Desde México
Fecha: 28/Jun/2015
Fecha: 28/Jun/2015
Evaluar Honestamente Lo Sucedido
Carlos
Reyes Romero
El hecho más
relevante en estas elecciones intermedias del 2015, ha sido el contundente
triunfo del candidato independiente a la gubernatura del estado de Nuevo León, Jaime
“El Bronco” Rodríguez Calderón. Su victoria le parte toda su mandarina en gajos
a la partidocracia. Tiene la misma relevancia que en su momento tuvo la salida
de Cárdenas del PRI; fracturo para siempre a la casa gobernante mexicana. El
retorno del PRI a la presidencia de la República y al gobierno de Guerrero ha
sido un avance, pero un avance hacia la profundización del desastre nacional y
de la entidad. La clase política mexicana ha devenido en un sector parasitario,
asaltante del erario, corrupta y corruptora; ya no tiene nada nuevo que
ofrecerle al país, más que sus hábitos de sanguijuela y su lacerante impunidad.
Si algo más han
puesto de relieve estos comicios ha sido la magnitud del hartazgo popular y el
profundo rechazo ciudadano a los partidos políticos. Avanza la convicción de
que ya no es suficiente reformar el sistema electoral de partidos, sino
suprimirlo definitivamente y restablecer el ejercicio directo de la soberanía
popular y solo delegarla por decisión mayoritaria de los pueblos y comunidades.
Los ciudadanos empiezan ya a tomar la palabra.
El tercer
aspecto relevante ha sido la confirmación de que estas han sido las elecciones
más desairadas, militarizadas y sucias de la historia de México y en nuestro
caso de Guerrero. Ni aun así el sistema de partidos pudo remontar el desencanto
popular. La gente simplemente les da la espalda y camina en sentido inverso al
de la clase política. Ha sido el rechazo más contundente a un sistema que hace
agua por todos lados.
En Guerrero, los
grandes derrotados han sido “los perros del mal” como acertadamente definió a
los dirigentes del PRD, Guadalupe Acosta Naranjo, enlace de la campaña de
Beatriz Mojica, ya que en Sonora y Sinaloa, de donde son oriundos Jesús
Zambrano y él, a los perros se les dice “chuchos”. “Los chuchos del mal”,
ingenuamente creyeron que Peña Nieto les respetaría los acuerdos pactados y que
les dejaría ganar en el DF, Morelos, Michoacán y Guerrero. Por eso decidieron
marchar solos por la gubernatura de Guerrero. En el pecado tienen la
penitencia. “Los perros maldosos” no conocen Guerrero, por eso se dieron de
bruces con la realidad. Jamás se les ocurrió pensar que los priistas de
Guerrero podían “sublevarse” ante los designios presidenciales. Insisto; no
conocen Guerrero.
Ya una vez, en
1999, los priistas de Guerrero se le “sublevaron” al entonces presidente
Zedillo e impusieron en el gobierno del estado a René Juárez Cisneros, en vez
de Manuel “El Chocky” Añorve Baños. Ya desde el principio de este proceso
electoral se le volvieron a “sublevar” a Peña Nieto y el CEN del PRI ante la
intentona de imponerles un candidato externo. A huevo impusieron la candidatura
de Héctor Astudillo. “Los chuchos del mal” también subestimaron la capacidad de
manipulación, coacción y fraude electoral de los priistas guerrerenses; se
confiaron en el prestigio y capacidad de sus operadores, pero les fallo lo
fundamental: la lana y el conocimiento preciso del territorio.
Acostumbrados al
pragmatismo político y a la idea de que todo mundo “tiene precio” o como afirma
David Jiménez Rumbo que “no hay perro sin dueño”, creyeron que todos los
candidatos eran declinables, podían ser cooptados o simplemente comprados.
Nuevamente se equivocaron. Pensaron que podían aplastar electoralmente a Andrés
Manuel López Obrador, pero ya va quedando claro, con los primeros resultados
estimados, que MORENA tendrá un porcentaje de votación muy cercano al del PRD,
con lo que será la cuarta fuerza en la Cámara de Diputados y contará con más de
20 diputados; lo que también asegura su registro definitivo. Los van a tener
que sufrir en la Cámara de Diputados, donde sí Morena, Movimiento Ciudadano y
el Partido del Trabajo se alían, conformaran un bloque legislativo con más
diputados que el PRD y que se opondría fuertemente al triunvirato PRI, PAN y
PRD, o sea a los “tres cochinitos”.
Pero donde más
se equivocaron fue en pensar que doblegarían a Luis Walton. Como “los chuchos
del mal” hace ya buen rato que perdieron la dignidad, creen firmemente que
“todos los leones son de su condición”. Grave equívoco. Walton no es de esos
declinadores busca chambas que tanto pululan en Guerrero. Por el contrario es
un político honesto, que no vive del presupuesto y que toma decisiones
riesgosas; algo muy raro entre los políticos mexicanos. Así lo demostró al
someter a la policía de Acapulco a controles de confianza que solo la tercera
parte de ellos aprobaron; así lo demostró al resistir el paro de policías,
impulsado por quienes no pasaron los controles de confianza.
Así lo demostró
al decidirse a desnudar la corrupción, la indigencia política e ideológica del
actual PRD y sus vínculos con el gobierno de Peña Nieto y el crimen organizado.
Al mostrar cómo el PRD y el PRI han llegado a ser lo mismo. Beatriz Mojica
tiene que valorar muy seriamente en construir firmemente la candidatura y la
estrategia que efectivamente le permita llegar al gobierno de Guerrero. Tiene
madera, empuje y juventud para lograrlo. “Los perros del mal” fueron sus peores
aliados. No era su candidata natural, la aceptaron porque no les quedaba de
otra y muy a regañadientes. Ahora tiene la posibilidad de deshacerse de ellos y
construir su propia fuerza ciudadana.
Tiene también la
posibilidad y la obligación de voltear hacia la izquierda y contribuir a
reconstruir un nuevo bloque, sano y democrático, de esta orientación política
que tanta falta le hace al país. En Guerrero, los derrotados no fueron Beatriz
Mojica ni Luis Walton, sino “los chuchos del mal”. Toca ahora a los militantes
de base del actual PRD, enderezar el rumbo de este partido. Ustedes pueden y
deben lograrlo.
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