Desde Panamá
11/Diciembre/2015
Guatemala: Una Victoria Democrática Contra La
Corrupción
Por Olmedo Beluche
Luego de meses de creciente crisis
política y de movilizaciones populares diarias, el 2 de septiembre último, de madrugada, presentó
su renuncia como presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, acusado de
corrupción y de dirigir una banda delincuencial, denominada "La
Línea", especializada en evadir millones de dólares de impuestos al
estado. Pérez Molina fue directamente de
la Presidencia de la República a rendir indagatoria a un juzgado y de allí a la
cárcel. En abril, su vicepresidenta, Roxana Baldetti había seguido el mismo
camino.
El Mal
De La Corrupción Se Contagia Por Centroamérica
La ola de indignación popular producida
por el destape de este escándalo de corrupción de altas autoridades políticas
no es exclusiva de Guatemala. En Honduras, este mismo año se han producido
movilizaciones masivas autoconvocadas principalmente por jóvenes, a través de redes sociales, igual que en
Guatemala, para protestar después que se destapara un robo de cientos de
millones de dólares a los fondos de la seguridad social y para exigir la
renuncia del presidente Juan Orlando Hernández por haber admitido que su
campaña electoral fue financiada en
parte con esos millones de dólares robados.
En Panamá, ha habido poca movilización,
pero hay gran sensibilidad de la ciudadanía frente al tema de la corrupción lo
cual, sin duda, influyó en la derrota electoral del gobierno de Ricardo
Martinelli, en 2014, y en la multitud de investigaciones por peculado a que
están sometidos él y varios de sus ministros.
En todos lados, la crisis de credibilidad
de la política y de los políticos tradicionales va asociada a la percepción
generalizada de que mientras las clases populares ven disminuir sus ingresos
por culpa de las políticas económicas neoliberales, mientras se deterioran los
servicios sociales por falta de inversiones públicas, los gobernantes y sus
socios empresariales se enriquecen descaradamente gracias al erario estatal.
Guatemala
Un Régimen Antidemocrático Y Corrupto Hasta El Tuétano
Desde que, a mediados de la década de
1950, Estados Unidos promoviera un sanguinario golpe de estado contra el
presidente Jacobo Arbenz, por atreverse a nacionalizar parte de las tierras de
la transnacional bananera United Brands, Guatemala ha padecido uno de los
regímenes más represivos del continente americano.
No es casualidad que, paralelo al
escándalo de la La Línea, hemos visto en los noticieros el juicio al general
Efraín Ríos Montt, acusado del genocidio sistemático de una de las etnias del
pueblo maya, durante su feroz dictadura de los años 80. Condena que ha estado
eludiendo gracias a subterfugios legales, entre ellos aducir "demencia
senil".
Pese a que los medios de comunicación
pintan a la Guatemala posterior a los acuerdos de paz con la guerrilla (de
1996) como una sociedad "democrática", los cierto es que el país
sigue siendo manipulado por una oligarquía financiera y una cúpula militar
corrupta. El propio Otto Pérez Molina fue uno de esos oficiales violadores de
los derechos humanos al servicio de Ríos Montt, bajo el apodo de
"Tito", y, lo que es peor, su gobierno expresaba el acuerdo entre dos
facciones militares corruptas, una conocida como "El Sindicato"
(representada por él) y otra por su ex vicepresidenta (Baldetti), denominada la
"Cofradía". Ambas especializadas en todo tipo de ilícitos, entre
ellos la evasión fiscal.
El fraude fiscal es de tal magnitud que,
desde 2012, empezaron a caer los ingresos del estado provenientes de la
recaudación impositiva, hasta llegar a producir un déficit de unos 7000
millones de quetzales, que ha sido cubierto con mayor endeudamiento.
El sistema político guatemalteco es
altamente corrupto y carente de credibilidad, tanto que la burguesía se ve
obligada a reinventar constantemente nuevos partidos ya que los que gobiernan
se queman y no logran sobrevivir a las siguientes elecciones.
La falta de credibilidad también ha
afectado a los partidos de izquierda, que no solo han visto descender sus votos
y autoridades electas desde la década pasada, sino que en las recientes
elecciones su principal partido URNG-Maíz, sufrió la renuncia de su candidato
presidencial en medio de la campaña electoral, el ambientalista Yuri Giovanni
Melini; y tuvo una traumática VII Asamblea Nacional (el 3 de mayo) con fuertes
rupturas internas y acusaciones de corrupción contra sus dos diputados,
señalados de traicionar y aprobar leyes antipopulares (como la de Protección y
Obtención de Vegetales- léase transgénicos).
La
CICIG Y Su Papel En El Conflicto Interno
Es en ese marco de descrédito generalizado
del régimen político, por la impunidad como funcionan algunos grupos vinculados
al poder económico y militar, no solo para robar sino también para mantener el
clima de represión mediante asesinatos selectivos a los dirigentes populares es
que, a instancias de diversos sectores internos (como la Premio Nóbel,
Rigoberta Menchú), y externos (incluyendo a Estados Unidos, que intenta
introducir algo de racionalidad y legitimidad al sistema para que funcione), se
crea la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICG).
La CICIG fue creada en 2006 mediante un
acuerdo entre el estado guatemalteco y la Organización de Naciones Unidas, con
un carácter independiente y con la finalidad de asesorar y apoyar a las
autoridades judiciales en la desarticulación de cuerpos ilegales de seguridad
(paramilitares).
Es con la asesoría de la CICIG que se ha
producido el juicio a Ríos Montt, y se han destapado otros escándalos, entre
ellos el del capitán Byron Lima Oliva, acusado del asesinato del obispo Juan
José Girardi, quien desde la cárcel dirigía todo el sistema penitenciario del
país. Es la CICIG la que asesora en las escuchas telefónicas que permiten
destapar el fraude de La Línea, en abril de 2015, en principio relacionándolo
con un asesor de la vicepresidenta, Juan C. Monzón.
El 20 de mayo estalló otro escándalo que
sumó sus efectos al de aduanas, cuando se desveló pagos de sobornos a
funcionarios del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS), por parte
de la empresa mexicana PISA, para obtener la privatización del servicio de
diálisis peritoneal, el cual además fue mal administrado produciendo la muerte
de hasta 10 personas y decenas de afectados. Y luego otro, el caso
"redes", que involucra al secretario de la presidencia y yerno de
Pérez Molina.
Estados
Unidos Y El CACIF Apoyaron A Pérez Molina Casi Hasta El Final
Un debate larvado a traviesa a las
izquierdas de Centroamérica, quienes sospechan del papel jugado en la caída de
Otto Pérez M. por el imperialismo norteamericano, especialmente a través de ese
organismo supranacioanl que es la CICIG, y de los medios de comunicación,
especialmente los ligados a "El Periódico", propiedad del aspirante
presidencial opositor, el empresario Manuel Baldizón.
Pero un análisis detallado de la
cronología de acontecimientos muestra con claridad que, si bien e
indudablemente existen fuertes contradicciones interburguesas en Guatemala, y
que sin duda el imperialismo yanqui sigue interviniendo como siempre en busca
de la mejor salida posible para sus intereses, es la participación de las masas
populares que van ganando la calle conforme se va conociendo la envergadura de
la corrupción, la que decide el curso de los sucesos.
En marzo de 2015, antes que se destapara
el escándalo, el vicepresidente norteamericano Joseph Biden visitó Guatemala en
claro gesto de respaldo al presidente Otto Pérez M., con quien logró diversos
entendimientos, entre ellos, la renovación del mandato de la CICIG por dos años
más.
En junio, luego de la renuncia de la
vicepresidenta y cuando el escándalo y las movilizaciones estaban en apogeo, el
embajador norteamericano, Todd Robinson, se presentó junto a Pérez Molina en
conferencia de prensa para decir que su país apoyaba los cambios y la
depuración de la Superintendencia de Administración Tributaria, hechos por el
gobierno de Guatemala, y que los mismos contaban con el respaldo del
Departamento del Tesoro y del Banco Mundial.
Por otro lado, la poderosa Cámara de
Comercio y Servicios (CACIF), que agrupa a la élite empresarial del país, todavía
el 19 de mayo mostraba su respaldo a Otto Pérez M. mediante un comunicado que
le pedía un inmediato y efectivo combate a la corrupción y sugería revisar los
contratos millonarios de varios ministerios.
Fue La
Movilización Popular La Que Echó A Otto Pérez Molina
El despertar de la movilización popular
fue lento, en un país cargado por décadas de dura represión en que el 53% de su
población vive en la pobreza absoluta. Inclusive las movilizaciones no fueron
convocadas por los organismos de masas tradicionales (sindicatos o partidos de
izquierda electoral), sino que fueron espontáneas convocadas por jóvenes
estudiantes de capas medias (en realidad de familias de asalariados de ingresos
medios), mediante llamados como: "#Renuncia Ya", o "#revolucion"
y "#planB".
Desde el 25 de abril unos 20000
manifestantes acudieron a la Plaza de la Constitución a exigir la renuncia de
Baldetti y Pérez Molina, entre los que destacaban los estudiantes d ela
Universidad de San Marcos (por lo menos 3000). El 27 de abril se rumoraba la
convocatoria a una huelga general, y es cuando recién Pérez Molina ordena la
búsqueda y captura del Sr. Monzón señalado como cabecilla de la rede de
corrupción. El 29 de abril, representantes de 72 comunidades indígenas hacen
una declaración de repudio a la corrupción e impunidad y señalan que el
presidente carece de legitimidad y debe renunciar.
El
1 de mayo en medio de la conmemoración del Día de los Trabajadores, sindicatos
y organizaciones populares marchan hasta
la Plaza de la Constitución denunciando entre otras cosas la corrupción e
impunidad. El 2 de mayo hubo grandes movilizaciones que exigieron la renuncia
del presidente y la vicepresidenta.
El 8 de mayo, tras la renuncia de
Baldetti, los indignados guatemaltecos ganaron nuevamente la calle para gritar
"¡Sigue Tito!", en alusión al presidente. El 16 de mayo se produjo
una movilización enorme, superior a las 50 mil personas.
El 20 de ese mes las organizaciones
campesinas coparon la plaza con miles de personas provenientes de las
provincias bajo las consignas: "¡Fuera políticos, empresarios y militares
corruptos! ¡Vamos por un proceso de Asamblea Constituyente Popular y
Plurinacional!". Es bajo esa presión que se produce, el 19 de mayo, el
pronunciamiento de CACIF al que hemos aludido antes, exigiendo a Otto Pérez
Molina actuar en serio contra la corrupción.
Recién el 3 de junio, el arzobispado de la
iglesia católica se pronuncia expresando su preocupación de que se incrementa
"la brecha entre la ciudadanía y los partidos que no son interlocutores
válidos de la población", y propone que se sostenga el proceso electoral
con algunas reformas (para darle credibilidad) ante el peligro de "grupos
variados" aprovechen las circunstancias "para fines particulares".
Es en este momento cuando se produce la conferencia de prensa del embajador
norteamericano que hemos citado.
El 5 de junio, una organización poco
conocida, la Alianza Obrero Campesina, bloqueó los accesos a la ciudad de
Guatemala para protestar, aunque otros sectores le acusan de ser un instrumento
político del partido LIDER
Finalmente, el 27 de agosto se produjo un
paro nacional, el primero en décadas, y una enorme movilización de 100.000
personas en ciudad de Guatemala y de bloqueo de caminos en el resto del país.
Es este punto culminante de la movilización popular el que obliga a que, pocos
días después, el 2 de septiembre, Otto Pérez Molina renuncie a la presidencia y
se someta a la justicia.
Las Elecciones
Y El Intento Burgués De Cerrar La Crisis
Para llevar el país al momento electoral y
la transición posterior quedó como presidente encargado Alejandro Maldonado
Aguirre, que venía de encabezar la Corte Constitucional. Las elecciones se
realizaron el domingo 6 de septiembre, con una alta participación pero también
con una gran fragmentación del voto y la aparición tanto de votos nulos, como
del boicot activo de algunos sectores.
Los resultados electorales expresan la
crisis: ningún candidato logró la mayoría para obtener en la primera vuelta. El
comediante televisivo, Jimmy Morales, obtuvo el 24,5%; Sandra Torres, ex
primera dama del ex presidente Álvaro Colom obtuvo un empate del 19,6% con el
empresario de los medios de comunicación Manuel Baldizón.
Sea como sea el resultado final de las
elecciones, es previsible que no se cerrará fácilmente la crisis política y que
la "Caja de Pandora" de la movilización popular ha sido abierta y no
se dejará cerrar. Tanto la crisis objetiva del sistema capitalista, que tiene
en la corrupción generalizada una de sus aristas, como la entrada en escena de
miles de activistas políticos, especialmente jóvenes, dan para que la izquierda
guatemalteca supere la debacle de sus propuestas tradicionales y cree nuevas
alternativas políticas.
Crisis
Capitalista, Acumulación Por Desposesión Y Corrupción
Como dice el pensador inglés David Harvey,
una de las características centrales del sistema capitalista imperialista en su
crisis senil del siglo XXI es la "acumulación por desposesión", es
decir, el proceso por el cual una gran parte del funcionamiento económico
"normal" del sistema (explotación del trabajo mediante extracción de
plusvalía) es sustituido por la apropiación para beneficio privado de bienes
que antes pertenecían a la colectividad o a la naturaleza, usando para ello
todo tipo de mecanismos coercitivos.
La corrupción bajo la forma robo o estafa
directamente al estado y los bienes públicos, es parte de esa "acumulación
por desposesión" de la que habla Harvey. Este concepto de Harvey proviene
de otro que Carlos Marx desarrolla en el tomo I de El Capital, "la
acumulación primitiva", consistente en que, para que el sistema pudiera
funcionar con aparente "normalidad", y se aceptaran como
"naturales" sus condiciones de explotación del trabajo, hubo una
época precedente entre los siglos XVI y XVIII en que por la violencia se
expropió a la mayor parte de la humanidad sus medios de subsistencia
forzándolos a vender sus fuerza de trabajo.
La lógica sugerida por Harvey es que, en
la actual fase de decadencia del sistema capitalista, hay una vuelta a
mecanismos de rapiña, saqueo y robo de bienes que hasta hace poco escapaban a
la acumulación privada. De ahí que la lucha contra la corrupción sea un aspecto
fundamental de cualquier programa de lucha alternativo, es una demanda de
"peso transicional", como diría León Trotsky, porque sintetiza la
lucha contra el capitalismo que mediante mecanismos espurios se apropia de la
riqueza social.
Como respecto a cualquier demanda
democrática, no basta a los revolucionarios socialistas quedarse en los límites
de la exigencia de sanción a los corruptos, sino que nuestro deber es que la
clase trabajadora comprenda que, mientras no tome el poder y desplace a los
capitalistas del gobierno no habrá ni fin de la corrupción, ni de la impunidad.
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