Desde Puerto Rico
11/Diciembre/2015
Jóvenes De Color Abusados Bajo El Capitalismo
Berta Joubert-Ceci
Ahmed Mohamed es un estudiante de noveno
grado de ascendencia sudanesa que asistió a la escuela superior MacArthur en la
ciudad de Irving-Texas. Cuando el 14 de septiembre él trajo a su salón de
clases un reloj digital que había hecho, la policía lo interrogó, lo detuvo y
se lo llevaron esposado, tomándole también las huellas digitales. La
administración de la escuela lo suspendió por tres días.
¿Por qué este traumático evento ocurrió a
un joven considerado por muchos como un brillante inventor? Según los informes
iniciales, funcionarios escolares, incluyendo su profesor de inglés, dijeron
que el reloj parecía una "bomba". Decirle a los maestros que no era
una bomba, no impidió la detención del joven estudiante. Sin embargo, la verdad
empezó a salir en cuestión de días – este muchacho de 14 años fue atacado
debido a su nacionalidad y su fe musulmana.
Mohamed Elhassan Mohamed, el padre del
joven, dijo que su hijo fue víctima de islamofobia. "Él sólo quiere
inventar cosas buenas para la humanidad. Pero debido a que su nombre es Mohamed
y por los eventos del 11 de septiembre, es que creo que mi hijo ha sido
maltratado”. (Washington Post, 16 de septiembre).
La policía de Irving, que continuamente le
preguntó por su nombre durante el interrogatorio, declaró que Ahmed no sería
acusado de delito alguno. Sin embargo, no han ofrecido una disculpa pública; lo
que tampoco han hecho los funcionarios de la escuela.
En una declaración justificando la
detención de Mohamed, Lesley Weaver, portavoz del Distrito Escolar
Independiente de Irving, escribió: "Siempre pedimos a nuestros estudiantes
y al personal informar inmediatamente si observan cualquier elemento y/o comportamiento
sospechoso. Si algo está fuera de lo común, la información debe ser reportada
inmediatamente a un administrador de la escuela y/o a la policía para que pueda
ser abordado de inmediato. Siempre vamos a tomar las precauciones necesarias
para proteger a nuestros estudiantes y mantener nuestra comunidad escolar lo
más segura posible”. (Washington Post).
Es vergonzoso que un estudiante que trae
un invento a la escuela, se le considere una "amenaza". Sin embargo,
ha habido un gran apoyo y solidaridad en Twitter con el hashtag
#IstandwithAhmed, incluso del presidente Barack Hussein Obama quien se ha
enfrentado al racismo debido a su nombre.
Jóvenes
Indígenas En La Mira
Ahmed Mohamed no es el único joven de
color que ha sido demonizado recientemente por el racismo. Jakobe Sanden, un
joven indígena de 7 años de edad, fue enviado a la oficina del director de su
escuela en Santa Clara-Utah, durante la semana del 14 de septiembre por tener
un Mohawk, corte de pelo tradicional usado por su pueblo, la nación Séneca. Rex
Wilkey, el asistente al superintendente de educación primaria, escribió que el
corte de pelo de Sanden era "posiblemente una violación de las
regulaciones sobre acicalamiento estudiantil del distrito escolar".
(Washington Post, 19 de septiembre).
Irónicamente, el nombre de la escuela de
Sanden es "Arrowhead” (punta de flecha), otro ejemplo del uso
estereotípico racista de nombres e imágenes de personas indígenas utilizadas
principalmente por los equipos deportivos profesionales en Washington-DC y
Cleveland.
Lo qué pasó con Jakobe es un recordatorio
de lo que les ha sucedido a tantas/os niños nativos a partir de finales del
siglo 19, que fueron obligadas/os a asistir a escuelas racistas, de cultura
occidental en un intento por robarles su cultura y patrimonio. Estas escuelas
eran una extensión de la política genocida de EUA basada en el robo de tierras
indígenas para expandir el capitalismo al oeste.
El Consejero de la nación Séneca William
Canella, escribió una carta al superintendente del distrito escolar que dice en
parte: "Es común que los chicos Séneca usen el corte Mohawk porque después
de años de discriminación y opresión, están orgullosos de exhibir lo que son.
Es decepcionante que su escuela no vea la diversidad de una manera positiva, y
es nuestra esperanza que Jakobe no sufra ningún tipo de discriminación por la
administración o la facultad de la escuela como resultado de su corte de pelo”.
(Washington Post, 19 de septiembre).
Ese abuso sufrido por Jakobe y Ahmed a sus
cortas edades puede causar daño psicológico a largo plazo. Jakobe debe ser
defendido y apoyado por exhibir su derecho a expresar orgullo por sus raíces
indígenas, al igual que Ahmed por su derecho a ser musulmán sin temor a
represalias.
La guerra racista contra niñas/os, sin
importar su nacionalidad, religión, condición o edad, puede tomar muchas
formas. Tomemos el ejemplo de Tamir Rice, el joven afroamericano de 12 años que
el pasado noviembre fue baleado fatalmente por agentes de policía blancos en
Cleveland. ¿Su delito? Tener una pistola de juguete. Tamir se ha convertido en
un emblema para el movimiento Vidas Negras Importan.
Lo que une a millones de jóvenes como
Ahmed, Jakobe y Tamir es que este sistema capitalista no ofrece ningún futuro
viable para ellos. Por esta razón por sí sola, no puede ser reformado.
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