Desde Panamá
Crisis En El Régimen Político:
Las Dos Caras De La Misma Moneda
Movimiento
Popular Unificado
La última
jugarreta del combo gobernante, Martinelli-CD, por la cual se pretendía restar
poder decisorio a los magistrados del Tribunal Electoral mediante una
triquiñuela jurídica que acabaría supeditándolos a la Sala Tercera de la Corte
Suprema de Justicia controlada por su títere, el magistrado Moncada Luna, ha
puesto al descubierto una vez más el grado de descomposición del régimen
político panameño. El repudio ha sido tan generalizado, incluyendo las
abucheadas recibidas por Martinelli, que les ha rebotado como un bumerang.
Este hecho,
que algunos interpretan como un paso de Martinelli a ver si la Corte Suprema,
controlada por él, podría legitimar su aspiración a una reelección presidencial
inmediata pasando por encima de la Constitución, es una prueba más de que el
sistema político electoral está podrido por la corrupción, el imperio del
dinero, el transfuguismo, la compra de voluntades, etc.
Es conveniente
recordar, ahora que el magistrado presidente del Tribunal Electoral, Erasmo
Pinilla, ha sido convertido en "héroe" defensor de la
"institucionalidad democrática" por algunos medios de comunicación y
partidos oligárquicos de "oposición" que ese Tribunal ha sido el
garante de este régimen político antidemocrático y corrupto.
El Tribunal
Electoral, que preside Pinilla, es el mismo que ha impuesto un Código que
impide a los sectores populares participar en política exigiendo la cifra más
alta de adherentes del mundo; que permite el clientelismo y la compra de votos
por los partidos tradicionales, a los que otorga toda clase de ventajas frente
a nuevos partidos, en especial si son de izquierda; que legitimó las
cuestionadas victorias electorales de 2009 carcomidas por los dólares de Murcia
y el alcalde que violó la ley y la Constitución, Bosco Vallarino; que guardó
silencio frente a las "campañas sucias" de 2009, cuando la burguesía
y el Tribunal Electoral querían beneficiar a Martinelli. Ni Pinilla, ni la
institución que preside, representan la "institucionalidad
democrática", sino que son la otra cara de la misma moneda que Martinelli
y Moncada Luna.
El M.P.U.
advierte a la clase trabajadora panameña para que no se deje manipular por los
medios de comunicación al servicio de la oligarquía, que pretenden presentar a
Martinelli y su séquito como los únicos "malos" y autócratas, y a
Pinilla, el Tribunal Electoral y a los políticos del PRD y Panameñismo como
"los buenos" y "demócratas". No es así: unos y otros son
dos caras de la misma moneda. Ambos sectores son parte del régimen corrupto y
sólo se disputan quién gana las próximas elecciones porque ganador repartirá el
erario público entre sus allegados y la oligarquía gobernante, que está por
detrás de esos partidos (CD, PRD, Panameñismo y Popular).
De una alianza
con los politicastros del PRD y el Panameñismo no puede surgir ninguna
alternativa democrática, porque ellos son parte del mismo régimen político que
Martinelli. ¿Acaso Varela y el Panameñismo no fueron parte del gobierno actual
hasta que los echaron, porque no se fueron por su voluntad? ¿Acaso J.C. Navarro
no obedece al mismo club de empresarios que manejan los hilos detrás de todos
los gobiernos, como el Mello Alemán, por cuyo intermedio se reunió en secreto
con Martinelli, el 14 de agosto pasado? ¿Acaso el PRD, Panameñismo y Popular.
al igual que el CD y Molirena, no comparten el mismo modelo económico
neoliberal que impera, las medidas antiobreras y las privatizaciones? Todos son
las dos caras de la misma moneda.
El M.P.U.
repudia tajantemente las palabras del embajador del imperialismo yanqui,
Jonathan Farrar (La Prensa 8/11/13), por la que pretende dar su bendición al
Tribunal Electoral y toma posición en un conflicto interno del Estado panameño,
sugiriendo que “se está por un buen camino en materia de defensa de la
institucionalidad”. No olvidemos que fue la embajadora yanqui de 2009 la que
impuso la alianza CD-Panameñismo sentando en una sala de su residencia a
Martinelli y Varela. No olvidemos que el actual sistema político
antidemocrático fue impuesto por la invasión yanqui de 1989 en contubernio con
las cúpulas partidistas del PRD y Panameñismo, y que los procónsules siguen
actuando como si viviéramos bajo el "protectorado" de 1903, indicando
con el dedo a quienes bendicen para gobernar en Panamá.
La maniobra
fallida del grupo gobernante está siendo utilizada por los mismos medios de comunicación
que lo encumbraron en 2009, y por políticos del PRD y Panameñismo, para
producir una "alianza opositora" de recambio, lavando la cara a unos
partidos y políticos tan desprestigiados como el propio Martinelli.
Pretendiendo presentarlos como falsos "salvadores de la democracia".
No caigamos en ese juego.
La única
manera de barrer con toda la corrupción que corroe al sistema político panameño
es que constituyamos un gran Frente Electoral Popular, Sindical y de Izquierdas
para que, mediante el voto y la movilización repudiemos a todos los partidos
burgueses que han gobernado durante estos 25 años y que son los responsables de
la podredumbre institucional.
Sólo una
propuesta política nueva, que responda social y políticamente a las clases
populares, será capaz de crear las condiciones para el cambio político que
necesitamos, mediante una Asamblea Constituyente originaria que barra con toda
esa basura. La responsabilidad de concretar la unidad que necesitamos, para
impedir que otro Martinelli se haga con el poder en 2014, recae en las únicas
dos propuestas realmente populares y nuevas: el Frente Amplio por la Democracia
(FAD) y la candidatura por la libre de Juan Jované. El M.P.U. les exhorta a
deponer el sectarismo y jugar el papel
que el momento les reclama.
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