Desde Uruguay
07/Diciembre/2013
La ONU y el bloqueo a Cuba
Niko Schvarz
Ya podemos anticipar el resultado
de la votación que habrá de efectuarse
el próximo 29 de octubre en la Asamblea General de las Naciones Unidas en
relación con el bloqueo que mantienen los Estados Unidos contra Cuba. La
potencia imperial y su único aliado en la emergencia, el estado de Israel,
perderán una vez más la partida por cifras de rotunda contundencia.. La gran
pregunta consiste en saber si algo va a cambiar en la materia o si persistirá
esta violación monstruosa de la legislación internacional, que se mantiene
desde hace más de medio siglo con total impunidad.
Será la oportunidad número 22 en que el organismo internacional va a
debatir y votar sobre este tema
recurrente. Esto ocurrió por primera vez en el año 1992, en que se condenó el
bloqueo estadounidense contra Cuba y se exigió su levantamiento, aunque a esa
altura ya el bloqueo se venía manteniendo desde tres décadas atrás. Fue la
respuesta del imperio a la revolución cubana del 1º de enero de 1959. Más
exactamente, el bloqueo se hizo total tras la proclamación del carácter
socialista de la revolución, efectuada por Fidel Castro en febrero de 1962,
después de fracasada la invasión mercenaria de Playa Girón, que fuera estigmatizada
por el Che Guevara en la Conferencia del Consejo Interamericano Económico y
Social (CIES) de la OEA en agosto de 1961 en Punta del Este. El objetivo de
esta medida, violatoria de toda la legislación internacional, ha sido definido
en los siguientes términos: “Se quería rendir por hambre y enfermedades a
quienes habían osado convertir un prostíbulo y semicolonia en una nación
independiente, culta y solidaria”. El comentario agrega los siguientes
conceptos: “Los 11 millones de cubanos eran las víctimas de esta historia. Y el
victimario era el imperio, el mismo que oprimía a Puerto Rico, que había robado
tanto territorio a México, el predestinado a caer sobre América Latina en
nombre de la libertad como lo había denunciado Simón Bolívar, el depredador que
se llevaba tres dólares para el Norte por cada uno que supuestamente invertía”.
La historia de las votaciones sobre este tema en la Asamblea General es
ampliamente aleccionadora. Es una lección de política internacional. La primera
votación, en noviembre de 1992, arrojó como resultado que 59 países condenaron
el bloqueo, considerando que la agresión estadounidense afecta a la población
de la mayor de las Antillas, es violatoria de las normas del comercio
internacional y tiene aspectos por los cuales merece calificarse como un acto
de guerra. Se opusieron a la moción solamente tres países: Estados Unidos,
Israel y la islita de Palau. En tanto, 71 naciones se abstuvieron en la
votación. Veamos cómo evolucionó este último sector.
En la última votación sobre el tema, en noviembre de 2012, votaron
reclamando el cese del bloqueo 188 países, mientras que se opusieron los mismos
3 (EEUU, Israel y Palau) y las abstenciones se redujeron a dos: Micronesia y
las islas Marshall. Así se completa la nómina total de las 193 naciones
representadas en la ONU. De ellas, reiteramos, 188 se pronunciaron a favor de
levantar el bloqueo. Es el 97,41% del total de naciones del mundo. No conocemos
ningún tema debatido en la Asamblea General que haya concitado una cantidad semejante
de sufragios.
Conviene tener presente además varios elementos. Palau es de hecho una
base de la marina norteamericana, antes desplegada en Okinawa, Japón. La
defensa es responsabilidad de EEUU. Como tal, apoyó la guerra de EEUU contra
Irak, en 2003. Las islas que constituyen la Micronesia son un fideicomiso de
EEUU, que utilizó sus territorios para sus experiencias nucleares. La defensa
externa también está a cargo de EEUU. Otra particularidad es que desde allí,
Japón (que antes ocupaba estas islas) lanzó el ataque contra Pearl Harbour, el
7 de diciembre de 1941. En cuanto a las Islas Marshall, compuestas por más de
mil islas agrupadas en algunas decenas de atolones (los más conocidos son los
de Kwajalein y Bikini) fueron ocupadas por EEUU y un Alto Comisionado, que
representa al gobierno de Washington, decide en los temas de seguridad, defensa
y relaciones exteriores. Los atolones citados han sido escenario de pruebas
nucleares que convirtieron a las Islas Marshall en la zona de mayor
contaminación radiactiva del planeta.
El resumen es que el mundo entero reclama el cese inmediato del bloqueo de
Estados Unidos contra Cuba y que solo abogan por su mantenimiento la propia
potencia agresora e Israel, que emula sus procederes con el bloqueo al
territorio palestino de la franja de Gaza. Las abstenciones bajaron
drásticamente, y ya en la votación del año 2000
se habían reducido a apenas cuatro. La inmensa mayoría de la humanidad
tomó partido en forma decidida. La tendencia continuó a lo largo de las votaciones
en este siglo, y permiten vislumbrar qué sucederá en la votación del próximo 29
de octubre, en el curso de la 68ª Asamblea General de la ONU.
El tema ya comenzó a ser considerado en las reuniones efectuadas por el
organismo a fines de setiembre. Alrededor de 40 presidentes y representantes de
países se refirieron al tema en la discusión general y expresaron su
solidaridad con Cuba. La cancillería de este país, a cargo de Bruno Rodríguez
Parrilla, presentó en tiempo y forma el proyecto de resolución respectivo,
titulado: “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero
impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba”. El vicecanciller
cubano Abelardo Moreno Fernández
presentó el informe de Cuba sobre dicha resolución el pasado 7 de
octubre ante la prensa internacional acreditada en La Habana. En forma
demostrativa, dicha presentación no se efectuó en la sede del ministerio, sino
en el Cardiocentro Pediátrico “William Soler”, uno de los centros médicos que
más sufre el bloqueo por los obstáculos interpuestos a la adquisición de
medicamentos, reactivos, piezas de repuestos para equipos de diagnóstico y
tratamiento, instrumental y demás insumos. El vicecanciller afirmó que las
pérdidas sufridas por Cuba a causa del bloqueo desde su instauración hasta
abril de 2013 ascendían a más de un billón (millón de millones) de dólares. Más
exactamente, a 1.157.327 millones de dólares, afectando a la educación, el deporte, la salud y el
comercio exterior.
En los informes del gobierno cubano se señala que el presidente
estadounidense Barack Obama no cumplió su promesa de normalización del comercio
y de las relaciones bilaterales con Cuba (y tampoco lo relativo al cierre de la
prisión de la base de Guantánamo, ese puñal clavado en el costado de la isla).
El documento del canciller Rodríguez Parrilla establece que Obama duplicó la
marca de su antecesor (George W. Bush) en sanciones a empresas estadounidenses
y europeas por haber comerciado con Cuba o tramitado pagos. Señaló que “durante el gobierno del
presidente Obama las multas por sanciones ascienden a 2 mil millones 259.732
dólares y duplican las correspondientes a ambos períodos de gobierno de George
W. Bush”.
A esta altura nos llega otra prueba de cómo el bloqueo afecta los
servicios médicos de Cuba. En el caso, la dificultad para adquirir piezas de
repuesto constituye un obstáculo para la calidad de los servicios en el
hospital universitario Manuel Ascunce, de la provincia de Camagüey, con sus dos
tomógrafos, actualmente averiados, que garantizan la atención médica de
aproximadamente cinco mil pacientes por mes. El comunicado detalla las
dificultades enormes y los gastos excesivos en moneda libremente convertible
para encontrar los medios de reparar el instrumental de alta tecnología afectado,
todo ello por efecto del bloqueo. Según el jefe del servicio de Imagenología,
el tomógrafo axial computarizado (TAC) multicorte que se utiliza es el único de
su tipo en el territorio, y además de prestar servicios a todos los hospitales
camagüeyanos, atiende pacientes de Ciego de Ávila, Las Tunas y otras provincias
más alejadas. El informe presentado ante la ONU establece que en el año 2013 la
empresa cubana exportadora e importadora de productos médicos, MADICUBA S.A.,
empleó más de 11 millones de dólares en gastos operacionales adicionales en sus importaciones.
Por lo antedicho, no cabe ninguna duda sobre el resultado de la votación
del 29 de octubre. Lo que resta saber es si la 22ª votación será la vencida, y
la decisión adoptada por la mayoría abrumadora del organismo internacional será
llevada a la práctica de una buena vez.
nikomar@adinet.com.uy
Publicación Barómetro 17-10-13
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