Desde
Guatemala
11/Octubre/2013
La visión internacional del presidente
Allende
Sergio Rodríguez Gelfenstein
El
27 de junio de 2008 con motivo del centenario del nacimiento de Salvador
Allende, fui invitado a presentar una ponencia en el evento organizado en el
Centro Cultural Gabriela Mistral de Santiago de Chile como homenaje a uno de
los grandes de la historia de América Latina. A continuación expongo una
versión muy resumida del contenido de dicha exposición que da una idea de la
visión internacional del Compañero Presidente Allende:
El
año 1970 marcó en Chile el ascenso del movimiento popular y obrero al gobierno, luego de caminar por un arduo y
sacrificado sendero signado por la lucha contra las estructuras del Estado
burgués. La victoria electoral de Salvador Allende, permitió que por primera
vez un movimiento que pujaba por la consolidación de un proyecto socialista,
consiguiera llegar a la Moneda en los marcos de la democracia representativa.
En
este contexto, el Gobierno de la Unidad Popular dirigido por el Presidente
Salvador Allende, ejerció una política internacional asentada en la necesidad
histórica del pueblo chileno de conquistar nuevos y reales niveles de
independencia ante las pretensiones monopólicas de grupos económicos hegemónicos
y arremetidas imperiales que procuraban impedir la consagración del proyecto
socialista en el continente americano.
Es
así como el principal objetivo de la política internacional del Gobierno de
Allende fue el “fortalecimiento de la plena autonomía política y económica…
sobre la base del respeto a la autodeterminación y a los intereses del pueblo
de Chile”. Así lo reveló en su primer
mensaje a la nación, en mayo de 1971: “La política internacional del Gobierno
de la Unidad Popular no es sino la proyección en el plano externo de la forma
cómo se ha concebido y definido nuestro quehacer histórico: iniciar en nuestra
Patria la construcción del socialismo como único camino eficaz para que las
grandes masas, encabezadas por el proletariado, alcancen el pleno ejercicio del
poder y el justo uso de la riqueza común”
En
cada uno de los escenarios en que se desarrolló la política internacional del
Gobierno (multilateral o bilateral), tuvo como basamentos fundamentales los
preceptos de resguardo a los principios de convivencia inscritos en la Carta de
Naciones Unidas, no intervención en los asuntos internos de cada Estado y libre
determinación soberana de los pueblos.
El
discurso ofrecido por el Presidente Allende el 4 de diciembre de 1972 ante la
Asamblea General de la Organización de
Naciones Unidas muy bien podría definir la posición de Chile frente a
las distintas dinámicas a las que tuvo que hacer frente su Gobierno en el
escenario multilateral entre 1971 y 1973. A través de aquellas palabras,
Allende no vaciló en denunciar las variadas agresiones y maniobras de las
cuales fue víctima su país por los distintos agentes internacionales que no
perdonaron la voluntad soberana del pueblo chileno de nacionalizar el cobre y
otras importantes industrias extractivas. En aquella ocasión Allende manifestó:
"Desde el momento en que triunfamos electoralmente el 4 de septiembre de
1970, estamos afectados por el desarrollo de presiones externas de gran
envergadura, que pretendieron impedir la instalación de un gobierno libremente
elegido por el pueblo y derrocarlo desde entonces. Que ha querido aislarnos del
mundo, estrangular la economía, paralizar el comercio del principal producto de
exportación que es el cobre y privarnos del acceso a las fuentes de
financiamiento internacional” señalando más adelante que “… nos encontramos,
frente a fuerzas que operan en la penumbra, sin bandera, con armas poderosas,
apostadas en los más variados lugares de influencia".
De
igual manera, expresó que los problemas y enemigos a que se enfrentaba Chile
eran los mismos que combatían la mayoría de los países del tercer mundo, a
saber “la actual estructura hegemónica político-económica de dominación”. Al
respecto expresó "Hoy vengo aquí porque mi país está enfrentando problemas
que en su trascendencia universal son objeto de la permanente atención de esta
Asamblea de las Naciones Unidas: la lucha por la liberación social, el esfuerzo
por el bienestar y el progreso intelectual, la defensa de la personalidad y
dignidad nacionales” agregando que “…el chileno es un pueblo que ha alcanzado
la madurez política para decidir, mayoritariamente, el reemplazo del sistema
económico capitalista por el socialista.".
Allende
señaló en diversas oportunidades durante sus alocuciones públicas la
imposibilidad de cimentar una relación de trabajo eficiente, transparente y
constructiva mientras se mantuvieran posiciones de subordinación de la OEA a
Estados Unidos. Según él, era tan evidente la oposición de intereses que se
planteaba en diversos aspectos de la vida económica y el acontecer político en
la región, que resultaba insostenible la edificación de nada sólido y duradero.
Este
lenguaje franco y directo encontraba acogida en numerosos gobiernos de la
región, que brindaron permanente respaldo a Chile ante las agresiones de que
era objeto por parte de Estados Unidos, sin que la OEA, supuesta garante de la
democracia, la soberanía, el desarrollo social y la asistencia reciproca en materia militar en
el continente americano, sin que tuviera ni tan solo atisbos de mostrar
entusiasmo por las propuestas de trasformación realizadas desde el Gobierno de
la Unidad Popular.
En
el marco de la superación de las desigualdades, la promoción de un espíritu de
solidaridad por las luchas de liberación de otros pueblos en el mundo, la
cooperación entre los gobiernos del sur y en ejercicio del principio de
pluralidad ideológica, el Presidente Allende tomó la decisión de incorporar a
Chile al Movimiento de Países No Alineados, muchos de cuyos postulados
coincidían con los enunciados de su política internacional. Con la
incorporación de Chile al MPNA, Allende buscaba fortalecer en un mismo bloque a
todos los países subdesarrollados, sobreponiéndose a las diferencias que
separaban a unos de otros, animado por la firme convicción de que sólo en la
unidad y conformación de un conglomerado
amplio, se podría enfrentar eficazmente los desafíos y agresiones de los países
más industrializados. Desde su tribuna, llamó al derrocamiento de las
desfasadas bases del institucionalismo multilateral cuyo origen se encontraba
en la conservación del status quo del término de la segunda guerra mundial. El
Sistema de Naciones Unidas así como los organismos surgidos de Bretton Woods
fueron el centro de sus críticas.
La
defensa del patrimonio y el derecho soberano a controlar la explotación de los
recursos naturales, en especial el cobre, fue uno de los ejes transversales por
los cuales se evaluaba cada una de las acciones emprendidas por el gobierno de
la Unidad Popular en el ámbito internacional. En conjunto, los miembros del
Consejo Intergubernamental de Países Exportadores de Cobre (CIPEC)
representaban en aquel momento el 41% de la producción total mundial y el 75%
del cobre de exportación en el mercado internacional. Cabe recordar que en
1973, Chile era el cuarto país productor de cobre después de Estados Unidos,
Unión Soviética y Zambia
En
el escenario latinoamericano, la política desarrollada por el Presidente
Salvador Allende emprendió el reforzamiento de lo que se llamó “la personalidad
latinoamericana”, aludiendo a la potencialidad existente entre los pueblos de
la región para conformar un bloque político-económico, que consolidara la
independencia, la soberanía y el incremento del bienestar social. De igual
manera, el principio de “pluralidad ideológica” marcó cada una de las acciones
y propuestas, que en el escenario latinoamericano, emprendió el Gobierno de la
Unidad Popular.
El
espíritu latinoamericanista de Allende era favorable al desarrollo de esquemas
de integración en la región, pero dicho fenómeno debía estar purgado de
intereses imperiales y dirigidos al incremento en los niveles de bienestar
social. En su discurso al visitar la sede del Acuerdo de Cartagena manifestó:
"Si fracasamos o nos detenemos estaremos abiertos y sin defensa frente a
las formas modernas de colonialismo. Solos, divididos, incluso derrotados
sicológicamente, nos enfrentaríamos ante las grandes potencias económicas
mundiales, sin capacidad de negociación y, evidentemente éste es un objetivo
que sectores nacionales y extranjeros están persiguiendo”
Compañero
Presidente Allende, su gobierno y sus propuestas en materia internacional están
presentes en cada acción de nuestros pueblos, son un grito que reclama igualdad
y equidad en los pasillos de la ONU y en las organizaciones internacionales,
Usted conduce los acuerdos en aquellas instancias donde se construye unidad en
la diversidad, orienta e ilumina cuando se trabaja por la integración de
Nuestra América, ¿quién puede dudar que Usted esté detrás de cada tratado de cooperación
sustentado en los principios de solidaridad y complementariedad?.
Hoy,
cuando se abren las grandes alamedas, cuando los trabajadores de esta patria
latinoamericana comienzan a transitar en
libertad por Cochabamba y por Managua, por Caracas y por Quito, como caminan
hace mucho más tiempo por La Habana, para construir esa sociedad mejor que
usted soñó y por la que entregó cada
minuto de su maravillosa vida, le decimos gracias, gracias por ser padre, padre
de esta América Nuestra “que ha dicho basta y ha echado a andar”.
sergioro07@hotmail.com
Publicación Barómetro 12-09-13
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