Desde Panamá
Fecha: 11/Julio/2016
¿Quiénes Son Los Verdaderos
Parásitos Sociales En Panamá?
Por
Olmedo Beluche
Se equivocan las
personas que han salido a criticar a los curundueños que se atrevieron a
exigirle al presidente Varela que cumpliera su promesa de exonerarles el
pequeño apartamento lleno de
desperfectos que le han asignado, gracias a la reforma urbana del barrio
realizada en la pasada administración. Los moradores de Curundú tienen razón en
pedir que el estado les rescinda el contrato ya que son gente de escasos
ingresos, si los tienen. ¿Por qué no van a tener derecho a subsidios los
pobres, si el estado panameño subsidia a los ricos y a las grandes empresas?
Sí, el estado
panameño es “paternalista” y subsidia a un montón de parásitos, pero ellos no
son los pobres que dependen de la política de transferencias en cualquiera de
sus variantes: pronadel, ángel guardián, beca universal o “120 a los 70”. Los
verdaderos parásitos son la caterva de empresarios que viven de chuparle la
plata al estado: con exoneraciones fiscales, con trampas contables, con
paraísos fiscales, debiendo y no pagando los servicios públicos o las cuotas
del Seguro Social, con subsidios directos e indirectos. Todo para asegurarles
el lucro privado. Y esos son decenas y centenas millones sacados del estado
panameño para subsidiar a los ricos.
El gobierno
actual, y los pasados, subsidia con dinero de nuestros impuestos a colegios
privados cuando hay montones de “escuelas ranchos”, en mal estado, sin agua, ni
electricidad y, lo que es peor, sin docentes nombrados a estas alturas del año.
El dirigente de ASOPROF, Diógenes Sánchez, estima que en este momento puede
haber hasta 10 mil estudiantes a los que les faltan educadores.
El actual gobierno, en 19 meses de gestión,
hasta febrero de 2016, destinó 16,7 millones de balboas de la partida
discrecional del presidente a subsidiar a la Iglesia Católica y Evangélica,
siendo un estado supuestamente laico (La Prensa, 14/2/16).
No hace mucho se
denunció que prominentes políticos de este gobierno, junto a una larga lista de
empresas y empresarios, habían incumplido con la Ley Orgánica de la Caja de
Seguro Social y estaban morosos en la cuota obrero patronal (La Estrella,
29/3/16). Esos “morosos” cometen un delito que no es sancionado con cárcel, que
consiste en robarle las cuotas a sus trabajadores y afectar las finanzas del
Seguro Social. Es atentado contra la salud pública, que produce muertos reales
cada día, por la falta de insumos, que esos “morosos” o delincuentes dejen de
pagar sus cuotas.
Hace poco se
hizo público que a uno de los más lujosos centros comerciales (“mall”) hubo que
cortarle el suministro de agua porque debían 48 mil balboas. Cuando a una
familia trabajadora le cortan infaliblemente el suministro a los 3 meses así
deba solo B/. 48.00.
Otra forma de
“subsidio” o robo al estado son las obras e inversiones multimillonarias,
defectuosas o chuecas, que paga la ciudadanía y de la que lucran los amigos de
los políticos y quienes financian las campañas electorales. Uno de esos grandes
negociados chuecos fue la entrega a la empresa colombiana “Mi Bus” del
monopolio del transporte público en la ciudad de Panamá. Aparte de un mal
servicio, que propició que las mafias tradicionales siguieran controlando el
negocio con los llamados “piratas”, luego de haber cobrado un subsidio por los
diablos rojos para salir del negocio, al finiquitar el contrato con la empresa,
el actual gobierno le regaló B/.260 millones de balboas, incluyendo el pago de
su pasivo laboral y financiero. ¡Qué rico hacer negocios así!
¿Para qué hablar
de la privatización de los servicios de recolección de basura que empresas extranjeras hacen de manera
deficiente? ¿Cuánto se habrán embolsado las empresas como Gas –Fenosa que se
han beneficiado con la privatización del IRHE y con supuestos subsidios para
que no suban los precios, con lo cual el estado panameño les ha asegurado el
lucro sin mayor esfuerzo? ¿O Cable and Wirless, Movistar, Claro y Digicel con
la privatización del INTEL?
¿Qué decir del
flamante ex presidente del Partido Panameñista, y ex ministro asesor de Varela,
el archiconocido Ramón Fonseca Mora, cuya empresa Mossack-Fonseca, que ha
lucrado más de 200 millones de dólares creando empresas “offshore” para evadir
impuestos, lleva más de 10 años sin pagar la Tasa Única a la Dirección General
de Ingresos? Eso que la Tasa Única es de apenas B/. 300 anuales, más recargo de
B/. 50.00 por atrasarse (Panamá América, 5/5/16). ¿No es un parásito este
abogado?
Pero el caso de
esa empresa es apenas la punta de iceberg. Según un experto, Publio Ricardo
Cortés C., en Panamá no se cobra impuestos ni a las transacciones financieras,
ni a los intereses bancarios, como sí se hace en otros países de la región. Es
decir, que uno de los sectores más privilegiados del país, como los
bancos, está fuertemente exonerado de
impuestos, o sea, son subsidiados.
Resulta que
también están exonerados de impuesto sobre
la renta los sectores punta de la economía, como los puertos y los
suplidores de las naves que cruzan el canal. Siendo que Panamá tiene un “tipo
imponible de ISR… menor al promedio regional” y “el IVA es el más bajo” y
“carecemos de tributación provincial y la tributación municipal es mínima”.
También nos dice el Sr. Publio Cortés que “ciertos contribuyentes de alto nivel
económico, se benefician de la opacidad de los refugios fiscales…”, además que
utilizan gastos ficticios para declarar mucho menos de lo que se debe pagar en
impuestos (La Estrella, 3/5/16).
¿Quiénes son los
parásitos que viven de subsidios, exoneraciones y juega vivos a costa del
Estado, los habitantes de Curundú o estos empresarios que lucran a costa de
nuestros impuestos? Para colmo del descaro, los patrones agrupados en la
Sindicato de Industriales de Panamá (SIP) le han solicitado al gobierno una
rebaja de su Impuesto Sobre la Renta (ISR), del 25% que ahora pagan, al 15% en
el sector urbano y al 10% en el interior del país (Panamá América, 29/3/16).
A los que habría
que agregar los dueños del negocio más lucrativo del país, que mueve hasta
20.000 millones de balboas en mercancías cada año, la Zona Libre de Colón, pese
a que están exonerados de casi todos los impuestos, acaban de lograr una
rebajita adicional porque los negocios “les está yendo mal”. Pero cuando el
negocio iba bien no lo compartían ni siquiera con la ciudad de Colón que tiene
60 años de decadencia.
Con los datos
aportados aquí, y otros que pueden averiguarse, podemos concluir que los
verdaderos parásitos sociales, que viven del Estado panameño y sus subsidios,
NO SON LOS HABITANTES DE CURUNDÚ, SINO LA CLASE EMPRESARIAL.
Por eso no es
descabellado que un grupo de moradores de bajísimos ingresos le pida al Estado
que les exonere el pago de sus apartamentos mal construidos, si ese mismo
estado subsidia a los millonarios del país.
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