Desde
México
23/Marzo/2013
Dejar hacer…
dejar pasar…
Miguel
Ángel Mata Mata
Primero
fue la foto del gobernador con policías comunitarios de Costa Chica.
Encapuchados pidieron el apoyo del gobierno para defenderse de las agresiones
del crimen organizado. Luego el
secuestro de 54 presuntos delincuentes, la posterior liberación o entrega a las
autoridades de éstos y, luego, el efecto dominó. Aparecieron por aquí y por
allá.
Comenzaron
en Olinalá y Ayutla. Luego en la región centro de la entidad y Tierra Caliente.
Apenas surgieron en 20 comunidades de Coyuca de Benítez y Acapulco. Es posible
que éste martes o miércoles también aparezcan en Atoyac de Álvarez. Están
regados por las siete regiones de Guerrero, con excepción de la zona Norte. Y
ya fueron copiados por al menos comunidades de ocho entidades mas de toda la
República. ¡Viva Guerrero!
Hobbes
sostiene que el Estado debe sostener el monopolio de la violencia para
garantizar la seguridad personal, patrimonial y jurídica de sus gobernados.
Pero ¿qué pasa cuando no es asi? ¿Cuando son elementos de los cuerpos de
seguridad del mismo estado quienes atentan en contra de los ciudadanos, como
los policías que violaron a una niña de 15 años y mataron a su novio en
Chimalhuacán? ¿Qué pasa cuando los
cuerpos de seguridad reciben doble paga: la que viene de los impuestos y la que
reciben de manos de los grupos del crimen organizado? ¿Qué pasa cuando el
Estado no puede garantizar la seguridad personal, patrimonial ni jurídica?
En
México se dice que cuando Diógenes nos visitó le robaron esa maravillosa
lámpara con la que buscaba hombres honrados.
Pareciera que en nuestro querido estado de Guerrero también fue despojado Tomas
Hobbes. Le robaron El Leviatán y su concepto del estado protector.
Porque
en Guerrero el Estado ha sido despojado de esa rectoría.-
Aquí primero fueron los grupos del crimen quienes
arrebataron le rectoría del monopolio de la violencia al Estado… luego los
ciudadanos.
Los
argumentos sostenidos por el líder de la Cámara de Diputados, Manlio Fabio
Beltrones, invitando a los gobernadores de la región sureste a replantear su estrategia
frente a éstas policías comunitarias se quedaron cortos. Le faltó sugerir
cambiar la estrategia para enfrentar al crimen organizado, convertido de facto
en el auténtico y obedecido patrón de miles y miles de policías, investigadores
e incluso militares en las tierras del Sur.
La
Bestia descrita por Hobbes parece estar desarmada, debilitada y a merced de
grupos de poder real, los que si bien
obtienen ingresos económicos provenientes de actividades ilícitas se legitiman
ante una realidad impresionante: son benefactores de ciudadanos en las siete
regiones de Guerrero o, mejor dicho, son respetados por ayudar a los ciudadanos
en todas y cada una de las siete regiones de Guerrero. Ellos son los nuevos
señores feudales contra los que se inventó el Estado, hace siglos.
Mas
debilitadas las instituciones del gobierno en Guerrero no pueden estar. El
lunes fueron tomadas las sedes de dos de los tres poderes de la entidad. El
palacio del gobierno, sede del Poder Ejecutivo, y el Palacio Legislativo, sede
del Poder Legislativo, se han convertido en el campamento de una manifestación
“indefinida” encabezada por maestros que protestan contra una decisión del
gobierno federal. Faltaría que cerquen el edificio del poder judicial para
sostener que en Guerrero no funciona ninguno de los tres poderes.
Porque,
al menos en cuanto a trámites administrativos, ni en el gobierno estatal ni en
la Cámara de Diputados los ciudadanos tendrán garantizado su derecho de
audiencia. Hay quienes justifican la
parálisis oficial con el argumento de no convertirse en “represor” y poner en
riesgo su imagen política.
¿Qué
hace el Estado ante la irrupción de los grupos comunitarios que se han tomado
la justicia por mano propia? ¿Qué hace el Estado ante la realidad de la
legitimidad social de los grupos del crimen organizado en Guerrero? ¿Qué hace
ante la parálisis de dos de los tres poderes en la entidad?
Tal
parece que la vieja doctrina francesa del “dejar pasar, dejar hacer” se aplica
en las tierras del Sur. ¿Hasta cuándo? ¿Hasta que en cada colonia, pueblo o
comisaria aparezcan los grupos de autodefensa que se confronten a balazos en
contra del crimen organizado, o liberen calles y edificios de manos de maestros
huevones? Cuidado. Mucho cuidado porque así
comienzan las guerras civiles o se balcaniza cualquier entidad.
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