25/Abril/2014
Desde EE.UU.
Nueva Guerra Fría de EE.UU. Políticas imperialistas y las olimpiadas
Fred Goldstein
Esta es la era del imperialismo. Los
Juegos Olímpicos no pueden escaparse de ser arrastrados a las grandes luchas
contemporáneas que se libran en la política mundial.
En la actualidad, los imperialistas
estadounidenses están enfrascados en una lucha geopolítica con Rusia sobre
Siria, Irán, Ucrania, el control sobre las antiguas repúblicas soviéticas, el
balance de poderío militar en Europa, el refugio que Moscú dio a Edward Snowden
y una serie de otros asuntos.
El hecho es que cuando la URSS colapsó
en 1991, la Casa Blanca, el Pentágono y los banqueros y empresarios en los
EE.UU. estaban ansiosos por integrar a la antigua Unión Soviética con sus
repúblicas, al sistema occidental imperialista del capitalismo. Se les hizo
agua la boca con la posibilidad de tener acceso a los recursos de petróleo y
gas, el carbón, las fábricas de acero, las minas de oro de la antigua URSS y de
las repúblicas, incluyendo la riqueza agrícola de Ucrania.
Las cosas parecían ir en esa dirección
durante varios años después de la contrarrevolución. La presidencia fue puesta
en manos de Boris Yeltsin, marioneta de EE.UU. y fabricante del golpe de estado
que disolvió a la URSS. La infraestructura industrial socialista construida
durante 75 años se dividió y se le dio a un puñado de capitalistas
multimillonarios. Rusia se abrió al Fondo Monetario Internacional, y se
invitaron a los asesores estadounidenses para dar la "terapia de
choque" económica.
Putin y la nueva clase capitalista rusa
Entonces Vladimir Putin llegó y tomó el
mando. Él representó el aparecimiento de los ladrones capitalistas rusos que
querían recuperar el estatus mundial ganado por la URSS, cuando era un poder
socialista --excepto que esta vez sería en base a la expansión del capitalismo
ruso y su dominación regional sobre las antiguas repúblicas soviéticas,
incluyendo a Ucrania. Putin trató de poner fin a la dependencia y subordinación
del capitalismo ruso ante Wall Street y Washington.
La política de Washington comenzó a
cambiar dramáticamente a una dirección hostil. La OTAN se extendió hacia las
fronteras de Rusia. Los estados bálticos de Estonia, Letonia y Lituania se
convirtieron en puestos militares del occidente en la frontera occidental de
Rusia. Polonia, la República Checa, Eslovaquia y Rumania también se unieron a
la OTAN.
EE.UU. anunció sus planes de construir
un sistema de misiles Aegis con base en destructores y en tierra. La intención
de este tipo de sistemas es permitir a EE.UU. mantener su capacidad de poder
atacar primero a Rusia. La construcción de este sistema ya se ha iniciado en
España y Rumania y está previsto que también involucre a Polonia.
Es bajo este contexto que la publicidad
y la política que rodea a los Juegos Olímpicos de Sochi deben ser vistas.
EE.UU. intenta enturbiar a Sochi
Los actuales juegos se han rodeado, al
menos en EE.UU. y Europa, con publicidad negativa generada por Estados Unidos.
Está calculada para desacreditar a Rusia y socavar el estatus mundial que la
reaccionaria y contrarrevolucionaria clase dominante capitalista en Moscú busca
lograr como anfitriona de los juegos.
Advertencias antiterroristas han salido
regularmente de Washington, aumentando justo antes de la inauguración de los
juegos cuando EE.UU. emitió una "alerta de viaje" para Sochi. Se
emitieron normas de seguridad especiales restringiendo cualquier tipo de líquidos
en los aviones estadounidenses con destino a Sochi. Durante varios días,
reportes de la prensa estadounidense advertían que se “sabía” que unas
supuestas "Viudas Negras" terroristas islámicas tenían a los Juegos
Olímpicos en su mira.
Se anunció que el presidente Barack
Obama y Michelle Obama no asistirían a ninguna ceremonia de los Juegos
Olímpicos debido a las leyes anti-homosexuales aprobadas por el Parlamento de
Rusia antes de los Juegos Olímpicos. Un número de prominentes atletas
homosexuales estadounidenses fueron elegidos como delegados para los juegos
para dar una nota de desafío contra la postura anti-gay del régimen de Putin.
Por supuesto que el régimen de Putin no
es sólo anti gay, sino que también es completamente anti-obrero. El Parlamento
ruso acaba de aprobar una ley de salario mínimo que está por debajo del nivel
de pobreza. Las huelgas obreras son reprimidas. Hay pobreza y personas sin
hogar tanto en las zonas urbanas como en las rurales.
La comunidad gay, bisexual, lesbiana y
transexual (LGBT por sus siglas en
inglés) en Estados Unidos y por todo el mundo ha ejercido su derecho y su deber
de protestar este trato reaccionario de la gente gay en Rusia por los medios
que han sido necesarios. El Comité
Olímpico Internacional ha prohibido la protesta abierta. El COI utilizó una decisión que prohíbe
gestos políticos de protesta que fue aprobada en 1968 después de que dos
medallistas afroamericanos, Tommie Smith y John Carlos, levantaron sus puños con
el saludo del Poder Negro en los Juegos Olímpicos en México para protestar
contra el racismo en los Estados Unidos.
Las protestas del movimiento LGBT y sus
simpatizantes, no importa si son alentadas y apoyadas por el gobierno de los
EE.UU, son totalmente genuinas y plenamente justificadas.
Pero con respecto al gobierno
imperialista estadounidense, todo el mundo debe estar claro que Washington es
totalmente hipócrita con sus expresiones de conmiseración para la comunidad
LGBT.
Hay 14 estados en EE.UU que todavía
tienen leyes que prohíben las relaciones homosexuales, a pesar de que la Corte
Suprema declaró la inconstitucionalidad de esas leyes en el 2003. Ocho estados tienen leyes que prohíben
cualquier discusión objetiva de la vida gay en las aulas. Y numerosos estados prohíben el matrimonio
entre personas del mismo sexo.
Sin embargo, la administración de Obama
ha estado totalmente inactiva sobre estas violaciones. Estas leyes anti-gay de
los EE.UU. debían ser protestadas en Sochi, así como en los EE.UU.
Washington ha resaltado la legislación
anti-gay de Rusia no por preocupación por los derechos LGBT, sino porque su
rival geopolítico es completamente vulnerable debido a estas leyes anti-gay
retrógradas y reaccionarias.
Mientras tanto, hay una persecución
feroz contra la gente gay en Arabia Saudita, Egipto y muchos otros aliados de
Washington.
En Ucrania ahora, los nazis del Partido
Svoboda se encuentran en las calles denunciando a los comunistas, los judíos y
los homosexuales; son parte del
movimiento inspirado por los Estados Unidos para derrocar al gobierno y llevar
a Ucrania al dominio de los EE.UU y Europa. Pero no ha habido conferencias de
prensa o noticias de Washington denunciando al Partido Svoboda.
Carácter de clase de la Guerra Fría
Muchos observadores políticos se han
referido al actual conflicto Estados Unidos - Rusia como la nueva guerra
fría. Esto es correcto, pero
incompleto. La actual lucha entre el
imperialismo estadounidense y el capitalismo ruso podría tener muchas de las
mismas formas geopolíticas que la Guerra Fría entre los EE.UU. y la URSS. Pero tiene un contenido social diametralmente
opuesto.
La Guerra Fría anterior fue una guerra
de clases entre dos sistemas sociales opuestos. La actual guerra fría está
entre una Rusia capitalista debilitada que trata de aferrarse a la posición
geopolítica que heredó de la era soviética en relación con Siria y Ucrania,
entre otros, y que trata de consolidar su control sobre las antiguas repúblicas
de la unión económica regional.
La Guerra Fría anterior era una campaña
por 45 años para destruir la base socialista de la URSS -- su economía
planificada de propiedad social con monopolio estatal del comercio exterior y
con las garantías económicas y sociales para la clase obrera. El imperialismo trató de poner fin a la ayuda
soviética a Cuba y a las luchas de liberación en África del Sur, Namibia,
Angola y Etiopía. En lugar de tener un imperio en Europa del Este, la URSS
subsidió los suministros de petróleo y gas en la región.
La URSS prestó ayuda a numerosos países
que se habían liberado del coloniaje, para ayudarles a evitar la dominación del
neoliberalismo imperialista. Desarrolló
proyectos de construcción, incluyendo la presa de Asuán en Egipto y la primera
fábrica de acero en la India, entre otros.
Para los hombres de negocio, los
agricultores ricos y sus partidarios en las calles de Ucrania que quieren
alinearse con el capitalismo de los EE.UU y Europa, la Unión Soviética
representaba "un imperio" porque bajo el régimen soviético sus
privilegios de clase fueron prohibidos y tenían que operar clandestinamente.
El entendimiento de la política sobre
los juegos debe tener en cuenta la actual rivalidad geopolítica entre el
imperialismo estadounidense y el capitalismo ruso.
Mientras que la clase obrera debe desarrollar
una posición independiente que lucha contra el imperialismo estadounidense y el
capitalismo ruso, sería un revés si Wall Street fortaleciera su dominio del
mundo al controlar Rusia o cualquiera de las antiguas repúblicas, especialmente
Ucrania.
Goldstein es el autor de
"Capitalismo de bajos salarios" y "El capitalismo en un callejón
sin salida". Ambos están
disponibles en Amazon.
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