Desde Panamá
Fecha:
20/Abril/2016
Los Papeles De Panamá Y El
Capitalismo Putrefacto
Por
Olmedo Beluche
Lo que ponen en
evidencia los 11 millones de documentos del bufete Mossack-Fonseca, conocidos
como "los papeles de Panamá", es el grado de podredumbre del sistema
capitalista internacional, no solo por el tipo de delitos que se esconden
detrás de las "empresas off shore" (fuga de capitales, lavado de
divisas, peculados, evasión fiscal, etc.), sino por la extensión del mismo por
una multiplicidad de países del mundo globalizado, abarcando una pléyade de
personalidades políticas, empresariales, deportivas y hasta artísticas.
Este caso es
apenas la punta del iceberg, pues se trata de una sola firma de las que se
dedican a fabricar "empresas de maletín" a pedido de todo tipo
de personajes, algunos de ellos
dedicados a robar a sus pueblos, ya sea por la vía de la evasión fiscal u otros
delitos.
Hay que tomar en
cuenta que en Panamá hay al menos media docena de firmas de alto vuelo
dedicadas a este negocio, y que nuestro país es apenas uno de una docena de
naciones que cuentan con sistemas financieros y legales construidos para la
labor de ocultamiento de riquezas, mal llamadas "paraísos fiscales".
Tampoco hay que olvidar que varios de esos paraísos están ubicados en el
corazón de Estados Unidos (como Reno y Miami) y de Europa occidental (como
Liechtenstein).
El hedor que
emana de las oficinas de Fonseca Mora, hasta hace unas semanas ministro asesor
del presidente Juan Carlos Varela, dirigente del partido panameñista y donante
de su campaña electoral (no se sabe con cuánto), es el olor a podrido del
sistema capitalista mundial el cual, en su fase decadencia, ya no le basta
arrebatar plusvalía a la clase trabajadora por vías "legales", sino
que necesita complementar su sed irracional de ganancia mediante el robo y la
depredación, lo que el insigne David Harvey llama "acumulación por
desposesión", o sea, capitalismo del saqueo.
Rosa Luxemburgo
lo vaticinó a inicios del siglo XX, la disyuntiva de la humanidad es avanzar al
socialismo o recaer en la barbarie. Las dificultades objetivas y subjetivas que
han impedido llevar a la humanidad a una sociedad sin explotadores, han
propiciado la forma de capitalismo degenerado (salvaje) que no le basta la simple
explotación del trabajo asalariado, sino que necesita robar y saquear por todos
los medios, esconder su botín, y luego presentar la cara de hipócrita
moralidad.
En Panamá hace
tiempo que sabemos que estamos gobernados por oligarcas corruptos y ladrones
descarados. Ellos mismos se sacan los papeles a cada rato para deslegitimarse
mutuamente. Todos los gobiernos de los últimos 26 años han estado manchados por
la corrupción. Todos esos gobiernos han estado manipulados por un puñado de
bufetes de abogados, que viven de los mismos negociados que Fonseca, las
directivas de un par de bancos y dos o tres medios de comunicación. Como
ejemplo, basta recordar la corte de ministros de Martinelli juzgados por
peculado al día de hoy.
Por esa razón,
desde la clase trabajadora, desde abajo de la sociedad panameña, hablando desde
los explotados, no podemos dejarnos manipular y caer en la falacia
"nacionalista" que el gobierno de Varela, los bufetes y los políticos
quieren vendernos de la "defensa del honor de Panamá", frente a una
supuesta "difamación" extranjera. Esa suciedad y ese deshonor son de
ellos, no del pueblo panameño.
Ese Panamá que
ellos, los oligarcas, quieren defender, del secreto bancario y otras jugadas
sucias que sirven para esconder la plata robada a pueblos hermanos; esa
corrupción es de ellos, no de los trabajadores panameños. Esas empresas que
sirven de refugio a los maleantes extranjeros y nacionales, son responsabilidad
de ese grupito que se ha enriquecido con ese tipo de negocios, no del pueblo
panameño. Los que ayudan a robarle a otros pueblos mediante empresas de
maletín, son los mismos que asesoran a los que roban al pueblo panameño. Que
ellos carguen con sus responsabilidades y hagan frente a la justicia, que
aspiramos que esta vez llegue.
Lo que ha
quedado al descubierto es que no solo Martinelli y sus secuaces eran unos
delincuentes, sino que Varela también está rodeado de maleantes. La única forma
de limpiar el nombre de Panamá y al país es sacándolos del poder con la
movilización popular y refundar la nación barriendo a los corruptos con una
Asamblea Constituyente originaria.
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