25/Abril/2014
Desde EE.UU.
Crisis de Ucrania retrasa avance de la OTAN hacia el
Este
Golpe
estratégico al Pentágono en Crimea
Fred Goldstein
19 de marzo - La abrumadora
participación popular de las masas de Crimea que afirmaron su decisión de separarse
del régimen golpista de Kiev en Ucrania y asociarse con Rusia, es el primer
gran revés para los EE.UU. y la OTAN en su marcha hacia el Este en 15 años.
Esto constituye un punto de inflexión en
la situación internacional. El establecimiento imperialista
irresistiblemente expansionista de
Washington ha confrontado directamente a Rusia al tomar control del gobierno
ucraniano.
El régimen nacionalista de Putin de
oligarcas contrarrevolucionarios no es una respuesta a los problemas de las
masas populares en Crimea o a las/os obreros y campesinas/os de Ucrania. Las
organizaciones de trabajadoras/es y las/os comunistas deben conservar su
independencia de clase en esta lucha, promover la solidaridad de clase y tener
cuidado de no caer en el chovinismo gran ruso o el nacionalismo burgués.
Pero al mismo tiempo, deben oponerse a
cualquier victoria para la campaña bélica de Washington en la región, que es el
mayor peligro.
Desde la caída de la URSS y Europa del
Este, la OTAN se ha tragado nueve países del antiguo campo socialista en Europa
del Este y tres repúblicas bálticas ex soviéticas. Esta expansión hacia las
fronteras de Rusia ha tomado lugar en pasos y con poca resistencia.
En la marcha de la OTAN hacia el Este--
una marcha para cercar a Rusia en su frontera occidental-- la incautación de
Ucrania era un paso final y decisivo. Pero los militaristas y expansionistas en
el Pentágono, la Casa Blanca y el Departamento de Estado se olvidaron de cuál
es la real relación de fuerzas en el campo de batalla.
Parecen haber olvidado que Rusia tiene
una poderosa fuerza militar, incluyendo armas nucleares y un enorme ejército.
La subsecretaria de Estado, Victoria Nuland y otros neoconservadores y los
derechistas en Washington que estaban ejecutando la operación de Ucrania se
centraron de manera tan estrecha en el acaparamiento del poder político que
hicieron caso omiso de la historia de Ucrania. Confundieron a los oligarcas pro
imperialistas y nacionalistas ucranianos en Kiev, Lviv y otras partes del oeste
de Ucrania con el país entero.
Washington subestimó masas ucranianas
Por encima de todo, nunca previeron la
posibilidad de la intervención de las masas ucranianas, especialmente en Crimea
y en el este y sur del país. Parecen no haberse dado cuenta de todas las
estatuas de Lenin, las calles con nombres de comunistas y los monumentos a las
victorias contra el fascismo. Ni siquiera los oligarcas ucranianos
contrarrevolucionarios se habían atrevido a derribarlos.
Después de que por años Washington y la
OTAN trataran sin miramientos a país tras país
en el ex campo socialista, esta es la primera toma que se ha topado con
la resistencia dual de la población local y el Estado ruso.
Washington ganó su objetivo en Kiev por
la subversión política y la movilización de fuerzas fascistas para el
derrocamiento del gobierno legalmente electo, encabezado por Viktor Yanukovich.
Luego instaló un gobierno títere no elegido y ganó el control político de Kiev.
Pero con la toma del gobierno de Ucrania
en Kiev por Washington y sus socios menores en la Unión Europea, la cantidad se
ha convertido en calidad. Los imperialistas en Washington han traspasado una
línea roja y los han cogido desprevenidos por la respuesta rápida y contundente
que recibieron, especialmente en Crimea.
Washington sufrió un humillante desaire
con la masiva participación democrática en Crimea. Las advertencias de Estados
Unidos a Rusia contra la federación de Crimea fueron evidentemente inútiles e
ineficaces. Y para empeorar las cosas para ellos, el régimen marioneta no
electo en Kiev no ha sido capaz de establecer su autoridad, como lo demuestra
el creciente malestar y la resistencia en los grandes y principales sectores
industriales del país en el este y en el sur.
Es cierto que EE.UU. y la UE todavía
dominan Kiev, reforzado por los fascistas en el Partido Svoboda y el Sector de
Derecha. Esta es sólo la primera batalla en una guerra que estará llena de
futuros giros políticos, económicos y militares que no pueden preverse.
Pentágono quería sacar a la marina rusa
de Crimea
Una medida de la derrota, sobre todo
para el Pentágono, se puede ver en los aullidos y gritos de los políticos
capitalistas sobre la federación de Crimea con Rusia y la rapidez y decisión
con que esto se logró.
El aullido parece verdaderamente
desproporcionado --pero sólo si se deja al lado el hecho de que sacar la Flota
rusa del Mar Negro de Sebastopol era un objetivo estratégico primordial del
Pentágono. La esperanza era que al capturar el régimen en Kiev, hubiera sido
posible invalidar el contrato de la flota rusa que se encuentra estacionada
allí.
Mucha atención se ha centrado justamente
en el objetivo de EE.UU. de llevar a la OTAN a Ucrania. Pero poco se ha dicho
acerca de la voluntad del alto mando estadounidense de empujar a la marina rusa
fuera de Crimea. La base en Sebastopol es el único puerto de aguas cálidas de
Rusia y es su entrada estratégica al Mediterráneo, a Siria, así como a Irán.
Siria está ahora en gran peligro de
ataque, ya que la nueva guerra fría se calienta.
Después de la toma del gobierno en Kiev,
se habló de la cancelación de los contratos de la armada rusa en
Sebastopol. Según el Telegraph de
Londres el 1º de marzo, "Vitaly Klitschko, el campeón de boxeo que ahora
es candidato para presidente en las elecciones de mayo, su unió a otros líderes
de la revolución con un llamado a una 'movilización general' contra la amenaza
rusa. Llamó al gobierno a cancelar el
contrato de arrendamiento de la base naval rusa en Sebastopol".
Austeridad económica socavará la
situación política
Los estrategas de Washington han tomado
el control de un gobierno en bancarrota que le debe dinero a los bancos
extranjeros y se está quedando sin dinero en efectivo. Washington y la UE se han comprometido a
rescatar al régimen. Por supuesto, eso
significa rescatar a los banqueros y otros inversores a los que Kiev debe
dinero. Pero esto requerirá préstamos
del Fondo Monetario Internacional que solo se darán a condición de imponer
recortes de austeridad en el presupuesto del gobierno y la privatización de las
empresas estatales.
Específicamente, el FMI exigirá recortes
a los subsidios de gas natural a la población, que serán miles de millones de
dólares. Esto significará menos gasto
gubernamental en el bienestar social, los servicios y las empresas
públicas. Y significará recortes en las
pensiones.
El acuerdo económico con la UE y el FMI
iba a ser firmado el 21 de marzo. Pero
esto ha sido postergado por el régimen por temor de atacar demasiado rápido a
una población que ya está provocada.
Sin embargo, los préstamos del FMI solo
se pueden posponer por un tiempo limitado puesto que el régimen en Kiev se está
quedando sin reservas en efectivo para pagar sus deudas. No pasará mucho tiempo
antes de que el régimen en Kiev se enfrente a una bancarrota. Para evitar eso, tendrá que someterse a los
términos del FMI, lo que significa un gran ataque económico contra las
masas. Las/os trabajadores en Ucrania
verán rápidamente las consecuencias de "volverse hacia Europa" y su
llamada "democracia" -- es decir, la democracia para los ricos.
La exuberancia que emanaba de Washington
después de que las tropas de choque fascistas obligaron al gobierno de Yanukovich
fuera del poder, se ha transformado en furia entre los halcones en la prensa
capitalista, el establecimiento político y los militaristas.
El ala derecha de la clase dominante
estadounidense se frustra cada vez más al tener sus objetivos expansionistas
bloqueados por lo que consideran una injerencia rusa con sus objetivos en
Siria, Irán y otros lugares. John McCain
y todos los voceros de los guerreristas del Pentágono están presionando por una
nueva guerra fría.
El gobierno de Putin, por su parte, ha
visto cómo la OTAN se extiende hacia las fronteras occidentales de Rusia. Moscú ha sido testigo de la llamada
"Revolución Rosa" de Georgia en 2003, la "Revolución
Naranja" de 2004 en Ucrania, la fallida "Revolución Denim" en
Bielorrusia en 2005 y 2006, y el intento de derrocar el gobierno de Uzbekistán
en 2006. Todas estas llamadas
"revoluciones de colores" fueron financiadas por los EE.UU.: la
Fundación Nacional para la Democracia -- la cuál es en realidad un brazo de la
CIA; Freedom House; las fundaciones de
Soros y otras de su calaña.
El Pentágono está empujando en la
dirección de una nueva guerra fría.
Puede haber una desaceleración o una pausa temporal en el conflicto
cuando ambas partes den un paso atrás para evaluar sus posiciones -- sobre todo
Washington y la UE. Pero eso no quita el
peligro de nuevos conflictos los cuáles afectarán a las/os trabajadores y a
las/os oprimidos de todo el mundo.
La insaciable ambición de los
imperialistas por ampliar los límites de su dominación llevó a Washington y el
Pentágono a apoderarse de Ucrania y llevar una amenaza mortal a las puertas de
Rusia. Por el momento, la pelota está en
la cancha de Washington.
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