las fuerzas de seguridad
israelíes dejan de existir en los grandes medios de comunicación. Como si
hubieran pasado de moda o, mejor dicho, transformados en cifras estáticas y sin
sentido. No es algo nuevo, sino que sucede desde hace setenta años, cuando fue
creado el Estado de Israel en territorio palestino; un territorio arrasado, en
un principio, por bandas paramilitares israelíes como la Haganá e Irgún, que
luego fueron la base humana e ideológica del actual Ejército hebreo.
A las palestinas y a los palestinos los borran sistemáticamente de las
pantallas de televisión. O, peor todavía, los acusan de terroristas. Y ahora,
de seres lunáticos que asesinan a cuchilladas a los colonos judíos. Pocos se
detienen a explicar por qué razón sucede esto. Pocos hablan de la ocupación más
cruel y extensa que ha visto el mundo moderno. Y esos pocos, en muchos casos,
son castigados con el silencio mediático, la judicialización (como el caso del
periodista Carlos Aznárez en Argentina) o la demonización.
Desde hace varias semanas, en Cisjordania y Gaza se mantiene un
levantamiento que ya todos denominan como la Tercera Intifada. Hartos de la
represión permanente, los palestinos y las palestinas se defienden con lo que
pueden y tienen a mano. El gobierno israelí, dirigido por Benjamín Netanyahu,
no se detiene en su búsqueda de exterminar a un pueblo que se niega a
desaparecer.
Las cacerías desatadas en la Mezquita Al Aqsa contra los palestinos
musulmanes derivaron en una profunda furia que todavía repercute hasta el día
de hoy. Porque el Estado israelí no hace distinción a la hora de barrer las
calles y poblados, estén habitados por mayorías musulmanas o cristianas.
El lunes pasado, agentes israelíes dispararon contra dos adolescentes
palestinas, matando a una de ellas e hiriendo a la otra. La justificación fue
la misma de siempre: las jóvenes supuestamente intentaron atacar con cuchillos
a israelíes en el centro de la ciudad de Jerusalén (Al-Quds).
La vida de Hadel Wayih Awad, de 16 años de edad, quedó tendida en una
calle cualquiera y fue filmada. El video, como muchos otros que se filtran en
las redes sociales, demuestra la brutalidad israelí. Una de las fuerzas de
seguridad más financiada y equipada del mundo, como la de Israel, resuelve un
ataque individual disparando a mansalva. La prevención, para los agentes
israelíes, es una broma de mal gusto.
El accionar de los uniformados hebreos no es una falla del sistema, como
tampoco los asesinatos de pobladores palestinos son parte de “abusos” de las
fuerzas militares y policiales. Existe un eje ideológico que atraviesa a las
instituciones oficiales de Israel, el cual permite, fomenta y protege el
asesinato de palestinos y palestinas. Un ejemplo claro lo dio hace dos días el
ministro de vivienda israelí, Yoav Galant, que reclamó un extenso ataque contra
Cisjordania, en particular en Hebrón (Al-Jalil). Una incursión de ese tipo
“requiere un sistema de inteligencia fuerte, incluyendo la defensa y el
ataque”, sostuvo el funcionario.
Esta semana se conoció que la parlamentaria israelí Anat Berk propuso que
los menores de 14 años que cometan delitos “con motivaciones nacionalistas”
puedan ser condenados a la cárcel. La iniciativa, autorizada por el Comité
Ministerial de Leyes de Israel, equipara esas “motivaciones nacionalistas” con
“terrorismo”. Si la norma es aprobada, los menores que sean hallados culpables
tendrán arresto domiciliario hasta que cumplan los 14 años de edad para luego
ser enviados a prisión.
Continuando en la misma línea represiva, Netanyahu anunció una serie de
medidas destinadas a “reforzar la seguridad” en Cisjordania. Al visitar los
asentamientos ilegales de Gush Etzion, situados al sur de la ciudad cisjordana
de Belén (Beit Lahm), el premier expresó que “además de reforzar nuestras
unidades, aumentando el número de nuestras fuerzas y enviando a otras a aldeas
y asentamientos, estamos llevando a cabo operaciones adicionales, algunas de
las cuales puedo detallar”.
Esos detalles seguramente hicieron regocijar a Netanyahu: las fuerzas
hebreas inspeccionarán uno a uno los vehículos palestinos, el ejército
desplegará soldados en diferentes puntos de la zona, se revocarán de manera
extensiva los permisos de trabajo para los familiares de los palestinos
ultimados y acusados de atacar a colonos israelíes en Gush Etzion, y se
analizará la posibilidad de prohibir que los palestinos trabajen en
supermercados, fábricas y otras instalaciones del lugar, algo que podría
afectar laboralmente a unos dos mil pobladores.
En estos días, en Naciones Unidas se realizan audiencias especiales para
tratar el tema palestino. De forma unánime, la mayoría de los países condenaron
la ocupación de Israel sobre los territorios históricos de Palestina. Esta
declaración se suma a otra cientos que se han aprobado en las últimas décadas
rechazando la política de apartheid de Tel Aviv. Israel, junto a su principal
aliado Estados Unidos, otra vez hará oídos sordos. Mientras tanto, el sonido de
la Tercera Intifada en las calles de Cisjordania y Gaza continúa siendo la
única realidad de las palestinas y los palestinos.
leandroalbani@gmail.com
Publicación Barómetro 03-12-15
internacional.barometro@gmail.com
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